Llega el verano, llegan las vacaciones, llegan los viajes y sí, aunque lo queramos ocultar, para muchos llega también el estreñimiento. La realidad es que no es algo de lo que debamos avergonzarnos ya que este fenómeno resulta tan común que incluso tiene un nombre "estreñimiento del viajero".
Por qué si todo va bien en ese área en nuestras casas, en cuanto nos vamos de vacaciones a intentar descansar y relajarnos, empiezan a surgir los problemas. Parece ser que hay varios factores involucrados y debemos tenerlo en cuenta si queremos ponerle remedio a esta incómoda situación que puede acabar afectando a nuestras vacaciones.
Cuáles son las causas del estreñimiento cuando viajamos
Para empezar, nuestro ritmo circadiano parece tener algo que ver. Y es que, según algunas investigaciones, nuestro tracto intestinal y las horas a las que acudimos al baño dependen en parte de dicho ritmo. Por ello, al verse alterado por los cambios que realizamos en los viajes - despertarnos a distinta hora, comer antes o después, etc.- puede afectar a nuestro ritmo circadiano, de manera que influya en nuestro tracto intestinal provocando el estreñimiento.
El cambio en los hábitos alimenticios también influye, no solo por el cambio en el horario, sino también porque comemos distinto. Muchos de nosotros, cuando estamos de vacaciones, no queremos cocinar o no nos preocupamos tanto por comer de manera saludable. El hecho de comer más en restaurantes, picotear de manera más habitual e ingerir comida menos saludable, también afecta a nuestro ritmo intestinal.
La deshidratación también puede ser un factor esencial en esto. Mantenernos bien hidratados nos ayuda a asegurar una buena función intestinal. Sin embargo, en verano pasamos mucho tiempo bajo el sol en playas o piscinas, o simplemente sufrimos más calor que el resto del año. Esto puede llevar a que estemos más deshidratados que el resto del año, lo que puede acabar influyendo en la aparición del estreñimiento.
Pero no solo depende de los factores físicos, sino que también podemos vernos afectados por el hecho de tener que usar una taza del váter que no sea la nuestra. Esto, para quienes no tienen este problema, puede parecer algo poco importante, pero en realidad afecta a muchas personas e influye en la presencia del estreñimiento cuando viajamos.
Qué podemos hacer para ponerle remedio
Para empezar, es importante que descansemos de manera adecuada y mantengamos unos patrones de sueño lo más estables posible. Además de esto, en la medida de los posible es importante que hagamos algo de ejercicio físico o, al menos, nos mantengamos activos.
Por supuesto, los alimentos que ingiramos son realmente importantes. Por ello, debemos intentar consumir alimentos altos en fibra, como fruta y verduras y asegurarnos de mantenernos correctamente hidratados. No alejarnos demasiado de nuestros hábitos alimenticios normales es una buena idea.
Si, de todas maneras, sabemos que tendemos a estreñirnos, podemos acudir a nuestro médico previamente para que nos recete o recomiende un laxante adecuado que nos ayude a ir al baño de manera más regular.
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