Sabíamos que tener un perro como mascota nos ayuda a ser más activos, pero ésta asociación tiene especial importancia durante el embarazo, pues las embarazadas optan frecuentemente por caminar para mantenerse activas y aquellas que tienen un perro se mueven más con respecto a las que no tienen mascota.
Durante el embarazo, la actividad es aconsejable a baja intensidad y por un mínimo de 30 minutos diarios para beneficiar a la madre y al bebé en gestación. Y se supo con un reciente estudio que las embarazadas que tienen un pero cumplen en un 50% más con la recomendación de activdiad física que aquellas sin la compañía del animal.
El sedentarismo durante la gestación es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades durante el segundo y tercer trimestre, como la preeclampsia o diabetes gestacional, además, no moverse incrementa la fatiga y las molestias propias de esta etapa biológica. Por eso, la compañía de un animal que obliga a caminar a su lado para satisfacer las necesidades de la mascota, puede ser un gran beneficio porque promueve la actividad física y ayuda a alcanzar los 150 minutos semanales recomendados de caminata.
Los que tienen una mascota, especialmente un perro, saben que con ellos uno debe moverse un mínimo de minutos al día, y durante el embarazo ese mínimo de actividad puede ser suficiente para mantenerse lejos del sedentarismo y llevar una gestación más saludable.