El deterioro cognitivo es una consecuencia preocupante del envejecimiento normal o patológico, que tiene una alta carga personal, económica y social; Además, podría presagiar la aparición de la demencia, que se asocia con una morbilidad y mortalidad significativas.
En las últimas décadas, se ha descubierto que ciertos compuestos son útiles en el tratamiento del deterioro cognitivo. El término nootrópico se ha utilizado para definir a tales sustancias con la capacidad de mejorar la cognición.
La función de los nootrópicos se suelen confundir con la mejora de la inteligencia. Además de mejorar la función cognitiva, mejora también ciertos parámetros relativos a la salud cerebral como el estrés, ansiedad, insomnio, etc.
Antes de nada, es muy importante recalcar que, aunque ciertos nootrópicos sí han mostrado tener ciertos impacto en la mejora cognitiva, hay otros estudios que no han mostrado ningún resultado en comparación con placebo, por lo que antes de comprar cualquier tipo de suplementación relacionado con la mejora cognitiva, habría que ver otros aspectos importantes relacionados con esta como, por ejemplo, el manejo del estrés, que sí ha mostrado que reducirlo, sí tiene un impacto positivo.
A diferencia de lo que creemos, la principal función del cerebro, no es pensar, es mantener las funciones básicas como respirar, el latido del corazón y, muy importante, el movimiento. Realizar ejercicio físico ha mostrado mejoras de la cognición con las que los nootrópicos sueñan.
Actualmente, se están evaluando los impactos de los agentes nootrópicos a base de alimentos, con el fin de mejorar su calidad/suministro (por ejemplo, nanoencapsulación y nanosuspensiones), o desarrollar un fármaco que sea un híbrido de agentes nootrópicos sintéticos y naturales, posiblemente con menos efectos secundarios, menor costo y mayor eficacia. Además, el desarrollo y la adopción clínica de un régimen que consiste únicamente en agentes a base de alimentos que mitigan o posiblemente reviertan el deterioro cognitivo es digno de consideración porque ofrece más opciones a los pacientes que pueden tener antecedentes socioeconómicos pobres o que son residentes de países más pobres.
A continuación os detallamos que sustancias se consideran nootrópicas y podrían ayudar.
GABA
El GABA o ácido gamma aminobutírico, es un neurotransmisor que actúa como freno en las sinapsis o conexiones neuronales que se producen en períodos de estrés.
Según los estudios, los marcadores de estrés de ambas divisiones del sistema nervioso autónomo y del sistema nervioso central parecen verse afectados por la ingesta oral de GABA. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las dosis eficaces para la reducción del estrés y/o los beneficios protectores del estrés oscilan entre 2,01 y 100 mg, donde las dosis más bajas de hasta 30 mg parecen afectar los marcadores autonómicos de estrés y una dosis de 100 mg parece afectar a los marcadores centrales del estrés.
Con respecto al sueño, la ingesta repetida de GABA a lo largo de los días puede mejorar los parámetros del sueño temprano. Sin embargo, es importante señalar que las dosis necesarias para obtener los beneficios del sueño (que oscilan entre 100 y 300 mg para el GABA biosintético) parecen ser más altas que las de los beneficios del estrés (que oscilan entre 20 y 100 mg para el biosintético y 2,01 y 26,4 mg para el GABA natural) y parecen requerir un uso prolongado (1 a 8 semanas) para mejorar las medidas tempranas del sueño únicamente.
Melatonina
La melatonina parece ayudar a regular los ritmos circadianos y a reducir el tiempo de latencia hasta que coges el sueño, es decir, que reduce el tiempo desde te acuestas hasta que te duermes.
Sabemos que es un antioxidante muy potente y esto implica que podría tener efectos neuroprotectores, es decir, disminuiría el daño que causa, por ejemplo, tener ciertos hábitos nocivos como el beber alcohol, comer ultraprocesados, fumar, etc.
A pesar de ello, no es una excusa para hacer todo lo anterior si se toma melatonina. Lo más importante es llevar una vida sana a base de ejercicio físico, dieta sana y descanso.
Además, se sabe, que déficits de melatonina podrían alterar el sueño, generar síntomas depresivos y aumentar el envejecimiento prematuro.
ALCAR y L-carnitina
El Alcar, o L-acetilcarnitina es un derivado de la L-carnitina. Es un ingrediente para la formación de acetilcolina, que es un neurotransmisor directamente implicado en la función cognitiva.
Sabemos también actúan como antioxidante, al igual que la melatonina, por lo que también podría efectos neuroprotectores y aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro.
La capacidad del tratamiento con L-carnitina y ALCAR para disminuir el estrés oxidativo y el daño oxidativo subsiguiente del ADN, y la peroxidación lipídica sería una clave para la neuroprotección. El tratamiento con L-carnitina influyó en las vías de transducción de señales en un modelo preclínico de lesión cerebral en adultos. Esto no se ha informado y probablemente aún no se haya estudiado con ALCAR. Tanto la L-carnitina como el ALCAR podrían conducir a una menor pérdida de tejido cerebral.
Teanina
La teanina es un aminoácido que se encuentra sobre todo en el té verde. Sabemos que podría mejorar la atención, la concentración y el estado de ánimo y, además, sobre todo, provocar una sensación de relajación y una disminución del estrés.
Por otro lado, parece que es capaz de aumentar los niveles de GABA, de serotonina y dopamina, que son dos neurotransmisores implicados en el hedonismo.
Según los estudios que muestran ciertos efectos positivos, una dosis de 400 mg sería más que suficiente para notar los efectos.
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