A la hora de elegir un método anticonceptivo hay que tener varias cosas en cuenta. Para empezar, es importante elegir teniendo en mente si tenemos una sola pareja sexual o si tenemos varias, porque aunque protejan del embarazo, no todas protegen ante las enfermedades de transmisión sexual. Además, hay que distinguir entre anticonceptivos permanentes o temporales.
Pero también hay que tener en cuenta el nivel de eficacia de cada método porque no con todos estaremos igual de protegidos ante un posible embarazo no deseado. Y sí, lo digo en masculino genérico porque el peso de la anticoncepción sigue recayendo principalmente sobre las mujeres, y eso debería cambiar.
En la eficacia de los métodos anticonceptivos no entra solamente el método en sí, sino también el uso correcto cumpliendo a tiempo con todas las instrucciones. De acuerdo con esas indicaciones, esta es la clasificación por eficacia de cada método anticonceptivo que hace el Centro para el Control de Enfermedades del Departamento de Salud de Estados Unidos.
Los anticonceptivos, de más a menos eficaces
Vasectomía (99,85%)
Una vasectomía es una intervención quirúrgica por la que se cortan o bloquean los conductos que llevan los espermatozoides desde los testículos hasta el pene para que sean expulsados al eyacular. Se trata de una opción no reversible (aunque una alternativa reversible podría llegar pronto), así que para someterse a ella hay que estar seguro de que no se querrán más embarazos en el futuro.
La operación es sencilla y la recuperación no suele tener complicaciones. La eficacia es casi del 100%, pero esto no es inmediato: hacen falta unos 3 meses para que el semen no contenga nada de esperma.
Eso sí, esto no protege de ninguna manera ante la posibilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Esterilización femenina (99,5%)
Existen distintos métodos para llevar a cabo este proceso, el más habitual es la ligadura de trompas, que imposibilita que los óvulos viajen desde los ovarios hasta el útero al cerrar las trompas de falopio utilizando una banda elástica o cauterizando el tejido.
Se trata también de una operación irreversible, así que hay que estar segura de que no se desearán embarazos en el futuro. De hecho, a veces se realiza durante una operación de cesárea si la madre así lo solicita porque no desea tener más hijos.
También es altamente eficaz, pero tampoco evita los contagios de ETS, por lo que habrá que tomar medidas adicionales si hay prácticas de riesgo.
Implantes (99,5%)
Un implante anticonceptivo es un pequeño dispositivo del tamaño de una cerilla que se coloca bajo la piel, donde irá liberando hormonas (principalmente progestina) poco a poco para evitar un embarazo. Es por tanto un método hormonal y no físico, como eran los anteriores.
Debe colocarlo un médico o enfermera y normalmente dura unos cuatro años. Además de su alta eficacia, también casi del 100%, tiene la ventaja de ser reversible y de que una vez colocado no tienes que volver a preocuparte hasta que se agote. Tampoco protege frente a las ETS.
DIU (99,2-99,8%)
DIU son las siglas de dispositivo intrauterino: se colocan en el interior del útero y pueden ser de dos tipos. Algunos liberan hormonas, igual que los implantes. La progestina, la principal hormona de estos sistemas, actúa evitando la ovulación y a la vez espesando el moco vaginal, de forma que se dificulta e impide la fecundación del óvulo.
Otros liberan iones de cobre que son tóxicos para los espermatozoides. Además, con su forma de T entorpecen su movimiento impidiendo que lleguen hasta el óvulo.
Normalmente lo coloca dentro del útero un médico o enfermera y puede durar entre 3 y 12 años, dependiendo del DIU en concreto, durante los que no hay que preocuparse. Es un método reversible, así que con retirarlo es suficiente para lograr un embarazo deseado.
Los DIUs de cobre tienen la ventaja añadida de que también tienen una alta eficacia como anticonceptivos de emergencia: colocados después de tener sexo sin protección, tiene una eficacia muy alta para evitar el embarazo. Sin embargo, de nuevo, no protegen contra las ETS.
Anticonceptivos inyectables (94%)
Los anticonceptivos inyectables son un conjunto de las mismas hormonas, principalmente progestina, que se encuentran en el implante o en la píldora, con la particularidad de que se aplican en forma de inyección por parte de una enfermera cada 3 meses.
Su eficacia es del 94% pero no porque el efecto de las hormonas sea menor, sino porque es importante ponerse las inyecciones siempre a tiempo, cada 3 meses, y aquí existe cierto margen de error entre las usuarias.
Por lo demás, es un método eficaz cuando se aplica correctamente, que es reversible y simplemente hace falta dejar de aplicar las inyecciones para que deje de tener efecto pero que no protege ante un posible contagio de ETS.
La píldora (91%)
La píldora es en realidad distintas píldoras, distintos anticonceptivos orales que se basan todos en la misma técnica: la ingesta de hormonas normalmente a diario para evitar el embarazo. Normalmente están compuestas principalmente por progestina, la misma hormona que liberan otros dispositivos anticonceptivos como las inyecciones, los implantes y algunos DIUs.
Al igual que las inyecciones, el problema de eficacia de la píldora, que la rebaja a un 91% desde el 99% que podría alcanzar, está en los errores en su forma de uso: para que sea totalmente eficaz, la píldora debe tomarse cada día aproximadamente a la misma hora. Los fallos en su eficacia se producen sobre todo cuando se olvidan las dosis.
Parche (91%)
El parche anticonceptivo funciona parecido a los parches de nicotina que se utilizan para dejar de fumar: se coloca en la piel de los brazos, el vientre, los glúteos o la espalda y desde ahí va liberando poco a poco dosis de hormonas que evitan el embarazo.
Se coloca un parche a la semana durante tres semanas y después se deja una semana de descanso, que coincide con el periodo. De nuevo, afectan a su eficacia los errores de uso: olvidar parches o no ponerlos a tiempo aumentan los índices de embarazo no deseado.
Igual que la píldora, es un método fácilmente reversible, pero ninguno de los dos protege frente a las ETS.
Anillo (91%)
El anillo anticonceptivo es un pequeño aro de goma que se coloca dentro de la vagina y desde ahí libera hormonas que son absorbidas por la propia pared vaginal. Debe mantenerse colocado durante tres semanas y luego extraerlo otra semana, momento en el que se inicia el periodo.
Como todos los anticonceptivos hormonales, es reversible y solo hay que dejar de ponérselo si se desea un embarazo**. La eficacia depende por tanto de un uso correcto** y de acordarse de ponerlo cuando toca.
Diafragma (88%)
El diafragma es un anticonceptivo de barrera, es decir, que funciona interponiendo una barrera física entre los espermatozoides y el óvulo de forma que unos y otro no lleguen a encontrarse.
El diafragma es una pequeña copa que se coloca en el interior de la vagina antes de tener relaciones sexuales para recoger el semen y que no pase al interior del útero. Para que funcione mejor, se puede combinar con un gel espermicida que mate los espermatozoides.
Utilizar siempre el diafragma, y utilizarlo correctamente, es la mejor forma de aumentar su eficacia, que puede ser del 94%. Sin embargo, es fácil cometer errores, como no utilizarlo siempre o no colocarlo correctamente, lo que reduce su eficacia hasta el 88%.
Preservativo (85%)
El preservativo tiene una ventaja sobre todos los demás métodos hasta ahora comentados y que comparte con el preservativo femenino: sirve como barrera de protección ante las enfermedades de transmisión sexual ya que no permite el intercambio de fluidos durante el coito.
Se trata de una delgada funda elástica con la que se cubre el pene durante las relaciones sexuales. Suelen estar hechos de látex u otros materiales plásticos y combinados con lubricantes que permiten que su uso sea cómodo.
Bien utilizados, la eficacia del preservativo es de las más altas, casi el 100%, pero no suele ser el caso: para que sea completamente eficaz debe utilizarse siempre y desde el principio de cada relación sexual, además de evitar roturas, que se descoloque durante la relación y retirarlo cuidadosamente después para que el semen que contiene no entre en la vagina.
Preservativo femenino (79%)
El preservativo femenino cubre el interior de la vagina con una fina capa de plástico que evita que el semen entre en contacto con las paredes vaginales o con el interior del útero, protegiendo así contra embarazos no deseados y también contra enfermedades de transmisión sexual.
Tiene la ventaja de proteger a las mujeres durante encuentros sexuales esporádicos incluso aunque su pareja sexual no quiera ponerse un perservativo. Igual que el preservativo tradicional, su eficacia reside en un uso correcto: utilizarlo siempre y utilizarlo bien. Sin embargo, a veces resulta algo engorroso e incómodo, lo que hace que esto no siempre ocurra.
Marcha atrás (78%)
Se trata de un método tan antiguo como el hombre: evitar el embarazo extrayendo el pene justo antes de eyacular para hacerlo fuera de la vagina.
No podemos enfatizar esto lo suficiente: no es un método nada fiable para evitar embarazos, ya que el líquido preseminal que expulsa el pene antes de eyacular también contiene espermatozoides, de forma que eyacular fuera no es una buena forma de evitar el embarazo. Además, genera un ambiente de estrés y ansiedad que puede terminar pasando factura durante las relaciones sexuales (y fuera de ellas).
Este método tampoco evita la transmisión de ETS.
Control de los días fértiles (76%)
Midiendo la temperatura basal, llevando la cuenta del periodo u observando la textura del flujo vaginal es posible determinar cuáles son los días fértiles del ciclo: son aquellos que preceden y siguen a la ovulación. En teoría es posible evitar un embarazo absteniéndose de mantener relaciones sexuales con penetración durante esos días.
Pero este tampoco es un método fiable porque a veces la ovulación se adelanta o retrasa unos días, echando por tierra las cuentas, y porque los espermatozoides pueden sobrevivir varios días dentro del útero y las trompas de falopio, así que mantener relaciones cuando nos consideramos "a salvo" de un embarazo tampoco es garantía.
Tampoco es una forma de evitar un contagio de ETS.
Imágenes | Planned Parenhood
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