La presencia del coronavirus en nuestro país, con el número creciente de contagios - número que ha ido subiendo muy rápidamente en el último mes - y la necesidad de pasar al menos 15 días en aislamiento en nuestra casa desde que el sábado si instauró el Estado de Alarma, está provocando que los niveles de ansiedad de muchas personas se estén elevando.
Si entramos en redes sociales, veremos numerosas recomendaciones de personas que padecen ansiedad - y de las que no - nos ofrecen de buena fe para ayudarnos a encontrarnos mejor. El problema, sin embargo, es que en muchas ocasiones estas personas no son profesionales de la salud mental.
En estos casos, igual que ocurre con cualquier trastorno o enfermedad, lo ideal sería que solo atendiéramos a las indicaciones dadas por los profesionales. En este caso psicólogos clínicos, psiquiatras y médicos de familia cuando se trate de medicación. Ellos son los profesionales que realmente tienen la información y los conocimientos adecuados para aconsejarnos o tratarnos. Nadie más.
Algo que ocurre con la ansiedad, como con otras enfermedades, no es raro escuchar términos bélicos como "luchar contra la ansiedad" o "vencer a la ansiedad". También puede ocurrir lo contrario y que veamos a personas recomendar adentrarse en la ansiedad, pensar profundamente en todo lo que nos da miedo, en la muerte y, en el caso concreto del coronavirus, buscar toda la información que podamos sobre la enfermedad y la situación para "abrazar la ansiedad".
La realidad es que las recomendaciones de los psicólogos se alejan de ambas ideas. Así, Colegios Oficiales de Psicólogos como el de Cantabria o Madrid recuerdan que la ansiedad es una respuesta adaptativa que surge ante una amenaza - real o percibida - y que busca ayudarnos a sobrevivir. Es perfectamente normal que sintamos ansiedad y aceptar que en una situación así, amenazante e imprevisible pueden darse picos de ansiedad.
Recomiendan, además reconocer nuestras emociones, hablar de ellas, pero intentar seguir haciendo vida normal y continuar con nuestras rutinas. Una de las cosas que ocurre con la ansiedad es que somos poco tolerantes a sus síntomas e intentamos "deshacernos" de ella o luchar contra ella, lo que puede hacer que aumente todavía más. La idea es que, igual que cuando tenemos un resfriado y nos duele la garganta toleramos este síntoma, aunque sea molesto, hagamos lo mismo con los de la ansiedad: tolerarla. Ni luchar contra ellos ni lanzarnos en sus brazos. Tolerarlos e intentar continuar con nuestra vida al margen de los mismos.
Además, la recomendación general es intentar no buscar información constantemente y hacerlo únicamente en canales y medios oficiales y en fuentes creíbles y confiables, tal y como indica el APA (Asociación Americana de Psicología). Preferiblemente buscaremos esta información una o dos veces al día, para no estar en constante tensión de buscarla y recibirla información. Para ello se recomienda, incluso, alejarnos de las redes sociales y de los grupos de Whatsapp que compartan información falsa o sin comprobar.
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