Cada vez más nos sentimos cansados durante más tiempo y no entendemos por qué, y generalmente lo solemos dejar pasar. Esto es porqué estamos acostumbrados a un ritmo de vida muy acelerado en comparación con otras generaciones.
Normalizar esta situación es claramente un error, por ello te mostramos las siete razones más comunes que influyen en tu sensación de descanso y energía, que si las mejoras, mejorará tu día a día.
No dormir lo suficiente
Cuando no duermes lo suficiente alteras tu ritmo de sueño, y eso se transforma que al día siguiente no te sientes con toda la energía necesaria. Actualmente, tendemos a dormir muy poco a causa de todas las responsabilidades que tenemos.
Priorizar el sueño es muy importante si al día siguiente quieres rendir con normalidad y estar plenamente activo.
No comes como deberías
Tanto los excesos como la falta de alimentación influyen de forma muy drástica a tu nivel de energía. En el caso de no consumir las suficientes calorías que necesitas puede derivar a una sensación de agotamiento constante. Además, cuando ingieres muy pocas calorías, tu metabolismo se ralentiza para preservar la poca energía que tiene, y esto causa un cansancio prolongado.
Del mismo modo afectan los alimentos ultra-procesados a nuestra sensación de fatiga, es decir, el consumo de alimentos sin alto valor nutritivo, que son aquellos con alto contenido de grasas y azúcares, generan a la larga una sensación de fatiga.
Hidratación inadecuada
No beber una cantidad de agua suficiente provoca deshidratación, que esta disminuye los niveles de energía y hace que nos sintamos agotados. Cuando no le das a tu cuerpo la suficiente hidratación, el corazón empieza a ser menos eficiente y se reduce la velocidad a la que los nutrientes y los oxígenos llegan a todas las partes del cuerpo, cuando eso sucede empieza la sensación de fatiga.
Altos niveles de estrés y ansiedad
La ansiedad y el estrés alteran mucho el estado de ánimo y el nivel de actividad cerebral. Cuando estamos en un periodo de mucha ansiedad y/o estrés, tendemos a cansarnos mucho más rápido. Esto es porqué nuestro sistema simpático se activa, produciendo reacciones en nuestro cuerpo que generan un consumo de energía mayor.
Cuando estamos en una situación de huida, se general prácticamente la misma reacción que cuando tenemos ansiedad y estrés de forma prolongada. Esto genera una fatiga que luego no podemos recuperar plenamente.
Realizar un ejercicio insuficiente
Hacer deporte de forma regular nos aumenta nuestra capacidad de resistencia a la fatiga, un ejercicio insuficiente puede provocar que nuestro cuerpo no esté acostumbrado a niveles de energía muy altos, por ende, nos sentimos fatigados más a menudo.
Por lo tanto, realizar ejercicio de forma controlada nos ayudará a conciliar mejor el sueño y nos sentiremos más activos y con más resistencia a la fatiga.
Dependencia a la cafeína
Depender de bebidas energéticas es un error muy común, ya que nuestra jornada laboral suele ser larga, y solemos necesitar un aporte de energía momentáneo.
El problema surge cuando creamos tolerancia hacia esas bebidas, provocando que aumentemos su consumo y disminuyamos la calidad de nuestro sueño. Además, esta dependencia a la cafeína provoca que cuando no estemos bajo sus efectos estimulantes, sintamos más fatiga, nos disminuya le estado de alerta y la función mental.
Problemas de salud o tomar ciertos medicamentos
Existen muchas enfermedades que pueden causar fatiga pero las más comunes en la sociedad moderna son anemia, diabetes, artritis y obesidad. Este tipo de enfermedades, como la gran mayoría, alteran el metabolismo de tu cuerpo haciendo que aumente tu sensación de fatiga.
Además, hay muchos medicamentos que, como efecto secundario, causan somnolencia y fatiga, como los usados para tratar la hipercolesterolemia, los tranquilizantes o ansiolíticos (benzodiacepinas), los antihistamínicos, los antidepresivos, los antipsicóticos y los antibióticos. Por ello, si tomas alguno de estos medicamentos, seguramente tu fatiga sea derivada de su toma.
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