El zumo de naranja es una bebida muy presente en los desayunos de los españoles. Creemos que es una buena opción, pero estamos equivocados. Es mejor evitar el jugo de naranja en el desayuno, especialmente si es industrial, pero también si es casero. En este artículo explicamos las razones para que dejes de añadirlo en tus desayunos.
Zumo de naranja para desayunar: sí o no
El desayuno es una de las comidas que más debate ha generado en los últimos tiempos. Los defensores del ayuno intermitente se lo saltan, pero otros dicen que es la comida más importante del día. ¿Quién tiene razón? Ninguno, y los dos a la vez.
No pasa nada si al levantarnos no tenemos hambre o tiempo y postergamos esa comida para más tarde. Tampoco ocurre nada si consumimos un buen desayuno saludable. El verdadero problema llega cuando el desayuno es un desastre, aunque nosotros lo ingiramos pensando que es saludable.
Por supuesto, la bollería y el pan blanco son dos productos que no deben estar ni en el desayuno ni en cualquier otra comida. Sin embargo, ¿qué ocurre con el zumo de naranja? Si es fruta, es bueno, ¿no? Un jugo de naranja casero siempre será mejor que uno industrial, pero aún así, no es la mejor opción.
¿Por qué no es buena idea desayunar zumo de naranja?
Una de las razones es porque estamos consumiendo varias naranjas de golpe, que si bien es preferible comer varias frutas a otros alimentos, su alto contenido en azúcares se concentra en el jugo de naranja. Al eliminar la pulpa y predigerir la naranja con el exprimidor, esos azúcares crean picos de azúcar en sangre e insulina elevada.
Ese mismo comportamiento es el que ocurre cuando ingerimos bebidas azucaradas. La explicación es que la fibra que hay en la pulpa modera esa digestión y evita que se creen esos niveles altos de insulina y azúcar en sangre, pero al eliminarla, e ingerir varias naranjas en un par de tragos se produce todo lo contrario.
Menos saludable aún es si acompañamos el zumo con una típica tostada de pan blanco, que también es bajo en fibra. La unión de ambos, o cada uno por separado, está relacionado con algunas enfermedades metabólicas y cardiovasculares, por lo que no es recomendable tomarlos cada mañana. Diferente es hacerlo de forma esporádica.
Poca saciedad y muchas calorías
Otra de las razones por las que es preferible evitar el zumo de naranja es por su concentración de calorías y su baja saciedad al no incluir nada de fibra. El objetivo de un buen desayuno es no tener hambre hasta la próxima comida, o sentirnos saciados para entrenar o afrontar el trabajo.
El jugo de naranja no logra nada de eso, de hecho, pasado un tiempo después de tomarlo puede conseguir justo lo contrario. En nuestro organismo, después de la subida de azúcar en sangre e insulina, se produce una bajada del mismo. Y ese efecto nos hará tener hambre al poco tiempo.
Puedes desayunar, o no hacerlo. Lo que sí debes hacer es escoger alimentos saludables y saciantes en el desayuno como puede ser la avena, unos huevos revueltos, y acompañarlos con un café con leche como bebida. Evita los cereales azucarados, la bollería, el pan blanco, y también el zumo de naranja. Utiliza en su lugar una naranja como fruta, o cualquier otra fruta completa.
En Vitónica | Ese zumo de naranja que te tomas en el desayuno no es tan saludable como pensabas
Imágenes | Mateusz Felissik (Unsplash), Piotr Chrobot (Unsplash), Trought Catalog (Unsplash), Farhad Ibrahimzade (Unsplash)
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