El desayuno no es obligatorio, pero si lo haces debe ser saludable porque es mejor no desayunar que desayunar mal. Si te despiertas con tiempo y preparas un desayuno que sigue algunas pautas, como las de Harvard, será una manera óptima de arrancar el día. Si te levantas con el tiempo justo para ir a trabajar y abres un zumo de bote y unas galletas ultraprocesadas, no estás haciendo un buen desayuno. En ese caso, será preferible retrasar la primera comida del día para cuando puedas tomar alimentos saludables.
Harvard propone el desayuno perfecto con estas cuatro recomendaciones
Existen tantos desayunos como personas. Algunos prefieren tomar solamente un café, mientras otros dedican tiempo a prepararse un desayuno completo. La industria alimentaria quiere que desayunemos porque las galletas, los cereales o los zumos se toman principalmente en esta comida.
¿Qué ocurriría si nadie desayunase? Sucedería lo mismo que con el turrón en abril, que apenas de comercializa, y ciertas marcas dejarían de ingresar muchos beneficios económicos. Esa es la razón por la que hay un debate eterno entre si hay que desayunar o no. Una vez que sabemos que podemos desayunar a las siete del mañana o a las tres de la tarde, ¿cuál sería un buen desayuno según Harvard?
El azúcar añadido es una mala opción para comenzar el día
El desayuno óptimo debe estar repleto de proteína, grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales. En la primera comida del día debe evitarse la grasa poco saludable, los azúcares añadidos y el exceso de sal. Los alimentos ultraprocesados de la industria comentados anteriormente (cereales, zumos, galletas) están repletos de los nutrientes a evitar y con cantidades muy bajas de los que sí debemos tomar.
Un desayuno común, especialmente en niños, es tomar un vaso de leche con cacao soluble que lleva un porcentaje muy elevado de azúcar, al que añadimos cereales también muy azucarados, u otros productos como galletas. Este tipo de desayunos son los peores que podemos tomar porque tiene una cantidad desmesurada de azúcar, y aporta muy poca proteína y grasa saludable, además de ser muy pobre en vitaminas, minerales y fibra.
Las proteínas deben estar presentes en cada comida, también en el desayuno
Una tostada es también una de las principales opciones que suele incluirse en el desayuno. Esta opción puede ser muy acertada, o todo lo contrario, dependiendo del tipo de pan y lo que le añadamos. Las proteínas deben estar presentes en el desayuno, y podemos incluirlas tomando alimentos como huevos, lácteos o algún tipo de carne para la tostada.
Grasas sí, pero saludables
La joya de la dieta mediterránea es el aceite de oliva virgen extra, oro líquido que podemos añadirle a nuestra tostada. También podemos incorporar grasas saludables al desayuno con aguacate, frutos secos y alimentos como el atún. Las grasas trans se encuentran totalmente al lado contrario, y deben ser evitadas en el desayuno y a lo largo del día (bollería y ultraprocesdos).
Natural e integral
El pan de la tostada o los cereales escogidos para el desayuno deben ser integrales. Una opción que nos puede salvar el desayuno es la avena. En tres minutos puedes tener preparado un bol de leche entera con avena y cacao puro, un desayuno lleno de proteínas, grasas saludables y que cumple con todos los requisitos.
La fruta es otro de los grupos de alimentos que podemos tomar en el desayuno, pero de forma natural, no en zumo, ya que se alteran sus beneficios. Si te apetece tomar naranja en el desayuno, quítale la cáscara y cómetela así, pero no en forma de zumo. Con la mezcla de estas cuatro recomendaciones de Harvard puedes preparar muchos tipos de desayunos saludables.
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Imágenes | Rachel Park (Unsplash), Chris Ralston (Unsplash), Heather Ford (Unsplash)
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