¿Puede ser igual de beneficioso para el rendimiento bebernos una bebida rica en hidratos que simplemente enjugarnos la boca y escupirla? Esa es la hipótesis que se hicieron un grupo de investigadores hace ya dos décadas y que ha tenido respuestas contradictorias desde entonces. En este artículo te comentamos cómo podría ayudarnos un enjuague bucal con hidratos a la hora de obtener un mejor rendimiento atlético.
Beneficios en el rendimiento tras un enjuague bucal con hidratos
Los hidratos de carbono son para el cuerpo humano lo que la gasolina para nuestro coche. Este combustible nos ayuda a levantar más pesado y a correr con más intensidad ya que nos aporta energía rápida y retrasa la fatiga. No cabe duda que los carbohidratos son necesarios para un alto rendimiento atlético.
Sin embargo, el grupo de Jeukendrup, un gran investigador de las Ciencias del Deporte, quiso comprobar en 2004 qué ocurría si, en lugar de ingerir los carbohidratos contenidos en una bebida deportiva típica, como puede ser Gatorade, Powerade, etc., simplemente se enjuagaban la boca y la escupían.
En ese estudio histórico de 2004 hallaron que ese simple enjuague bucal, sin ingerir los carbohidratos, beneficiaban al rendimiento en cantidades similares a su ingesta. La razón propuesta era que los receptores de la cavidad oral detectaban esa bebida y enviaban señales neuronales al cerebro, fuese tragada o no la bebida.
Desde entonces, varios estudios han confirmado esos hallazgos de hace casi dos décadas, pero también hay otros que han obtenido resultados contradictorios, indicando que el enjuague bucal con una bebida rica en hidratos no mejora el rendimiento atlético.
¿Por qué hay resultados contradictorios?
Existen varias razones por las que hay estudios que sí indican una mejora del rendimiento cuando realizamos un enjuague bucal con la bebida rica en hidratos, pero no la tragamos, y otras investigaciones no muestran esos beneficios.
Una de ellas es que la bebida sea ya conocida o no. El condicionamiento clásico que posiblemente te sonará con el perro de Pavlov, indica que nuestro cuerpo anticipa un evento por el simple hecho de conocerlo. El simple hecho de que la bebida sea conocida, aunque no la traguemos, puede hacer que nuestros receptores envíen señales al cerebro indicando que llega más energía.
Si la bebida no es conocida, ese efecto podría no suceder, más allá de que los receptores captaran el dulzor y gusto típico de los carbohidratos. Otra razón de la falta de consenso es el tipo de prueba que se realizaba, ya que una prueba de una hora de duración poco tiene que ver con otra de cuatro horas.
En pruebas cortas, si además nuestro cuerpo tiene llenos los almacenes de glucógeno, no habrá diferencia entre las personas que realizan el enjuague bucal y aquellos que no lo hacen. Sin embargo, si la prueba es larga, o viene precedida de un largo ayuno, el enjuague bucal cobra más importancia y sí puede mostrar mejoras del rendimiento deportivo, a pesar de no tragar la bebida.
¿No es más fácil beber la bebida y ya está?
Lo más fácil para solventar esa falta de consenso es ingerir la bebida y dejarnos de enjuagues bucales, está claro. Esta aplicación se diseñó porque muchos atletas tienen problemas gastrointestinales cuando ingieren determinadas cantidades de hidratos de carbono durante la carrera.
Los carbohidratos son un combustible vital a tomar durante las pruebas prolongadas, pero tenemos un límite por encima del cuál nuestro estómago no es capaz de digerir con normalidad esos hidratos de carbono. Los enjuagues bucales solucionan dicho problema a la vez que pueden beneficiar el rendimiento del atleta.
Para esas situaciones se ideó este planteamiento del enjuague bucal, y aunque la evidencia científica no es clara, la detección oral de la bebida, aunque no se ingiera, podría disminuir la percepción del esfuerzo en la prueba, evitar los problemas gastrointestinales y ofrecer alguna ventaja con respecto a no hacerlo.
Aplicación práctica
El efecto ergogénico del enjuague bucal no es metabólico, sino que puede residir en el Sistema Nervioso Central, al recibir la señal de los receptores bucales y activarse. A día de hoy no puede afirmarse claramente su eficacia, pero tampoco desmentirse.
Prueba de ello es esta investigación que indica que un enjuague bucal con carbohidratos y cafeína mejoró significativamente la resistencia muscular en la parte inferior del cuerpo y el rendimiento cognitivo, pero que se enfrenta a esta publicación que sugiere que el enjuague con carbohidratos no es una estrategia efectiva en un test de resistencia.
Hay muchos factores que pueden mejorar o empeorar el rendimiento, por lo que es tremendamente complejo determinar una conclusión clara en esta línea investigadora. Lo único que se puede destacar es que el efecto placebo está más presente de lo que creemos en el deporte y en la vida, y el enjuague bucal con carbohidratos en un claro ejemplo de lo que el poder de la mente puede crear.
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Imágenes | Cidaly (Midjourney), Rassvet25 (Midjourney), Nachito (Midjourney)
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