Las fajas reductoras de vientre son unas herramientas que se hicieron famosas hace bastantes años con el fin de ayudar a la pérdida de grasa debido a que ayudan a sudar y a "mantener el perímetro de la cintura a raya". Pero, ¿hasta dónde es verdad todo esto?
Fajas de vientre
¿Qué son las fajas reductoras de vientre?
Las fajas reductoras de vientre son cinturones, normalmente hechas de tela de polímero cuyo objetivo es la de atrapar todo el calor posible y aumentar la transpiración, es decir, el sudor.
¿Por qué se cree que funciona?
Tenemos la falsa creencia de que a mayor cantidad de sudoración, mayor pérdida de grasa habrá. Esto parece tener sentido ya que normalmente, cuánto más se suda, más intenso suele ser el entrenamiento y, por lo tanto, más kcal se queman y más grasa corporal se pierde.
Esto lo saben muy bien las empresas que se dedican a vender estos productos. A pesar de ello, esto no funciona así.
¿Por qué no funciona?
No funciona porque la pérdida de grasa no se produce a través de la sudoración. Si así fuese, sería muy sencillo perder grasa corporal. Únicamente tendríamos que estar todos los días en una sauna o baño turco, haríamos un poco de ejercicio y tendríamos un vientre plano como las modelos del fitness.
La grasa corporal se pierde a través de un déficit energético, ya sea a través de la dieta o el entrenamiento (preferiblemente a través de este último para evitar cualquier tipo de deficiencia de nutrientes como vitaminas, minerales, etc.).
Es probable que algunas vez hayáis visto a alguna persona dentro del fitness con una especie de cinturón. Eso no sirve para perder grasa, sino para mejorar el rendimiento ya que permite que tu espalda esté totalmente neutra y no haya riesgo de lesión.
Por otro lado, si alguna vez habéis visto a alguien dentro del mundo del fitness recomendar alguna de estas fajas, es porque han sido pagados por este tipo de empresas, por lo que es preferible que no hagáis caso.
Inconvenientes de usar este tipo de fajas
- En primer lugar, señalaremos que no todos los tipos de piel responden igual contra la sudoración. La acumulación de esta sustancia en nuestra piel puede resultar molesta. El sudor eventualmente fermenta en la piel, al contacto con la tela y el roce, la piel tiende a irritarse y en muchos casos puede quedar una herida e infectarse.
- Puede llegar a ser muy antihigiénico el uso de estas capas de aislamiento térmico, ya que su efecto sobre nuestro cuerpo es un invernadero que almacena calor y humedad a través del sudor. La tela del cinturón lo absorbe y eventualmente se convierte en un caldo de cultivo para las bacterias, ya que estos cinturones generalmente no son lavables.
Conclusiones sobre la faja reductora de vientre
Como se ha comentado en alguna ocasión en Vitónica, la clave para que exista una pérdida de grasa corporal, es el déficit calórico. Aunque es cierto que otros factores como los ya comentados pueden acentuar esta pérdida, desde luego que la faja de vientre NO ayuda en la pérdida de grasa.
Lo único que hacen estas fajas es aumentar la sudoración. Al fin y al cabo, aumentar la sudoración únicamente hace que pierdas más agua y sales minerales que, si se acentúa mucho, puede acelerar una deshidratación leve y disminuir nuestro rendimiento deportivo. Además se ha visto que tener una faja de vientre puede llegar a incomodar y reducir también nuestro rendimiento.
Por tanto, no desde nuestra opinión, sino que objetivamente, recomendamos NO comprar este tipo de productos que lo único que harán es que nuestro dinero desaparezca de la cartera.
De qué depende perder grasa corporal
La ganancia de grasa corporal es el resultado de un exceso de ingesta de energía en comparación con el gasto de energía. Para perder peso, se han recomendado una gran cantidad de estrategias que, algunas funcionan, y otras no. Entre estas estrategias nos encontramos con realizar un déficit calórico, aumentar la cantidad de ejercicio que se hace, usar fajas reductoras, consumir suplementos, etc.
Déficit calórico
Las dietas hipocalóricas convencionales suelen tener como objetivo reducir la ingesta diaria de energía entre 500 y 750 kcal. Esta restricción energética generalmente se logra con dietas con una reducción calórica de entre un 15-20% de las calorías de mantenimiento.
Las dietas convencionales son generalmente dietas bajas en grasas y la mayoría de ellas tienen la siguiente composición de macronutrientes: 30 % de grasas, 50 % de carbohidratos y 20 % de proteínas. A pesar de esto, hoy en día esto está cambiando y se realizan por gramos de macronutrientes por kilogramo de peso corporal. Normalmente, a día de hoy, se suelen consumir entre 1.5-2 g/kg de peso corporal de proteínas, 1 g/kg de peso corporal de grasa y el resto carbohidratos.
Se pone especial énfasis en reducir la ingesta de grasas saturadas (de origen animal) y aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras. Este último puede promover la saciedad y proporcionar una gran variedad de micronutrientes beneficiosos. La reducción de la ingesta calórica diaria de 500 a 600 kcal puede conducir a una pérdida de peso modesta de aproximadamente 0,5 kg por semana o 2 kg por mes. A pesar de eso, es solo una aproximación y aunque al principio sea así, luego la pérdida de grasa corporal es más lenta.
Es esencial que las dietas convencionales se individualicen en función del curso de pérdida de peso de cada persona, y se deben considerar las preferencias alimentarias individuales, ya que estas dietas generalmente se siguen durante largos períodos de tiempo para lograr una pérdida de peso clínicamente significativa.
Aumentar ejercicio físico
Cuando hay una gran cantidad de grasa corporal, especialmente la acumulación de tejido adiposo visceral, aumenta el riesgo de trastornos metabólicos, como la diabetes mellitus tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y el hígado graso no alcohólico.
Aunque lograr una reducción estable en el peso corporal solo con entrenamiento físico no ha mostrado efectos prometedores a nivel poblacional, el entrenamiento físico es un método eficaz para mejorar la composición corporal (aumento de la masa muscular y reducción de la grasa), así como para aumentar la sensibilidad a la insulina y la aptitud cardiorrespiratoria.
En comparación con el entrenamiento de resistencia continuo tradicional de intensidad baja a moderada, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) y el entrenamiento de intervalos de velocidad (SIT) son más eficientes en el tiempo como regímenes de ejercicio y producen resultados comparables en la reducción de la masa grasa total, así como mejorar la capacidad cardiorrespiratoria y la sensibilidad a la insulina.
Por otro lado, el entrenamiento de fuerza también es necesario si se quiere conseguir una pérdida de grasa corporal de manera eficiente, ya que nos ayudará en un principio a ganar masa muscular mientras perdemos grasa corporal y, mantener la masa muscular más adelante.
Consumo de suplementos para la pérdida de grasa corporal
Ha habido algunos suplementos que se lanzaron al mercado desde hace mucho tiempo con la garantía de que ayuda a perder grasa corporal, pero lo cierto es que solo algunos de ellos han conseguido la suficiente evidencia como para realmente garantizar una pequeña ayuda. Entre estos suplementos nos encontramos con:
- La creatina: Se ha demostrado que la suplementación con creatina aumenta la fuerza máxima medida por 1RM y la capacidad de trabajo total medida por el total de repeticiones con cargas submáximas. Aunque la creatina brinda beneficios inmediatos, los beneficios que ahora describimos no se deben a los efectos de la creatina en sí misma, sino a su capacidad para aumentar la capacidad total de trabajo. Además, la creatina favorece la liberación de iones de calcio del retículo sarcoplasmático, mejorando así la contracción-relajación muscular. Otro beneficio más importante de la creatina es que actúa como humectante al ejercer un efecto osmótico en las células, es decir, absorbe agua para su almacenamiento, lo que se conoce como hinchazón celular. Esto ayuda a mantener la masa muscular mientras estamos perdiendo grasa corporal
- Cafeína: A nivel muscular, la cafeína tiene un efecto directo, sobre todo porque es una sustancia que el organismo absorbe fácil y rápidamente. Este hecho tiene efectos interesantes sobre las contracciones musculares, mejorando en última instancia su rendimiento. Lo que es más importante, los efectos de la cafeína se enfatizarán más durante las actividades diarias de alta intensidad que requieren dilatación del tiempo, es decir, para actividades que duran más de lo habitual. Los efectos antes mencionados sobre los músculos del cuerpo están muy relacionados con la fatiga, ya que uno de los efectos de la cafeína es reducir la fatiga. La activación muscular se debe al aumento del flujo sanguíneo y, por lo tanto, a una mejor nutrición muscular en términos de energía. Por tanto, el efecto antifatiga de la cafeína es algo que no podemos pasar por alto y que nos ayudará a mejorar el rendimiento deportivo. Como se ha comentado anteriormente con la creatina, una mejora del rendimiento deportivo mientras perdemos grasa corporal, hace que nuestra pérdida sea más eficiente.
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