Si nos hablan de agujetas todos sabemos a lo que se están refiriendo. Por todos es conocido ese dolor que aparece e nivel muscular después de realizar ejercicio. Es una sensación incómoda que muchos simplemente conocen de este modo. Nosotros en esta ocasión queremos ahondar más en las agujetas y en dar algunos consejos para acortar su vida y hacer que los músculos se recuperen cuanto antes del dolor que las hace tan inaguantables.
Para comenzar lo que queremos es ahondar más en las agujetas y para ello es necesario que veamos su origen. Existen diferentes teorías al respecto, y todas se consideran válidas, ya que no se sabe a ciercia cierta por qué aparecen. Pero en lo que todas coinciden es que los músculos desarrollan un cambio mientras realizamos ejercicio. Precisamente ese cambio es el que hace aparecer las agujetas. Por eso si una cosa nos queda clara es que las agujetas son la consecuencia directa del ejercicio.
Teorías sobre el origen de las agujetas
Una de estas teorías dice que las agujetas son microrroturas de las fibras que componen los músculos y que estas pequeñas roturas producen el dolor y la inflamación muscular hasta que éstas se reparan con el descanso y los nutrientes necesarios. Esta teoría es la más aceptada en la actualidad por los científicos. Pero existe otra que se ha creído a pies juntillas durante años y que mucho respaldan. Según esta teoría las agujetas son fruto del ácido láctico que liberan las fibras musculares como consecuencia del estrés a las que las sometemos al hacer deporte. Este ácido láctico se cristaliza haciendo que los músculos nos duelan.
Otra teoría que tiene mucho que ver con la de las microrroturas dice que las agujetas se deben al calentamiento de las fibras musculares. Concretamente lo que dice esta teoría es que las agujetas se producen porque cuando entrenamos los músculos aumentan su temperatura y esto puede llegar a producir pequeñas lesiones o roturas que causan los dolores conocidos como agujetas. Este es el escenario sobre el que debemos partir a la hora de analizar las agujetas que sin que nos sorprenda, son totalmente normales y no sucede nada por padecerlas.
Evita los mitos acerca de las agujetas
Una vez han aparecido, muchas son las teorías que existen para combatirlas. Desde los mitos urbanos de beber agua con azúcar hasta las nuevas teorías, en Vitónica queremos echar un vistazo a lo que debemos y no hacer cuando las agujetas hacen acto de presencia después de un entrenamiento.
Estiramientos para empezar a recuperarnos de las agujetas
Dejando de lado los mitos urbanos, nosotros vamos a centrarnos en lo que realmente debemos hacer. En primer lugar hay que tener presente que los músculos, una vez sometidos un entrenamiento, necesitan recuperarse. Para conseguirlo lo primero que hay que hacer es propiciar la circulación sanguínea en la zona para que reciban nutrientes. Para ello es importante estirar al terminar una sesión de entrenamiento. Los estiramientos nos ayudarán a relajar las fibras musculares y comenzar la recuperación de los mismos.
Proteínas para la recuperación muscular
La alimentación también es importante para propiciar la recuperación tras el ejercicio y disminuir la aparición de las agujetas. Para ello es necesario que a los músculos les dotemos de los nutrientes que necesitan. Por ello ingerir alimentos ricos en proteínas es una buena alternativa, pues de ellas se nutren los músculos para reponer y crear nuevas fibras.
El descanso como aliado de las agujetas
Junto a esto el descanso es importante a la hora de conseguir que los músculos se repongan y las agujetas sean mucho más fugaces. Es cierto que si en una jornada hemos trabajado un determinado grupo muscular, la siguiente debemos evitar ese mismo grupo muscular. Pero muchas veces realizar ejercicio moderado o suave nos ayudará a activar la circulación en la zona con agujetas y combatirlas así mucho más rápido.
Es importante que tengamos esto en cuenta, ya que los milagros con las agujetas no existen. Para muchas personas son necesarias porque representan el trabajo bien hecho. Para otros en cambio son todo un engorro. Además, existen diferentes grados en función de la costumbre y el estado muscular que tengamos. Así que sea como sea es necesario que sepamos ponerles remedio, ya que evitarlas es más complicado.
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En Vitónica | De qué son síntoma las agujetas y cómo combatirlas
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