Si hemos recibido la educación sexual adecuada durante la adolescencia, sabemos cómo evitar un embarazo no deseado: utilizando anticonceptivos ya sean de barrera física u hormonales. Lo que no todo el mundo tiene tan claro son algunas cosas sobre todo lo contrario, es decir, cómo es el proceso de quedarse embarazada.
No me refiero, obviamente, a los fundamentos básicos de la fecundación (eso sí que lo tiene todo el mundo bastante claro) sino cómo y cuándo ocurren esos fundamentos, por qué a veces requiere cierto tiempo antes de ocurrir con éxito y qué se puede hacer si pasado ese tiempo aun no hemos conseguido el embarazo deseado.
1. Ten paciencia
Lo primero es tranquilizarse, porque las probabilidades juegan a tu favor. El 85% de las parejas consiguen quedarse embarazadas sin necesitar recurrir a la ayuda de un médico.
Pero hay que tener un poco de paciencia. Es común pensar que, una vez abandonados los anticonceptivos, el embarazo ocurrirá en seguida. A veces es así, y otras veces no. Se calcula que de media son necesarios unos seis meses, pero eso varía enormemente según la edad, el estado físico y la frecuencia con que se tienen relaciones sexuales.
A partir de los 35, las cosas se complican: concebir puede llevar más tiempo y las probabilidades de no conseguirlo aumentan.
2. La mejor forma de intentar quedarse embarazada
Hay miles de mitos y leyendas sobre los mejores trucos para quedarse embarazada, desde tumbarse con las piernas hacia arriba hasta acupuntura. Algunos han demostrado tener cierto fundamento, y otros no.
Por ejemplo, levantar las piernas tras el coito durante un par de minutos para que la gravedad eche una mano no es desaconsejable, aunque tampoco es una garantía de éxito. Pasados ese par de minutos, puedes adoptar una postura más cómoda. Sin embargo, la mayoría de los científicos coinciden en que no hay una postura, ritual o momento del día que garantice un mayor éxito.
De hecho, el único truco que funciona es asegurarse de que los espermatozoides se encuentran con el óvulo entre 12 y 24 horas después de la ovulación. Esta ocurre aproximadamente unos 14 días antes del final del ciclo menstrual.
Detectar ese momento no siempre es sencillo. Normalmente se identifica por cambios en el flujo vaginal y por ciertas molestias en el vientre, pero no todas las mujeres saben identificar estos cambios que a veces son muy sutiles. Existen tests de ovulación que pueden ayudarte a identificar el momento en que tienes más probabilidades de quedarte embarazada.
3. ¿Cuándo es momento de ir a un especialista?
Si tienes menos de 35 años, date un año entero de margen antes de acudir a un especialista en fertilidad. Como decimos, quedarse embarazada normalmente lleva más tiempo de lo que esperamos, unos seis meses de media. Pero puede ser algo más. Si crees estar perfectamente sana, tómatelo con calma y date un año.
Si tienes más de 35 años y también estás sana con ciclos regulares y normales, acude a un médico si tras seis meses de intentarlo no lo has conseguido. En cambio, si tus ciclos son irregulares o crees que puede haber algún problema añadido, es buena idea acudir a un especialista si en tres meses no has conseguido un embarazo.
4. La parte psicológica de lograr un embarazo
Intentar y no conseguir quedarse embarazada es una situación que puede generar mucho estrés, ansiedad y frustración, que pueden terminar convirtiendo lo que debería ser una experiencia feliz en un momento muy duro y desagradable.
Por eso, aunque se recomienda esperar el tiempo indicado antes de acudir a un especialista, no dudes en ir antes si tienes dudas o inquietudes que te pueda ayudar a resolver. Hacer pruebas de fertilidad no es agradable, pero puede servir para despejar la cabeza y tomarse todo el proceso de una forma más positiva.
Por otro lado, es importante que, en caso de vivirlo en pareja, ambos miembros compartan el proceso de forma sincera y honesta, hablando abiertamente de lo que cada uno espera y siente en cada momento para que las dificultades de concebir no se conviertan también en dificultades de convivencia o dentro de la relación.
5. Síntomas de la infertilidad
Aunque como decimos el 85% de las parejas consigue un embarazo con un poco de paciencia, en algunos casos uno o los dos de los miembros es poco fértil y por tanto hay una imposibilidad de lograr la fecundación sin ayuda. Estos son algunos síntomas que pueden hacer sospechar un problema de fertilidad.
En las mujeres
En las mujeres, cambios o problemas en la menstruación y ovulación pueden estar relacionados con un problema de fertilidad. Estos pueden ser periodos anormales en los que la menstruación es más abundante o más escasa de lo habitual, periodos irregulares en los que los días varían mucho de un mes al siguiente, ausencia de menstruación de pronto durante varios meses o periodos muy dolorosos.
A veces se trata de un problema hormonal, y síntomas no relacionados pueden ayudar a identificar que ese problema existe: cambios en la piel, cambios en la libido y el deseo sexual, aparición de vello corporal y facial en sitios donde antes no lo había, subida de peso y caída del cabello, entre otros.
En los hombres
Al no tener algo similar a la menstruación que sirva como indicador, los síntomas de infertilidad en los hombres son más vagos y pueden pasar desapercibidos durante años hasta que el hombre intente tener un hijo.
Algunos de ellos, también relacionados con las hormonas, son cambios en la piel, el pelo y el deseo sexual, dolor o inflamación de los testículos, problemas con la erección y la eyaculación o tener los testículos demasiado pequeños y rígidos.
6. Causas de infertilidad en las mujeres
Existen distintas causas para la infertilidad, algunas de ellas son temporales y tratables, como el estrés o el sobrepeso y la obesidad. Otras son más complicadas y requieren distintos tratamientos para superarlas y conseguir un embarazo.
Endometriosis
La endometriosis causa que el tejido endometrial, la capa de vasos sanguíneos y mucosa que se expulsa cada mes con el periodo, crece fuera del útero y puede causar el bloqueo de las trompas de falopio así como problemas de ovulación.
El tratamiento puede incluir una operación quirúrgica para eliminar cualquier tejido que esté bloqueando las trompas así como técnicas de inseminación artificial y/o in vitro según la gravedad de cada caso.
Problemas de ovulación
Se trata normalmente de problemas hormonales que de alguna forma impiden o dificultan la normal maduración de los óvulos.
Para tratarla se utilizan medicamentos hormonales que estimulan la ovulación normal.
Mala calidad de los óvulos
En la mayoría de los casos ocurre a medida que avanza la edad: los óvulos están dañados o desarrollan anormalidades que impiden o dificultan la fecundación o la estabilización del embarazo.
En estos casos se suele recurrir a un óvulo donado.
Síndrome de ovario poliquístico
Debido a un desequilibrio hormonal se altera o interrumpe el ciclo normal de ovulación. Los ovarios, en vez de madurar y liberar un óvulo al mes, desarrollan pequeños quistes.
Se suele tratar recomendando cambios en el estilo de vida (perder peso si hay sobrepeso, dejar de fumar, reducir el alcohol, cambiar la dieta...) que afectan a la producción de hormonas y pueden reequilibrarlas. Se puede tratar también con medicamentos hormonales que ayuden a recuperar ese equilibrio.
Bloqueo de las trompas de falopio
A veces por distintas causas las trompas de falopio están dañadas o bloqueadas y esto impide que los espermatozoides y los óvulos se encuentren y por tanto se produzca la fecundación.
El tratamiento consiste en una intervención quirúrgica para eliminar cuando sea posible ese bloqueo. En casos graves, se puede recurrir a la fecundación in vitro para implantar posteriormente el embrión en el útero.
7. Causas de infertilidad en hombres
Bloqueo de los tubos espermáticos
Lesiones, infecciones como la clamidia o defectos de nacimiento pueden causar el bloqueo de los tubos que llevan los espermatozoides desde los testículos al pene.
En esos casos, se utiliza una cirugía para corregir o eliminar el bloqueo.
Problemas de esperma
Si el esperma tiene pocos espermatozoides o estos tienen problemas de movilidad, puede ser muy difícil conseguir una inseminación exitosa de forma natural.
Este problema se trata con medicamentos que pueden aumentar el recuento de espermatozoides, y si eso no funciona, es posible la fecundación in vitro o recurrir a una donación de esperma.
Reacción alérgica al esperma
No es muy común, pero se calcula que el 3% de los hombres desarrollan una reacción alérgica contra su propio esperma: su sistema inmunológico no lo reconoce como un fluido de su propio cuerpo y desarrolla anticuerpos para combatirlo y matar a los espermatozoides.
Se suele tratar con métodos de inseminación alternativa: intrauterina, in vitro...
8. Distintas alternativas para quedarse embarazada
Si pasado el tiempo recomendado por un especialista no ha sido posible conseguir un embarazo de forma natural, existen distintos procesos de reproducción asistida que se pueden poner en marcha. Será el médico el que aconseje el más apropiado según las prueba que realice a los dos miembros de la pareja.
Inseminación intrauterina
Se realiza una extracción de esperma y se introduce directamente en el útero en el momento óptimo de la ovulación. Se realiza en aquellos casos en los que la erección, la eyaculación o el movimiento de los espematozoides son problemáticos o tienen algún obstáculo.
También en los casos en que el hombre padezca alguna enfermedad de transmisión sexual, ya que el semen pasa por un proceso de lavado para eliminar los patógenos y así proteger a la madre y al bebé.
Fertilización in vitro
En este caso se extrae tanto el semen del hombre como los óvulos de la mujer y se juntan en el laboratorio para que se produzca la fertilización.
Esta técnica se utiliza cuando existe un bloqueo de las trompas de falopio, cuando existe algún problema de calidad del esperma o cuando se ha probado con la inseminación intrauterina sin éxito. También es la técnica más empleada en aquellos casos en los que no se ha podido determinar la causa exacta de la infertilidad.
Inyección intracitoplásmica de esperma
En este caso, se extrae un espermatozoide de una muestra de esperma y se inyecta directamente en el interior de un óvulo para que se produzca la fecundación y el embrión resultante se implanta en el ovario.
Está indicada para los casos en los que la movilidad de los espermatozoides es muy reducida, porque no tienen que llegar al óvulo ni penetrar sus capas exteriores.
Donación de esperma
Aquí se recurre al esperma de un donante anónimo para conseguir un embarazo. Se utiliza, además de en los casos de mujeres sin pareja o parejas compuestas por dos mujeres, en aquellos casos en los que el hombre no puede generar un esperma capaz de producir la fecundación.
Donación de óvulos
Igual que en el caso contrario, cuando los óvulos de la mujer no son capaces de producir una fecundación y el posterior embarazo, se puede recurrir a óvulos donados de forma anónima.
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