La respiración es un acto reflejo indispensable para la vida, pero durante el ejercicio podemos (y debemos) convertirlo en un acto consciente para mejorar nuestro rendimiento.
No todos los tipos de respiración son iguales ni responden a las mismas necesidades del organismos o a los objetivos que debemos cumplir. Veamos cuáles son los tipos de respiración que existen y cómo podemos aplicarlos al ejercicio.
La respiración está formada, entre otros, por los procesos de inspiración (entrada de aire o ventilación) y espiración (salida del aire). Dependiendo de cada individuo, de su estado físico, del entorno y del esfuerzo que vaya a realizar, el proceso de ventilación y de salida del aire puede ser:
Una persona con una buena condición física podrá mantener durante más tiempo la ventilación nasal frente al mismo nivel de esfuerzo que otra persona no entrenada.
Esto es importante en el ejercicio aeróbico, por supuesto, pero también es muy útil controlar la respiración cuando nos ejercitamos con peso: soltar el aire en la fase de máximo esfuerzo de la repetición nos ayudará a controlar mejor el movimiento y a mantenernos más estables.
Nuestro modo de respirar puede ayudarnos a generar más o menos energía en un momento determinado de nuestro entrenamiento: controlar estos procesos nos ayudará a maximizar nuestros resultados.
Imagen | Mae Chevrette En Vitónica | Por qué cuidar nuestra respiración
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