En aras de tener una buena salud, muchos de nosotros intentamos alcanzar unos hábitos saludables que vayan sumando ya no solo años de vida, sino también calidad a esos años, que realmente es lo que importa.
Para ello tenemos muy en cuenta hacer ejercicio físico, comer de manera saludable, descansar correctamente, etc. Aun así, hay veces que nos fijamos en ciertos aspectos que, aunque puedan tener algo de relación con una buena calidad de vida, a veces es equivocado.
Como he comentado anteriormente, hay ciertos hábitos y factores que, aunque pueden tener cierta relación con la salud, hay veces que no lo enfocamos correctamente y puede estar generando todo lo contrario.
Tener un peso corporal correcto
Aunque tener un peso corporal acorde a nuestra altura puede parecer un buen indicativo de salud, realmente lo más importante es fijarnos en nuestra composición corporal. Se ha relacionado la masa muscular y masa ósea con una menos mortalidad, por lo que sí, aun teniendo un peso corporal acorde a nuestra altura, tenemos poca masa muscular y mucha grasa, no será un factor que nos aproxime a una salud adecuada, más bien todo lo contrario.
Cuando hablamos de tener masa muscular, no nos referimos a ser personas con muchísima masa muscular, sino tener una masa muscular suficiente como para poder hacer nuestras actividades diarias, sobre todo si la persona en cuestión es de la tercera edad.
Se ha visto que a más masa muscular, menor riesgo de patologías como cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.
Realmente, al igual que la felicidad, conseguir el cuerpo que quieres (que no tiene por qué ser más o menos bonito que otro), tendría que ser una consecuencia de tus hábitos, no un objetivo en sí. Si convertimos nuestro cuerpo como propósito, probablemente estemos cavando nuestra propia tumba psicológica, aumentar nuestros niveles de estrés, pudiendo llegar a tener una ansiedad crónica y padecer de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como bulimia.
Por otro lado, tener un peso adecuado, no dice nada de otros hábitos que tengamos como por ejemplo fumar, beber alcohol, que son extremadamente perjudiciales para nuestro organismo.
Alimentarse a base de alimentos sin procesar o poco procesados
Todos tenemos claro que consumir alimentos no procesados o poco procesados es mucho mejor que consumir alimentos ultraprocesados ya que estos últimos han mostrado que, al consumirlos, hay mayor probabilidad de padecer patologías como cáncer o enfermedades cardiovasculares.
A pesar de esto, el tener una obsesión con algo, y más la comida, que la tenemos las 24 horas del día presente (en casa, publicidad, trabajo, etc.) puede generarnos trastornos de ansiedad bastante graves. Y ya no solo eso, sino que también podría generarnos patologías que también están muy relacionadas con la ansiedad como las enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, la amígdala, que es una estructura localizada en el cerebro, suele estar muy activa cuando hay trastornos de ansiedad, repercutiendo negativamente en nuestros órganos.
Por otro lado, es muy común ver personas que intentan compensar hábitos perjudiciales como beber alcohol o ser sedentario con el comer correctamente. Esto nos lleva a que una alimentación correcta no es consecuencia de que nos guste comer bien, sino como un método de escape de los efectos nocivos de los hábitos anteriormente comentados. El problema es que una buena alimentación no compensa nada.
Ser vegetariano
Aunque está bien documentado que basar nuestra alimentación en productos vegetales integrales es una forma de comer mejor que basarlo en productos animales, hay que observar también qué productos vegetales se consumen, ya que no todo el mundo tiene ese conocimiento.
Hay muchas opciones vegetales que suelen tener muy malos ingredientes, haciendo que, aunque sí sean de origen vegetal, consumamos igualmente ultraprocesados, con la carga que tiene eso en nuestro organismo.
Saber mucho de nutrición
Por mucho que se sepa de un tema en concreto, no podemos pretender que nuestro marco de salud se oriente únicamente a un único factor, que en este caso es la alimentación.
Si sabemos mucho de nutrición, pero no aplicamos otras ramas de la salud como el ejercicio físico, el descanso, etc., aunque nuestro hábito alimentaria sea impecable, no será lo suficiente como para mantener una buena salud.
Y por supuesto, tener mucho conocimiento sobre un tema, no hace que nuestra conducta pueda orientarse correctamente. Por ejemplo, todo el mundo sabe que fumar es algo perjudicial, pero muchísimas personas fuman. Saber mucho sobre un tema no es sinónimo de predicar con ello, por lo que, aun teniendo mucho conocimiento sobre nutrición, podemos tener mucho estrés y una muy mala relación con la comida, tener un TCA.
Hacer deporte de manera habitual
Realizar ejercicio físico es algo muy importante para mantener una buena masa muscular, poca grasa visceral (que es muy perjudicial), una buena estructura ósea (evitando así patologías como la osteoporosis, etc.)
Aun así, es cierto que realizar deporte sin tener en cuenta el descanso, puede perjudicarnos más que ayudarnos. Esto significa que aquellas personas que entrenen sin ningún tipo de metodología, que entrenen sin pautar descansos, realizar mala técnica de los ejercicios (ya sea de fuerza, corriendo, natación…) tendrán un mayor riesgo de lesión, un sistema inmune estresado, etc.
Como con la alimentación, realizar mucho ejercicio físico puede ser un síntoma de compensación de otros hábitos no saludables como beber alcohol, atracones de comida, etc. Esto hace que a nivel físico no sea positivo, sino que a nivel psicológico e incluso social pueda perjudicarnos.
Nuestro bienestar depende también de nuestra socialización, y si no quedamos con nuestro círculo porque tenemos que hacer deporte, nos afectará psicológica y socialmente de manera negativa.
Hacer mucho ejercicio cardiovascular
El ejercicio cardiovascular tiene muchísimos beneficios en cualquier ámbito, a nivel psicológico, a nivel cardiorrespiratorio, pulmonar, esquelético, etc.
El problema llega cuando, en vez de ser un ejercicio con el que disfrutemos, se convierte en una obligación, haciendo que psicológicamente estemos atados a algo en concreto, que es el ejercicio cardiovascular.
En algunas personas, cuando hablamos de fitness, parece que su autoconcepto es el entrenamiento de fuerza, el ejercicio cardiovascular, la cantidad de comidas que hace, etc., perjudicando gravemente el bienestar emocional.
Alimentarnos a base de productos detox
Consumir este tipo de alimentos parece que suene a que estamos cuidando de nuestros órganos como el riñón o el hígado, pero para nada es así. Nuestros riñones e hígado ya se detoxifican solos porque justamente su función, entre otras, es esa.
Es como si tomásemos algo que ayudase a que nuestro corazón latiese o que nuestro aparato digestivo digiriese la comida. Además, normalmente este tipo de productos, además de ser falso porque no existen alimentos detox, es un nombre llamativo que se le da a ingredientes de baja calidad porque suelen estar hechos de ese tipo de ingredientes.
Esto genera no solo que no ayude, sino que puede perjudicar a largo plazo a nuestra salud si los continuamos consumiendo.
Hacer cheat meal
Se ha creído durante mucho tiempo que hacer una cheat meal era algo positivo porque permitía a la persona desconectar de la dieta y aumentar su bienestar psicológico.
Aunque sí es verdad que la comida anestesia, el problema es cuando únicamente tenemos como recompensa una comida. En el ambiente tenemos muchísimas recompensas que nos pueden anestesiar y hacernos olvidar de lo malo del día a día, por lo que recurrir a una hamburguesa o helado como anestésico puede generarnos problemas de ansiedad muy grandes.
Comprar alimentos light, 0% azúcares, etc.
Hay algo que hemos de tener en cuenta, y es que cuánta más publicidad, etiquetas y apellidos se les de a los alimentos, menos saludables van a ser.
Un alimentos no es bueno porque tenga menos grasa o porque tenga 0 azúcares, sino del impacto positivo que pueda tener en nuestro organismo. Por ejemplo, los carbohidratos de la fruta son en su mayoría azúcares, pero un alimento como la fruta no se compone
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