Los médicos nos deberían recetar a todos ir al bosque o estar en contacto con la Naturaleza como una eficaz medida para potenciar nuestra salud a muchos niveles:
Antistress natural: un reciente estudio encargado a diversos expertos por la Agencia Forestal de Japón ha demostrado que realizar paseos por el bosque resulta tan benéfico como seguir una sesión de meditación. Después de 30 minutos, baja la tasa de cortisol, la hormona del estrés y aumentan las defensas inmunitarias del organismo. Además, la luz natural, los olores frescos del campo, los colores verdes dominantes tan diferentes de los grises de la ciudades, … todo invita a desconectar, y a la calma y la serenidad de forma espontánea.
Cura de oxígeno: Cada árbol es capaz de producir alrededor de siete litros de oxígeno por día y sus hojas filtran el aire y retienen muchas impurezas. Si a esto le añadimos la capacidad ionizadora natural del viento y que la composición del aire en la Naturaleza es mayor en iones negativos (los saludables) frente a la ciudad, nos da una idea de cómo se puede beneficiar nuestro organismo. Es por esta calidad del aire, que muchas personas experimentan una intensa sensación de bienestar cuando están en el campo y no saben muy bien por qué.
Un buen ejercicio para oxigenar al máximo nuestros músculos es inspirar profundamente, llenando nuestros pulmones y espirar lentamente.
Comunicarnos con los árboles: muchas tradiciones naturales nos invitan a aprovechar la energía de los árboles para recargar pilas:
Sentándonos en ellos y simplemente descansando y disfrutando de la Naturaleza
Abrazándolos y realizando nuestros ejercicios de respiración al unísono con ellos
Apoyándonos y haciendo estiramientos físicos con ellos
Sea como sea, cambiar de vez en cuando la madera muerta de nuestros muebles de ciudad y aire contaminado por madera y aire vivo y lleno de oxígeno debería estar como prioridad en nuestra agenda y propósitos de año nuevo.
La sociedad de consumo nos ofrece también ionizadores artificiales, botellas de agua con oxígeno, bares de oxígeno y otros productos, pero nada comparable con salir fuera de casa, mirar al Cielo y respirar de verdad.
Vía | Parte de la revista Mía y parte de cosecha propia En Vitónica | Respiración y emociones