La relación entre el consumo de huevos, el colesterol y la salud cardiovascular ha sido objeto de debate e investigación durante muchos años, y aún sigue siéndolo.
La ciencia ha desmentido muchos mitos en cuanto a este tema, y recientemente se ha revisado toda la literatura científica al respecto para aportar mayor claridad.
Huevos, colesterol y salud cardiovascular: recomendaciones que muchas veces no tienen evidencia
Las enfermedades cardiovasculares representaron 444 billones de dólares en gastos de atención médica en 2010 y siguen siendo la principal causa de muerte en los Estados Unidos.
Hasta hace poco, la reducción del colesterol en la dieta formaba parte de las guías y directrices sobre el manejo del estilo de vida de la Asociación Estadounidense del Corazón y del Colegio Americano de Cardiología, a pesar de la evidencia no concluyente para respaldar la recomendación.
Las pautas actuales de ambas recomiendan ahora patrones dietéticos que enfatizan las frutas, verduras, granos integrales, productos lácteos bajos en grasa, aves, pescado y nueces, en lugar de limitar estrictamente la ingesta de colesterol, como un enfoque para disminuir las concentraciones de colesterol LDL (conocido como “el colesterol malo”) y la hipertensión.
A su vez, algunos organismos y asociaciones recomiendan consumir menos de 200 miligramos de colesterol por día, y algunos de ellos menos de 150.
Cabe destacar que las pautas dietéticas 2015-2020 para los estadounidenses han eliminado la recomendación de limitar la ingesta de colesterol a no más de 300 miligramos al día.
Sin embargo, las directrices establecen que "las personas deben comer la menor cantidad posible de colesterol en la dieta mientras consumen un patrón de alimentación saludable".
Teniendo en cuenta que los huevos son una rica fuente de colesterol en la dieta (que típicamente contiene 141-234 miligramos por huevo, dependiendo del tamaño), a menudo se les aconseja a los individuos con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular que no consuman huevos.
Además, de acuerdo con las pautas de la Asociación Estadounidense del Corazón y del Colegio Americano de Cardiología de 2012, a las personas con menor riesgo (bajo riesgo) de enfermedad cardiovascular se les ha aconsejado previamente que eviten consumir huevos debido al alto contenido de colesterol en la dieta.
El propósito de una reciente revisión publicada este año 2017 en la revista Nutrition ha sido resumir los riesgos de salud documentados del consumo de huevos (si es que los hay) en individuos con riesgo bajo y alto de enfermedad cardiovascular y determinar si las recomendaciones actuales (como las comentadas anteriormente) están justificadas en base a la literatura disponible.
Además, considerando que la resistencia a la insulina coloca a un individuo en mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y apoplejía (derrame cerebral), esta revisión ha descrito el efecto de los huevos sobre el metabolismo de la glucosa.
La relación entre el colesterol sérico y el riesgo de enfermedad cardiovascular
El colesterol sérico hace referencia al nivel de colesterol total en sangre de una persona, tomando en cuenta la cantidad de colesterol HDL (conocido como “colesterol bueno”) y LDL (“colesterol malo") en el torrente sanguíneo.
El nivel elevado de colesterol LDL sérico es un factor de riesgo establecido desde hace tiempo para el desarrollo de enfermedades del corazón. Sin embargo, la relación entre las concentraciones séricas de colesterol LDL y el colesterol de la dieta no está clara.
Estudios recientes de alimentación del tema en cuestión no siempre han detectado impactos negativos del consumo de colesterol en el perfil lipídico sérico, siendo la variabilidad en la respuesta al colesterol de la dieta entre individuos probablemente la responsable de las discrepancias observadas.
Los investigadores han utilizado el término "hiper-respondedores" para describir a las personas que experimentan un aumento tanto del colesterol LDL circulante como del colesterol HDL después del consumo de colesterol en la dieta.
Aún así, es fundamental señalar que el 75% de la población parece experimentar poca o ninguna alteración en la concentración plasmática de colesterol después de los desafíos de la ingesta alta de colesterol.
Es decir, aproximadamente el 75% de la población experimenta una diferencia moderada o nula en el colesterol plasmático después del consumo de colesterol en la dieta, describiéndose este gran porcentaje de personas como "respondedores normales" o "hipo-respondedores".
El mecanismo potencial que impulsa la respuesta "normal" o "hipo" es una disminución en la absorción fraccional del colesterol y/o la síntesis de colesterol endógeno, en respuesta al aumento de la ingesta de colesterol.
Por tanto, los investigadores han cuestionado la reducción del colesterol en la dieta como una estrategia para reducir el colesterol sérico durante muchos años.
Se ha sugerido que los factores dietéticos y de estilo de vida probablemente modulen los perfiles de lípidos en la sangre en mayor medida, y por lo tanto pueden presentar mayores riesgos para la salud cardiovascular.
Consumo de huevos y riesgo de enfermedad cardiovascular: concepciones previas y evidencia actual
Dado que una sola yema de huevo contiene típicamente entre 141 y 234 miligramos de colesterol, muchas asociaciones y enfoques dietéticos recomiendan no más de dos o cuatro yemas de huevo por semana, respectivamente.
En las primeras investigaciones allá en los años 80 se informaba que el consumo de huevos estaba relacionado con un mayor consumo de colesterol en la dieta. Sin embargo, no se detectaron relaciones con el colesterol sérico, la mortalidad por todas las causas, la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio o la angina.
Estos estudios (sus investigadores) llegaron a la conclusión de que, en lugar de simplemente limitar el consumo de huevos, la dieta como un todo debía considerarse como un medio para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Es importante destacar que no se ha establecido una conexión clara entre el consumo de huevos y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular mediante meta-análisis adecuados.
Lo que sí se ha demostrado es que los huevos son una fuente rica de nutrientes clave que pueden proteger contra la enfermedad cardíaca. Por ejemplo, la luteína y la zeaxantina, que están dentro de la clase de antioxidantes de la xantofila, pueden proteger contra la oxidación de los lípidos.
A su vez, cuando se ha demostrado que el aumento del colesterol en la dieta mediante la ingesta de huevo eleva el colesterol LDL circulante (recuerdo que es el colesterol conocido como “malo”) en personas clasificadas como "hiper-respondedores", se han detectado cambios mínimos en la proporción global de colesterol LDL a HDL debido al incremento proporcional del colesterol HDL (conocido como “bueno”).
Es decir, que aunque a dichas personas “hiper-respondedoras” el consumo de huevos les pueda elevar el colesterol LDL, no tiene mucha importancia ya que dicho consumo aumenta también el colesterol HDL, por lo que la ratio entre uno y otro no varía, y si varía es mínimamente.
Y vuelvo a repetir, aproximadamente el 75% de la población parece experimentar poca o ninguna alteración en la concentración plasmática de colesterol después ingerir altas cantidades de colesterol.
Consumo de huevos en personas con bajo y alto riesgo de enfermedad cardiovascular
La evidencia sugiere fuertemente que la adición de huevos a la ingesta dietética normal de una amplia variedad de sujetos no afecta negativamente los perfiles de lípidos en la sangre, que son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en múltiples rangos de edad y etnicidad de individuos aparentemente sanos.
En general, la investigación disponible indica que comer huevos no altera negativamente algunos marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular en individuos con alto riesgo de enfermedad cardiovascular, y que incluso pueden ocurrir mejoras en algunos factores de riesgo.
Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que comer dos huevos al día, además de la ingesta dietética habitual, puede aumentar la disminución típica de la adiposidad (acumulación o exceso de grasa) observada con un déficit de energía.
A su vez, otros estudios han demostrado que un desayuno que incluye un huevo por día durante cinco semanas disminuye las concentraciones del factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) en adultos con diabetes tipo II.
Como información, dicho factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) es una citoquina pro-inflamatoria y de defensa del huésped, cuya producción exagerada lleva a enfermedades inflamatorias crónicas.
Comer huevos puede promover la salud cardiovascular
Las yemas de huevo son una fuente de carotenoides de xantofila biodisponibles, específicamente luteína y zeaxantina.
También se ha detectado una elevación significativa en las concentraciones plasmáticas de carotenoides después de la ingestión de huevo, en relación con un sustituto de huevo libre de colesterol.
Los carotenoides de xantofila han demostrado previamente proteger contra la inflamación, la oxidación y la aterosclerosis.
Se ha destacado el mecanismo potencial por el cual los huevos pueden promover la salud cardiovascular.
Aunque los mecanismos definitivos de los posibles efectos cardioprotectores de los huevos no están claros, la investigación sugiere cada vez más que el consumo de huevos no aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular en individuos sanos o enfermos.
Es más, el consumo de huevos en última instancia puede conducir a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Relación entre el consumo de huevos y el metabolismo de la glucosa
La resistencia a la insulina es un predictor independiente de enfermedad coronaria, hipertensión y accidente cerebrovascular, y con el tiempo puede conducir a diabetes tipo II.
La resistencia a la insulina se define por la incapacidad de la hormona, dentro de su rango fisiológico, para provocar su efecto sobre los tejidos diana (músculo esquelético, tejido adiposo e hígado).
La captación de glucosa es una de las principales funciones de la insulina a través de sus tejidos diana. Por lo tanto, estudiar el metabolismo de la glucosa permite una evaluación directa e indirecta de la resistencia a la insulina.
Teniendo en cuenta el efecto que la hiperglucemia y la resistencia a la insulina tienen sobre la enfermedad cardiovascular, conocer la relación entre la ingesta de huevos y el metabolismo de la glucosa también ha sido investigada.
En conjunto, las investigaciones de intervención no han detectado respuestas glucémicas o insulínicas adversas al consumir de uno a tres huevos al día en poblaciones jóvenes sanas y obesas.
Como ejemplo, en una investigación de aproximadamente 4000 hombres y mujeres del Estudio de Salud Cardiovascular (1989-2007), el consumo de huevos no se asoció con la incidencia de diabetes tipo II.
Aún así, son necesarios futuros ensayos para aclarar aún mejor la relación entre la ingesta de huevo y el metabolismo de la glucosa.
El consumo de huevos no aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular
En los Estados Unidos, el accidente cerebrovascular es la cuarta causa de mortalidad.
Se ha informado un mayor riesgo de accidente cerebrovascular en personas con salud cardiovascular deficiente, y se asocia comúnmente con una calidad de dieta subóptima.
Los factores de riesgo se clasifican como modificables o no modificables, y la dieta se considera un factor de riesgo modificable.
Entre 2009 y 2012 se informó que más de 100 millones de adultos estadounidenses de 20 años o más tenían hipercolesterolemia, que es un factor de riesgo independiente para el accidente cerebrovascular.
Como se mencionó anteriormente, algunas asociaciones y organismos aconsejan a las personas con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular que eviten el consumo de colesterol.
Además, las recientes pautas dietéticas para los estadounidenses aconsejan a los individuos consumir la menor cantidad posible de colesterol en la dieta, a pesar de que aparentemente no presenta ningún riesgo para la salud.
Por tanto, es imprescindible comprender la relación entre la ingesta de huevo y el riesgo de accidente cerebrovascular.
Para evaluar esa posible asociación entre el consumo de huevos y el riesgo de accidente cerebrovascular, un estudio analizó los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición para evaluar una muestra de más de 9000 adultos aparentemente sanos.
Pues bien, los resultados indicaron que el consumo de más de seis huevos por semana no aumentó el riesgo de accidente cerebrovascular.
Corroborando los hallazgos anteriores, otro estudio realizó un meta-análisis (evidencia científica más alta) y determinó que consumir un huevo por día no aumentaba el riesgo de accidente cerebrovascular de un individuo.
No todo está resulto, hay aspectos que aún necesitan más investigación
Aunque la evidencia parece clara en cuanto a que el huevo ni mucho menos es el malo de la película y sí que puede tener grandes beneficios, se necesitan investigaciones futuras.
Se deberían considerar los efectos del consumo de huevos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular en individuos clasificados como "hiper-respondedores", ya que esta población ha sido identificada pero no estudiada de forma exhaustiva.
Además, la expresión de diferentes genes (ABCG5 y ABCG8) se ha asociado con la capacidad de un individuo de absorber colesterol y puede servir como un objetivo importante para comprender mejor las influencias genéticas potenciales sobre el metabolismo del huevo en el futuro.
Por lo tanto, los estudios futuros de posibles interacciones gen-huevo están garantizados para estos y otros genes que se ha demostrado que están involucrados en el manejo del colesterol.
Además, se justifican investigaciones para determinar los efectos del consumo de huevos en el proteoma para seguir la hipótesis de que los huevos pueden provocar respuestas antiinflamatorias, ya que son una fuente concentrada de carotenoides de xantofila (comentados anteriormente).
El proteoma, como información, es el conjunto de proteínas que un organismo sintetiza a partir de los genes que contiene y que, por ejemplo, determina cómo son los organismos, cómo funciona su cuerpo, cómo se comporta o la lucha contra infecciones.
En última instancia, para comprender mejor los efectos moduladores de la salud de los huevos, es importante utilizar una variedad de enfoques al diseñar futuros estudios.
Una comprensión más completa de cómo los huevos afectan la salud humana puede orientar a los profesionales de la nutrición y a la comunidad en general.
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