El peso corporal no define nuestra salud ni nuestra belleza: subirse a la báscula no es importante
El peso corporal ha sido (y es) el parámetro más utilizado para evaluar el estado de salud de una persona y también, para definir el diagnóstico de obesidad o delgadez. Sin embargo, como nutricionista debo reconocer que no me peso casi nunca, y que en casa sólo hay una báscula en la cocina.
El peso no es lo más importante
Muchas veces he dicho, y hemos escuchado de parte de profesionales de la salud actualizados y rigurosos, que el peso no es lo más importante pese al gran uso que ha tenido junto al Índice de Masa Corporal (IMC).
Detrás de un IMC elevado que diagnostica una obesidad leve o de grado I, podemos tener una persona con un gran desarrollo de masa muscular que lejos de estar poco sano o de tener una enfermedad caracterizada por el exceso de grasa en su cuerpo, luce las consecuencias de un gran trabajo físico.
En contraposición, también encontramos los obesos de peso normal que con un índice de masa corporal o un peso acorde a lo que dicen las tablas para su sexo, edad y altura, poseen un exceso de grasa en el cuerpo y un estado de salud deteriorado a causa de ello.
La grasa corporal es más relevante
El peso corporal, como su nombre lo indica, denota únicamente los kilos que pesa todo nuestro cuerpo, pero no distingue entre masa magra (dentro de la cual encontramos huesos y músculos) del porcentaje de grasa corporal qué es lo que verdaderamente importa.
Una obesidad se define como un exceso de grasa en nuestro cuerpo, que por supuesto no puede estar diagnosticada por los kilos que pesa el mismo.
Por esta razón, como profesional de la salud debo decir que el peso corporal sólo debería evaluarse antes determinadas patologías en las cuales la retención de líquido resulta importante o el impacto articular de los kilos de nuestro cuerpo es relevante.
De lo contrario, lo más importante es saber el porcentaje de grasa de nuestro organismo así como cuánta grasa acumulamos a nivel abdominal y otros parámetros de salud, así como evaluar los hábitos que influyen en el funcionamiento de nuestro cuerpo.
En casa no hay básculas a la vista y no nos pesamos casi nunca
Hace sólo un tiempo atrás mi esposo me pregunto por qué en nuestra casa no hay básculas en el baño como en la mayor parte de las casas, y por qué no nos pesamos con frecuencia.
Ante este interrogante mi respuesta fue clara: el peso no es importante. Saber cuánto pesamos sin duda no es lo más relevante excepto determinadas patologías, pues podemos notar si hemos engordado o adelgazado simplemente observando cómo nos quedan los pantalones de uso regular y conocer nuestra salud prestando atención a lo que experimenta o siente nuestro cuerpo.
Así, y con este fundamento, pese a ser nutricionista no me peso casi nunca y en el consultorio intento siempre desviar la atención del peso corporal para centrarme en los hábitos y en otros parámetros fáciles de evaluar de cada uno de mis pacientes.
Otros datos para conocer la salud
Como he dicho en mi casa sólo hay básculas en la cocina, pues las básculas que hace años atrás utilizaba en el consultorio se encuentran bien guardadas y no son algo que solemos utilizar.
A mis niños simplemente los pesa el pediatra para evaluar su crecimiento cada seis meses, y en mi caso personal considero que puedo percibir fácilmente si he engordado sí unos pantalones me ajustan más en la cintura así como también, pudo conocer y predecir cambios en mi estado de salud con el simple hecho de analizar brevemente mis hábitos
En este sentido, recomiendo escuchar al cuerpo, prestar atención a los sentimientos, emociones y demás que indican cómo funciona el organismo.
Asimismo, evaluar hábitos es clave, porque una persona con sobrepeso puede estar muy sana, mientras que una persona con peso normal (o delgada ante los ojos de muchos) puede tener una salud pésima debido al sedentarismo y mala alimentación.
Si somos sedentarios o si realizamos ejercicio con regularidad sin duda determina nuestra salud así como también, si tenemos una circunferencia de cintura de más de 100 cm, claramente estamos ante un caso de exceso de grasa visceral peligroso para el organismo.
Observar nuestra dieta, visualizar los cambios y ver en qué podemos mejorar puede ser mucho más importante que subirnos a una báscula todos los días, pues fácilmente podemos cargarnos dos kilos se tenemos retención de líquido ha causa de una ingesta muy salada o muy dulce, o de estreñimiento.
Asimismo, si nos encontramos deshidratados o si nos subimos a una báscula después de hacer ejercicio, podemos pesar un kilo menos. Es decir, el peso varía fácilmente por múltiples factores.
Por todo esto, el peso corporal no es un verdadero indicador de nuestro estado de salud y por lo tanto, aunque soy nutricionista no me peso casi nunca sino más bien considero siempre mis hábitos, la práctica de ejercicio y mi alimentación, así como escucho a mi cuerpo para evaluar su salud.
En Vitónica | Tener un peso normal es sinónimo de buena salud
Imagen | Foto de portada: Andrea Piacquadio, foto 1: SHVETS production, foto 2: Jumpstory
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