La importancia de respirar bien y la metodología para conseguirlo

El oxígeno es vital para vivir y el organismo lo necesita para estar en perfectas condiciones. Nunca reparamos en el proceso respiratorio porque es algo que hacemos de manera automática. A pesar de que la respiración se hace de manera involuntaria, aprender a respirar bien es importante, pues es necesario que dotemos al organismo del oxígeno necesario para así conseguir un bienestar total. Por eso en este post queremos detenernos es lo importante que es la respiración para encontrarnos mucho mejor.

A veces nosotros mismos nos ponemos trabas a la hora de respirar. El abdomen contraído, la acumulación de gases, la pesadez del abdomen, la contracción voluntaria del mismo que se convierte en un hábito… Todas estas variables son las causantes de que no respiremos de forma plena y completa. Nuestra respiración se hace más rápida y menos profunda. Esto representa un error a la hora de conseguir todo el oxígeno que necesitamos y sentirnos mucho mejor.

Fases de la respiración

La respiración tiene dos fases, una de inspiración de aire y otra de expiración. En este proceso es donde suele estar el error, que se basa en que normalmente inspiramos sin haber expulsado todo el dióxido de carbono que tenemos en los pulmones. Por ejemplo en el yoga es muy importante la respiración lenta y profunda en la que prima la obtención de aire después de haber eliminado todo el dióxido que hay en el organismo. De este modo se alcanza un estado pleno y satisfactorio para el organismo.

Contado así parece sencillo, pero en el fondo no lo es, ya que llevamos mucho tiempo respirando de esta manera y se trata de un hábito adquirido en el que ni si quiera pensamos. Por ello queremos detenernos en los diferentes tipos de respiración que se pueden identificar y en los beneficios que nos van a aportar. Por eso es necesario que las practiquemos y que las tengamos en mente para mejorar la calidad de nuestra respiración y con ello el estado general del organismo.

Respiración abdominal

En primer lugar nos vamos a detener en la respiración conocida como respiración abdominal. Cuando realizamos la inspiración el diafragma desciende y la base abdominal se hincha para llenarse de aire. Cuando esto sucede el diafragma inicia un descenso lento y un ascenso de la misma manera al expulsar el aire. Este movimiento lento genera un masaje en los órganos internos que ayudará a su correcto funcionamiento. Es el tipo de respiración más habitual y la que debemos hacer de manera lenta, profunda e intensa.

Respiración costal

El segundo tipo de respiración sería el costal. En este caso lo que hacemos es dilatar los pulmones en su zona media, de modo que abriremos la caja torácica haciendo que las costillas se separen como si de un fuelle se tratara. Este modo de respirar se usa en actividades deportivas o que requieren un mayor esfuerzo. Lo que hacemos es respirar menos aire, pero de un modo más rápido para dotar al organismo del oxígeno que necesita en ese momento.

Respiración clavicular

El tercer tipo de respiración que vamos a diferenciar es la llamada clavicular. Se trata de respirar con la parte superior de los pulmones. Como la explicada anteriormente, el aire en este caso abre la parte de la clavícula. Es la forma menos recomendada de respirar, ya que el aporte de oxígeno es pequeño y además la respiración es muy rápida y poco eficiente. Suele darse en momentos de estrés o de alarma.

Respirar bien

La mejor manera de optimizar la respiración en nuestro día a día es combinar las tres formas de respiración. Esta manera de respirar tiene su base en el yoga y lo que busca es aunar el correcto aporte de oxígeno para el organismo además de conseguir relajarnos mucho mejor y hacer que todos los órganos internos funcionen de la manera adecuada. Respirar correctamente nos aliviara de tensiones y de estrés. Por ello es necesario aprender a combinar las tres maneras de respirar y conseguir una respiración completa y más efectiva.

Método de respiración completa

Para lograr esta respiración completa lo que debemos hacer es practicar combinar las tres maneras de respiración. Lo que recomendamos en colocarnos boca arriba tumbados para concentrarnos en el proceso a seguir:

  • Primeramente expulsaremos todo el aire de los pulmones
  • Con los pulmones vacíos dejaremos descender el diafragma y llenaremos de aire la base abdominal de los pulmones. Poco a poco y relajadamente conseguiremos llenarla del todo sin expulsar el aire.
  • Habiendo llenado la parte inferior de los pulmones debemos ascender a la parte media y para ello abriremos las costillas y llenaremos de aire esta zona.
  • Finalmente terminaremos llenando la parte superior de los pulmones, haciendo que la zona de la clavícula se hinche

El aire debe entrar en todo momento lentamente y sin sacudidas. De este modo aprenderemos a llenar todos los pulmones y aprovechar toda su capacidad para obtener la mayor cantidad de oxígeno. Una vez terminado este proceso vaciaremos de la misma manera los pulmones. Lo haremos de forma lenta y relajada empezando a vaciar de la misma manera que comenzamos, desde la base de los pulmones hasta la parte de la clavícula para volver a empezar de nuevo. La espiración será más lenta que la inspiración hasta vaciar por completo los pulmones.

Después de esto notaremos un mejor estado de relajación y conseguirnos practicar respiraciones más profundas y productivas para encontrarnos mucho mejor y darnos cuenta de lo importante que es hacerlo de la manera correcta.

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