Los corredores de diferentes niveles de rendimiento y especializados en diferentes eventos (desde 800 metros hasta maratones) usan calcetines, mangas, pantalones cortos y/o medias con compresión (estas últimas y los calcetines son muy comunes) para mejorar su rendimiento y facilitar su recuperación.
Hasta la fecha, los efectos de la ropa de compresión han sido examinados con una variedad de protocolos de funcionamiento, incluyendo pruebas en cinta rodante submáximas y hasta el agotamiento y carreras de diferentes distancias.
Pocas de estas investigaciones han involucrado competiciones reales o simuladas que excedan una hora de duración y se llevaran a cabo al aire libre, mientras que otras han aplicado prendas de compresión sólo durante la recuperación durante 12, 48 o 72 horas.
En los últimos años, una serie de publicaciones sobre la influencia de las prendas de compresión en el rendimiento de carrera y la percepción de diferentes intensidades y duraciones de carrera han informado hallazgos contradictorios.
Por todo esto, una reciente revisión sistemática ha revisado la literatura disponible sobre las prendas de compresión y la carrera y su eficacia en el rendimiento y la recuperación, identificando la aplicación basada en la evidencia de las prendas de compresión en relación con la distancia recorrida y desarrollando recomendaciones sobre el uso de las prendas de compresión para los corredores de distancia.
Comercializadas para mejorar el rendimiento y acelerar la recuperación
Originalmente las prendas compresivas se inventaron en el campo de la medicina para mejorar la recuperación de los tejidos y la circulación sanguínea, siendo utilizadas para el tratamiento de la trombosis venosa profunda (sobre todo calcetines y medias de compresión).
Más tarde dichas prendas se trasladaron al deporte y ahora se comercializan como una herramienta para mejorar el rendimiento y la recuperación.
Por ejemplo, el uso de calcetines de compresión durante el entrenamiento tiene como objetivo ayudar a “bombear” el músculo esquelético, aumentar la velocidad venosa profunda, y/o disminuir la concentración de sangre en las venas de la pantorrilla y aliviar el dolor muscular tardío.
A pesar de los muchos beneficios que, a priori, aportan las prendas compresivas, dos de ellos, como he comentado anteriormente, parecen ser las razones principales que justifican su rápida expansión: la mejora del rendimiento y una recuperación más rápida después de los entrenamientos y las carreras.
Ligeras mejoras en el rendimiento de resistencia y efectos positivos en la reducción del dolor muscular, el daño y la inflamación
Tras analizarse 32 estudios con casi 500 participantes, los resultados de una reciente revisión sistemática mostraron que las prendas de compresión no ejercieron efectos significativos en el rendimiento de carrera (tiempos de maratón, carreras de 5, 10 y 15 kilómetros y sprint de 400 metros), el consumo máximo y submáximo de oxígeno, las concentraciones de lactato sanguíneo, la cinética de los gases sanguíneos, los parámetros cardíacos (incluyendo la frecuencia cardíaca, el gasto cardiaco, el índice cardíaco y el volumen sistólico), el cuerpo y la temperatura percibida o el rendimiento de tareas relacionadas con la fuerza después de correr.
Sin embargo, las prendas de compresión mostraron pequeños efectos positivos para el tiempo hasta el agotamiento, la economía de carrera (incluyendo variables biomecánicas como el tiempo de contacto con el suelo, la frecuencia y la longitud del paso y el tiempo de oscilación), la eliminación del lactato sanguíneo, el esfuerzo percibido, la contracción isométrica voluntaria máxima y la potencia muscular máxima de las piernas inmediatamente después de correr, y los marcadores de daño muscular e inflamación.
La temperatura del núcleo corporal (core) fue moderadamente afectada por la compresión, mientras que se informaron grandes efectos positivos para el dolor post-ejercicio de las piernas y el retraso en el inicio de la fatiga muscular.
Por tanto, resultados actuales sugieren que al usar ropa de compresión, los corredores pueden mejorar ligeramente las variables relacionadas con el rendimiento de resistencia (es decir, el tiempo hasta el agotamiento), debido a las mejoras en la economía de carrera, las variables biomecánicas, la percepción y la temperatura muscular, a la vez que beneficiarse de estas prendas a través de la reducción del dolor muscular, el daño y la inflamación.
Quizás no a todo el mundo le vayan bien ni le gusten, pero como no traen riesgos y sí que pueden conllevar beneficios, puedes probar a utilizar prendas de compresión cuando salgas a correr y sacar tus propias conclusiones personales.
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