Llegan las comidas y cenas de Navidad: por qué no debes tratar de compensar los excesos si buscas perder peso

En las fechas próximas llegan días donde abundan los compromisos familiares ya no solo para celebrar los días más señalados de la Navidad sino también para reencontrarse con amigos o personas de nuestra vida que viven fuera. Todo suele girar en torno a la comida y a la bebida y es fácil que nuestros hábitos nutricionales se vean un poco afectados. 

En estas fechas también abunda la publicidad agresiva sobre qué hacer para compensar los excesos o incluso cómo desintoxicarte durante o después de las navidades. Ni hay que compensar ni tu cuerpo necesita una desintoxicación. Comes para nutrirte y entrenas para estar sano y no deberías usar ninguna de estas dos cosas para tratar de quemar más calorías o perder los kilos que hayas podido ganar. 

En este artículo te explicamos por qué debes eliminar la palabra "compensar" de tu vocabulario y por qué no debes tratar de hacerlo con los "excesos" que creas que hayas tenido estos días. 

Cómo deberíamos enfocar el déficit calórico

Cuando buscamos perder grasa es necesario aplicar un déficit calórico. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. No obstante podemos enfocarlo desde dos perspectivas: generar el déficit a base del recorte de la ingesta de calorías o generar el déficit aumentando nuestra actividad física. 

Lo ideal es aplicar ambas al mismo tiempo pero siempre dando por hecho que somos personas que entrenamos y que nos mantenemos activos incluso cuando no estamos entrenando. 

De esta manera, sé una persona activa, siempre, independientemente de las fechas e independientemente de si comes más o si comes menos. 

¿Es Navidad, quieres perder grasa y te es complicado conciliar este objetivo con los compromisos? Si eres una persona activa es más importante lo que sucede entre enero y diciembre que lo que sucede entre diciembre y enero. 

¿Es Navidad, quieres mantener tu estado de forma y composición corporal y te es difícil conciliar esto con los eventos familiares y sociales? Si eres una persona activa, mantendrás tu estado de forma y en dos semanas no vas a notar cambio alguno en la composición corporal. 

Evidentemente, que sea Navidad no implica tampoco que tengas que abandonar tus hábitos nutricionales y deportivos. Eso depende de tus decisiones y circunstancias personales. 

No trates de compensar los excesos, no va a funcionar

Compensar es una palabra que como veremos un poco más adelante, no nos gusta. Psicológicamente es peligroso pensar así en lo que a relación con la comida se refiere y es de hecho la psicología la que hará que "compensar" no funcione. 

Una persona que ve el deporte como un medio para adelgazar o para mantenerse delgada es una persona con muchísimas papeletas de darse atracones y alternar de forma cíclica periodos de mucha ingesta de comida con periodos de restricción. Así mismo, lo mismo que existen atracones de comida también existen atracones de deporte que pueden no solo incrementar el riesgo de lesión sino también tirar por la borda parte del progreso que puedas llevar entrenando. Esto último por simple extenuación. 

Cuidado con usar la palabra "compensar" 

Si oigo la palabra compensar se me encienden las alarmas como dietista y es que las personas que entrenan y tienen buenos hábitos nutricionales deberían hacerlo por salud y no por estética, por mantener un peso o por mantener una talla. 

La alimentación debe ser vista como energía y nutrientes no solo para vivir y estar sanos sino también para ser activos haciendo lo que nos gusta con quien nos gusta y cuando nos gusta. Por supuesto, esto también incluye entrenar, que a su vez, complementa este estado de salud. 

Acudir a clases dirigidas teniendo únicamente en cuenta lo que sudamos o las calorías que gastamos es entender el deporte de una manera muy grotesca. 

Ten en cuenta que tener actitudes compensatorias hacia el deporte o hacia la nutrición bien puede requerir la ayuda de un profesional. Estos días simplemente disfruta con los tuyos y haz buenas elecciones nutricionales que también se puede si lo tienes en cuenta con antelación. No obstante, pase lo que pase, en apenas unos días tu ritmo de vida volverá a la normalidad. Simplemente asegúrate de que esa normalidad implique buenos hábitos duraderos en el tiempo. 


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