A simple vista y si sólo nos fijamos en su aspecto físico, Elisa Forti podría pasar perfectamente por una abuela de 80 años totalmente convencional, pero la realidad es que la increíble forma de vida de "la nona que corre" dista mucho de la de una abuela tradicional.
Según ella misma confiesa, en el running ha encontrado la amistad y compañerismo más sincero y prueba de ello es que a pesar de su octogenaria edad "la nona que corre", como ha sido apodada, ha sido capaz de conseguir las hazañas que hoy os contamos.
De sus orígenes podemos comentar que Elisa Forti es procedente de la ciudad italiana de Como, pero afincada en Argentina desde los 14 años y su historia, sin duda, un ejemplo de superación personal y de pasión por el deporte y la naturaleza.
Cómo comenzó a correr esta superabuela
Siempre se ha declarado amante del deporte y lo ha practicado de manera habitual desde su juventud, pero no fue hasta que cumplió los 72 años cuando se planteó un cambio de registro y comenzar a correr, deporte que le cambiaría la vida.
Desafiando el paso del tiempo, Elisa Forti comenzó a correr diariamente hasta el punto en que en un mes se inscribió en su primer carrera en Tandil. Un total de cinco horas corriendo... pero eso para "la nona" era lo de menos.
Se apuntó en la carrera de 10km y cuando llegó al pie del monte la octogenaria pensó : “Yo no paro acá, sigo y hasta donde llegue, llego”. Dicho y hecho, ya que no paró hasta los 28km.
Su gran hazaña
A sus 80 años, cumplidos en diciembre de 2014, el pasado año Elisa Forti atravesó por segunda vez la cordillera de los Andes, en un maratón conocido como el Desafío del Cruce, competencia de running que dura 3 tres días con etapas de entre 25-40 km diarias.
Un total de 104km recorridos en tres días, reto que la nona ha conseguido por segunda vez tras hacerlo ya en el año 2013, pero esta vez con un inconveniente añadido, el dolor de una costilla fisurada.
La carrera la realizó en compañía de uno de sos 11 nietos, de 19 años, y ese es precisamente uno de los motivos por los cuales Elisa Forti asegura seguir haciendo "sus locuras", el orgullo que sus que familiares sienten hacia ella.
“Primero, me anoté sola, porque no conseguía compañera. Pero un día, cenando en familia, mi hijo les dijo a sus dos hijos: '¿Por qué no la acompaña uno de ustedes dos?'. Fue una sorpresa muy grande que me acompañara con esa madurez y responsabilidad. Yo mandaba el paso y él me seguía sin protestar”.
El deporte cambia la vida!
Como veis una historia de superación y de pasión total por el deporte y la vida sana que ha dado la vuelta al mundo, de la mano de una abuela de 80 años que en lugar de encontrar límites en la vida, ha encontrado un aprendizaje humano a través del deporte.
El running tiene eso: todos los que te pasan al lado te dan una mano, ya sea con la bebida, con una palabra de aliento, con un pedacito de pan, con un caramelo… Eso es único. Es el único deporte que yo encontré que representa la amistad y el compañerismo. No hay celos. Todos se ayudan.
Imágenes | Facebook Elisa Forti
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