Como cada temporada nos encontramos en ese momento del año en el que vemos que las vacaciones de verano se nos echan encima y queremos lucir palmito en las playas y en las piscinas. Puede que la frase más oída en esta época sea la de "mañana empiezo la dieta y el entrenamiento y en un mes estoy listo para ponerme el bañador". ¿Ah, sí? ¿Estás seguro?
En el fitness, como en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida, el éxito viene del trabajo y de la paciencia. Porque ni la salud ni la estética pueden conseguirse en un día: el fitness no es un sprint para llegar perfectos a verano en un mes, sino una carrera de fondo en la que cada paso cuenta.
Algo más que entrenar: un cambio en tu estilo de vida
Es cierto que la sociedad no ayuda demasiado a tener claro el concepto de "fitness" como estilo de vida. Alrededor de mediados de mayo comienzan a aparecer en la televisión y en la prensa un montón de anuncios de cremas, fajas reductoras, máquinas de abdominales, dietas milagro y un largo etcétera de productos que nos prometen perder esos kilos de más que hemos acumulado durante 11 meses en los 30 días que nos quedan antes de ir a la playa.
Pero lo que debemos tener en cuenta es que el estilo de vida "fitness" es algo más que entrenar: es un cambio que abarca todos los ámbitos de tu vida, desde tu manera de alimentarte hasta cómo descansas por las noches. Lo mejor de todo es que este cambio de hábitos no sólo tiene repercusiones positivas en tu vida, sino también en la de los que te rodean.
Cinco ideas sencillas para un estilo de vida fitness
Para promover los buenos hábitos como la dieta sana y equilibrada y el deporte en nuestro día a día son importantes los pequeños gestos que, sin embargo, pueden causar un gran impacto en las personas que nos rodean.
Prescindir de coche, moto o transporte público y caminar más cada día: si tenemos algún compañero de trabajo o de estudios que viva cerca de nosotros, ¿por qué no proponerle hacer parte del camino andando en lugar de coger el autobús de puerta a puerta? Además, puede ser un buen incentivo para forjar amistades o lazos más fuertes.
La compra en el mercado, una actividad familiar: comprar en las grandes superficies suele ser fácil y rápido, pero quizás lo pagamos con la calidad de los alimentos. Reservar un día a la semana para ir en familia al mercado más cercano es una estupenda idea para comprar alimentos frescos y, si vamos con niños, inculcarles desde pequeños una buena educación nutricional.
Con los amigos, ¿siempre de copas? Si eres de los que sales siempre a comer o a beber con los amigos, intenta cambiarles el chip. Una pachanga de fútbol, una tarde de patinaje, un partido de volley en la playa... Cambiar de plan a uno más sano os dará nuevas experiencias que compartir juntos.
Ejercicio con las mascotas: para los amantes de los perros el cani-cross es una estupenda opción de pasar más tiempo con nuestros mejores amigos. Con los gatos está más difícil, pero jugar con ellos en casa haciéndoles correr y saltar también nos mantendrá activos. Si tu mascota es un pez... entonces adopta un perro o un gato.
Promueve la positividad: y es que el estilo de vida fitness es también mental. No se trata de andar todo el día pensando lo maravillosa que es la vida y pintando corazones de colores (no vivimos en una película de Disney) sino más bien de afrontar los problemas y situaciones más complicadas de nuestro día a día con una perspectiva diferente. No te centres en los problemas: encuentra las soluciones utilizando la creatividad y aprovecha las oportunidades.
Vive el fitness fuera del gimnasio: con tu familia, con tus amigos, en el trabajo... ¡nunca sabes a quién podrías estar inspirando!
Imagen | Thinkstock
En Vitónica | ¿Engordan los alimentos o engordan tus decisiones?
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