Cuando hablamos de adicciones solemos pensar automáticamente en drogas (legales o ilegales) o en determinadas conductas que tenemos asociadas a esa palabra: psicotrópicos, alcohol, tabaco, juego... Sin embargo, una adicción no tiene por qué reducirse solo a este tipo de sustancias o conductas, sino que puede relacionarse con cosas más comunes y que se encuentran en nuestro día a día como el uso de la tecnología o la práctica del deporte.
Una adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro caracterizada por una búsqueda patológica de la recompensa o alivio, que se consigue a través de las sustancias o conductas a las que se es adicto. Las adicciones, debido a la pérdida de voluntad que experimenta la persona que las sufre y a la necesidad de recibir esa "recompensa", alteran la calidad de vida de ese sujeto tanto en sus relaciones sociales como en otros aspectos de su vida como el ámbito laboral, además de su salud en el caso de tratarse de adicciones a determinadas sustancias.
Las adicciones conductuales, las que no están relacionadas con el consumo de sustancias sino con un determinado comportamiento, son comunes pero en ocasiones difíciles de detectar. Entre ellas podemos encontrar la adicción a la comida o la adicción al deporte. Para saber cómo ser conscientes y cómo reaccionar ante este y otros tipos de adicciones hemos hablado con Laura Martínez, psicóloga clínica, para que nos dé las claves que nos ayuden a reconocerlas.
¿Cuáles son los signos externos que pueden delatar una adicción?
Estos signos externos van a variar según el tipo de adicción. Pero en general, podemos observar que la persona va a depender mucho de la sustancia (por ejemplo droga) o de la conducta (mirar el móvil frecuentemente) para sentirse bien; lo va a necesitar cada vez más para afrontar situaciones difíciles y, si no puede acceder a ello, se mostrará irritable, con bajo estado de ánimo, con ansiedad e incluso en casos extremos, agresivo.
Cuando la adicción influye de manera determinante en la vida diaria de la persona, estamos ante una situación problemática que convendría resolver.
¿Qué tipo de comportamientos acompañan a estas conductas?
Aclarar primero que existen principalmente dos tipos de adicciones, las producidas por sustancias químicas (tabaco, alcohol, drogas ilegales) y las producidas por conductas sin sustancias (como la adicción a Internet, a los juegos de azar, al teléfono móvil, a las líneas eróticas, al sexo, a las compras…).
La característica común de cualquier adicción es la pérdida de control. La persona con una adicción no tiene control sobre la conducta que realiza (ya sea consumir una sustancia o comprar ropa por ejemplo). Le produce dependencia, tolerancia (en el caso de sustancias), síndrome de abstinencia e influye muy negativamente en su vida diaria.
Las adicciones también afectan a nivel mental a la persona que las sufre, ¿cuáles son los síntomas más frecuentes?
Los síntomas son muy variados y dependerán de la persona y del tipo de adicción pero hay algo común que se observa en las personas con una adicción: pasan mucho tiempo focalizando sus pensamientos sobre cómo acceder a la sustancia o conducta adictiva y también pensando como ocultar a su entorno cuánto consume (alcohol o drogas) o cuánto juega (si tiene adicción al juego o al móvil).
¿Qué es lo que puede causar una adicción? ¿Puede ser culpa de la presión social? ¿Del entorno? ¿Es solo culpa del adicto?
Para empezar es fundamental eliminar la palabra culpa cuando hablamos de una adicción. Se habla de variables que pueden confluir y llevar a una adicción.
Se sabe que hay personalidades más propensas a la adicción (personas que se mueven mucho por el refuerzo inmediato y con alta búsqueda de sensaciones). Personas con cierta vulnerabilidad personal hacia la adicción y que determinados entornos sociales o familiares pueden favorecer que se desarrollen ciertas adicciones.
Por tanto, hablamos de la interacción de distintos factores biológicos (vulnerabilidad genética), psicológicos y sociales (ambiente educativo y familiar) en el desarrollo de una adicción.
¿Cómo puede afectar una adicción a nuestro estado general de salud? ¿Puede ser el desencadenante de otras patologías graves?
Las adicciones afectan a nuestro estado de salud, de una u otra forma, dependiendo del tipo de adicción y del grado de afectación (sobre todo en el caso de sustancias).
Además cualquiera de las adicciones puede desencadenar un trastorno de ansiedad, de bajo estado de ánimo e incluso algún trastorno de personalidad.
Podemos ver varios ejemplos:
Adicción a la nicotina: aumenta el riesgo de contraer cáncer, enfermedades respiratorias y enfermedades cardiovasculares.
Adicción al alcohol: puede afectar al funcionamiento del cerebro y a la mayoría de los órganos del cuerpo (hígado, corazón,…).
Adicción a la marihuana: deteriora la memoria, la capacidad de aprendizaje y concentración (entre otras). Mayor probabilidad de sufrir episodios psicóticos (alucinaciones y/o delirios).
Si nos encontramos en el entorno de una persona que sufre una adicción y lo detectamos, ¿qué es lo que podemos hacer? ¿Cuáles serían los pasos a seguir?
El primer paso es hablar con la persona y transmitirle nuestra sospecha y preocupación por su problema. Antes de pedir cita para ir a un médico o psicólogo es fundamental que la persona tome conciencia y se responsabilice de su adicción, ya que si la adherencia al tratamiento es baja, los resultados de la terapia también lo serán.
Un caso excepcional es el de los adolescentes con problemas de adicción, en cuyo caso serán los padres los responsables de ayudarles y de tomar la decisión de llevarles al médico o psicólogo independientemente de que reconozcan o no su adicción.
En segundo lugar, tenemos que transmitirle que vamos a estar a su lado para apoyarle (y controlarle) en lo que sea necesario. En tercer lugar, y muy importante, es ayudar a la persona a salir del entorno “adictivo” en el que está (a las personas y lugares que tiene asociadas al consumo o conducta adictiva). Y por último, animarle a buscar comportamientos alternativos con los que sustituir la conducta adictiva.
¿Cómo se trata una adicción? ¿Es necesario siempre un tratamiento médico? ¿Basta con un tratamiento conductual?
El tipo de tratamiento dependerá del tipo de adicción, del grado de afectación de la persona y del grado de alteración de la vida diaria de la persona.
Habitualmente, la terapia individual o de grupo y otros tipos de terapias conductuales se utilizan de forma prioritaria para tratar las adicciones. Para algunos pacientes y dependiendo del tipo de adicción, se usan medicamentos combinados con los diferentes tipos de terapia.
¿Cómo podemos apoyar a una persona que está tratando de superar una adicción?
Lo primero es asumir que no va a ser un proceso fácil ni corto y que tendremos que tener mucha paciencia con él o con ella.
La persona va a necesitar que estemos a su lado, que confiemos en ella, que le demos apoyo emocional y que le ayudemos a controlar sus conductas adictivas (el personal médico nos dará pautas para esto).
Por otra parte, es muy importante que no asumamos las cargas y responsabilidades del adicto por tener ese problema y que no le eximamos de sus responsabilidades diarias.
También es importante no estigmatizar al adicto (decirle cosas como “eres un alcohólico” o “eres un drogadicto”) y asumir que habrá recaídas durante el proceso.
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