Moverse por la ciudad cada día es más difícil y complicado: la gente conduce estrellada, los semáforos, los atascos, los problemas de aparcamiento, la contaminación provoca que restrinjan el acceso y aparcamiento a los vehículos... Por ello, moverse en bicicleta se está convirtiendo en los últimos años en una alternativa al transporte privado.
Ahora bien: ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de comprarnos una bicicleta de paseo para movernos por una ciudad? Comprar una bicicleta no es una decisión que podamos tomar llegando a la tienda, mirando durante cinco minutos y comprando la bici que más nos guste. Hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta para no arrepentirnos después de nuestra nueva adquisición.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar nuestra bicicleta de paseo
La compra de una bicicleta de paseo puede ser una excelente alternativa de transporte dentro de una gran ciudad como por ejemplo Madrid o Barcelona, especialmente en estos últimos meses en los que debido a la contaminación se están activando protocolos de restricción de tráfico e, incluso, prohibición de aparcar en las zonas más céntricas a los vehículos. Además, por supuesto está la ventaja de realizar actividad física y poder rezarla a cualquier edad (no es algo exclusivo de gente joven).
Además de para desplazarnos a nuestro lugar de trabajo, podemos emplear la bicicleta para transportar pequeños paquetes que podemos llevar en las cestas o canastos acoplables para ello, por lo que nos puede llegar a servir incluso para hacer alguna pequeña compra en el camino de vuelta a casa. Pero, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta antes de comprar nuestra bicicleta?
Precio
Evidentemente, debemos hacernos un presupuesto acorde a nuestras posibilidades, ya que no va a ser sólo la inversión económica en la bicicleta, si no que también debemos tener en cuenta que posteriormente vamos a tener que comprar una serie de accesorios (algunos de ellos como el casco obligatorios), con lo que el gasto aumentará.
Situar el presupuesto inicial sólo para la bicicleta entre los 200 y los 500 euros puede ser una buena opción, ya que así podremos considerar diferentes alternativas en función de la marca que busquemos.
Tamaño
Las bicicletas, al igual que la ropa, se venden por tallas, por lo que debemos fijarnos bien que la que vamos a comprar sea de nuestra talla. Si bien de una marca a otra las medidas pueden sufrir alguna ligera variación, por lo general las medidas son estándar en todas. De este modo nos vamos a encontrar la siguiente tabla de tallas a tener en cuenta:
NUESTRA ALTURA | TALLA EN CENTÍMETROS | TALLA EN PULGADAS |
---|---|---|
1,55-1,60 | 47-48 | 14-15 |
1,60-1,65 | 49-50 | 15-16 |
1,65-1,70 | 51-52 | 16-17 |
1,70-1,75 | 53-54 | 17-18 |
1,75-1,80 | 55-56 | 18-19 |
1,80-1,85 | 57-58 | 19-20 |
1,85-1,90 | 59-60 | 21-22 |
+1,90 | +61 | +23 |
El sillín: ¿por qué es tan importante un buen sillín?
Al ser el desplazamiento por ciudad algo que está sujeto a los numerosos baches y vaivenes del pavimento, contar con un sillín de un material cómodo y ergonómico se antoja como fundamental (un sillín duro y rígido nos va a provocar más de un dolor "ahí" y que acabemos por aparcar la bicicleta en un trastero).
No sólo los ciclistas de carretera deben llevar un buen sillín. Al igual que cuando caminamos, nuestros pies son el elemento que soporta todo nuestro peso, en el caso de la bicicleta nuestros glúteos (y nuestro coxis) son los que van a soportar nuestro peso, por lo que es importante estar lo más cómodos posible y, por ende, contar con una superficie de apoyo lo más ergonómica posible.
Una ventaja de los sillines es que al ser desmontables, nos da la opción de poder sustituirlos por otro que sea más cómodo o que nos guste más.
Sistema de frenado
Existen básicamente cinco tipos de freno en las bicicletas de paseo: frenos de varilla, frenos cantilever, v-brake, de contrapedal y de tambor.
Frenos de varilla: son un tipo de freno actualmente en desuso, aunque en algunas ciudades aún puede verse alguna bicicleta con este sistema de frenado mediante el cual la pastilla de freno era accionada mediante varillas en lugar de cables.
Frenos Cantilever: era el freno más utilizado para todo tipo de bicicletas hasta la llegada de los V-Brake.
Frenos V-Brake: fueron creados por la marca Shimano en la década de los 90 y son el sistema más utilizado por su relación calidad precio. Además, una de sus ventajas es que no debemos ejercer demasiada presión en la manera para lograr una buena potencia de frenada. Son los típicos frenos "de zapata".
Frenos de contrapedal: como podéis imaginar, son frenos que se accionan al pedalear en sentido contrario. Sin embargo, dado que la frenada no es brusca tenemos que "anticiparnos" a la frenada para no llevarnos sustos.
Frenos de tambor: son frenos de zapata, pero a diferencia de los v-brake, en los de tambor su movimiento es de expansión rozando en un cilindro (tambor) que gira entre la rueda y el buje.
Bicicletas monoplato y de doble plato: ¿cuál elegir?
Hasta hace unos años, era común ver bicicletas que contaban hasta con tres platos, lo cual daba más opciones de cambio y desarrollo para pedalear. Sin embargo, al circular por ciudad era frecuente golpear el plato más grande con el bordillo de las aceras, por lo que se comenzaron a comercializar bicicletas monoplano y de doble plato.
Bicicletas de doble plato: al contar sólo con dos platos vamos a ganar algo de espacio entre nuestro cambio y el suelo o los elementos que pudieran provocar golpes en el plato más grande, vamos a reducir ligeramente también el peso (al llevar un plato menos) y vamos a tener un pedaleo más fluido al engranar los cambios de velocidad mucho mejor y producir un mayor aprovechamiento de todas las velocidades. Por contra, vamos a perder eficacia en caso de tener que subir calles empinadas, ya que el triple plato nos ofrecía mayor versatilidad.
Bicicletas monoplato: la diferencia de peso va a ser notable, ya que eliminamos dos platos y la cadena va a contar con menos eslabones (además esto reduce el número potencial de averías que podemos sufrir), va a disminuir el Factor Q (la distancia que hay entre nuestras piernas al pedalear) por lo que mejorará la eficacia de nuestro pedaleo y el plato va a tener los dientes más largos (además de que va a alternar un diente ancho y uno estrecho). Por contra, nuestra bicicleta será menos versátil y, aunque el sistema es más sencillo al contar sólo con un plato, va a ser más caro.
Servicio técnico post-venta
Un factor a tener en cuenta ante posibles defectos que pueda presentar nuestra bicicleta y que no hayamos visto en la prueba de la misma o ante averías futuras. Una de las cosas en que más hincapié debemos hacer cuando estemos evaluando bicicletas es la garantía que nos van a dar (del mismo modo que hacemos al comprar un coche).
Relación de peso usuario-bicicleta
Evidentemente, la relación de peso entre nuestro peso y el de la bicicleta es algo también a tener en cuenta, ya que si nos compramos una bicicleta demasiado pesada, vamos a tener que realizar un sobre esfuerzo a la hora de desplazarnos. Además, debemos tener en cuenta si vamos a llevar algún paquete en nuestra bicicleta, por lo que sería recomendable que nuestra bicicleta no fuera excesivamente pesada.
Desplazamientos en ciudad: ¿bici con o sin motor?
En los últimos meses, en Madrid se han tenido que activar diversas medidas ante el aumento de la contaminación como por ejemplo la restricción del aparcamiento en zonas céntricas o la limitación de la velocidad en ciertas vías de circulación. Como alternativa sostenible y ecológica a este escenario, las bicicletas eléctricas se presentan como un gran avance y una magnífica opción de desplazamiento dentro de las grandes ciudades. Por desgracia, dentro del Plan MOVALT 2018 el gobierno no ha contemplado la inclusión de ayudas o subvenciones para quien quiera adquirir una bicicleta eléctrica.
Además, las bicicletas eléctricas nos van a brindar la posibilidad de reducir el esfuerzo físico que puede suponer pedalear en una ciudad como por ejemplo Madrid, además de ahorrarnos también tiempo en nuestros desplazamientos de un punto a otro de la ciudad. Más ventajas de las bicicletas eléctricas son por ejemplo el tener un carril reservado exclusivamente para nosotros, el ahorro de búsqueda de aparcamiento, ahorro económico respecto a un coche o una moto (ITV's, impuestos de circulación, gastos de gasolina, talleres...) y, por supuesto, el ya mencionado beneficio de la reducción a cero emisiones contaminantes.
Hablando en términos numéricos, podemos encontrar modelos desde los 400 euros hasta cerca de 3000 euros, dependiendo de nuestro bolsillo (aunque en España los modelos más nuevos no suelen bajar de los 1000 euros).
Evidentemente, las bicicletas eléctricas van a suponer un desembolso inicial superior al de una bicicleta convencional, pero si lo pensamos, a la larga vana suponer un considerable ahorro respecto a un vehículo (ya sea coche o moto): nos ahorramos el impuesto de matriculación, el impuesto de circulación, las ITV's, las posibles multas por velocidad o aparcamiento, no tenemos problemas de aparcamiento (coste del ticket del parquímetro), no gastamos gasolina (sí, tenemos que cargarla, pero el coste va a ser muy inferior al gasto que nos genera un vehículo a combustible). La inversión inicial, por tanto, compensa.
Respecto a la batería, existen dos tipos de bicicletas eléctricas, dependiendo de si la batería se recarga mediante enchufe o se "auto-recarga" al circular al igual que hacen algunos coches híbridos. Acorde a la normativa vigente, las baterías de las bicicletas eléctricas no pueden generar una potencia superior a 250 watios (y en velocidad no pueden sobrepasar los 25 Km/h), ya que si los superasen, la ley las trataría como ciclomotores. Actualmente casi todos los modelos de bicicleta eléctrica utilizan batería de Litio y la recomendación es que a partir de los cuatro años de vida de la batería empecemos a pensar en cambiarla.
Si hablamos del peso de estas bicicletas, resulta obvio que van a ser bicicletas más pesadas que una convencional debido mayormente a la presencia de la batería. Como norma general, una bicicleta eléctrica puede llegar a pesar entre seis y ocho kilos más que una sin motor. Esto es un aspecto a tener en cuenta si compramos una bicicleta que no permita el desmontaje de la batería para su recarga (ya que nos la tendremos que subir a casa para enchufarla).
Si tengo una bicicleta convencional, ¿puedo adaptarla y convertirla en eléctrica? La respuesta es sí. Para ello, podemos comprar un kit de conversión (cuyo precio puede rondar desde 200-300 euros hasta los 800) que son de fácil instalación. Al tener un coste inicial menor (ojo con esto, porque "electrificar" nuestra bicicleta puede suponer tener que cambiar también las ruedas e incluso los frenos, con lo que el desembolso aumenta), esto supone un ahorro de recurso económicos en nuestro bolsillo (ya que disponemos de la bicicleta y no hace falta comprar una nueva), aunque para gustos los colores, y hay quienes prefieren guardar su bici convencional y comprar una eléctrica nueva.
Imágenes | iStock
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