Mitos sobre la cetosis: todo lo que necesitas saber para hacerlo correctamente

Hoy vamos a explicaros algo más sobre la cetosis, concretamente a cómo se realizaría una dieta cetogénica correctamente además de indicaros algunos mitos y verdades sobre la misma.

Cómo realizar correctamente una dieta cetogénica

Uno de los mayores problemas de la sociedad a la hora de realizar una dieta cetogénica es el de no aumentar debidamente el consumo de grasas. No debemos olvidar que una dieta cetogénica debe ser alta en grasas, moderada en proteínas y muy baja en carbohidratos. Si hablamos en términos de porcentajes, suelen rondar el 65 - 75% de grasas, el 25 - 30% de proteínas y entre un 5 y un 10% de carbohidratos, siempre sin superar el umbral de los 50g aproximadamente.

A la hora de elegir los alimentos, realmente no existe un alimento que por sí solo provoque que salgamos de la cetosis, esto quiere decir, que si queremos comer un chicle con azúcar o un dulce, por sí solo no nos hará salir de la cetosis, aunque cada persona es un mundo.

Por otra parte, hay alimentos que ayudan a entrar en cetosis debido a los ácidos grasos que tienen en su composición, como por ejemplo el aguacate, los cacahuetes y el coco.

También debemos tener en cuenta que en cetosis, nuestro cuerpo necesita una mayor hidratación para poder funcionar correctamente, ya que la ausencia de carbohidratos provoca que retengamos menos agua y en algunos momentos podemos sentir sensación de sequedad bucal.

 Mitos y verdades de la cetosis

Hay distintos mitos alrededor de la cetosis o de las dietas cetogénicas, así que vamos a intentar aclarar o esclarecer qué hay de cierto en todos ellos:

  • Cefaleas: si bien es cierto que en algunos casos pueden existir cefaleas, estas no suelen ser muy comunes y si las hay, no son provocadas directamente por el hecho de estar en cetosis, una posible causa puede ser por deshidratación.
  • Vómitos o mareos: no es muy frecuente, pero en alguna ocasión puede haber indicidos de náuseas o pequeños mareos, sobre todo durante los primeros días, hasta que nuestro cuerpo se comienza a adaptar.
  • Nuestro cerebro solo se alimenta de glucosa: según esta afirmación, la cetosis sería un auténtico suicidio. De ser así ¿cómo hemos conseguido evolucionar a lo largo de la historia cuando no teníamos prácticamente fuentes de carbohidratos? La realidad es que nuestro cerebro puede obtener energía mediante un proceso denominado gluconeogénesis, en el cual, nuestro hígado se encarga de generar glucosa a partir de las proteínas que ingerimos, o bien de las propias que tiene nuestro cuerpo.
  • Orina, fatiga y sudor: es cierto que se orina más, por ello es importante beber más agua. En cuanto a la fatiga, hasta que el cuerpo se adapta a utilizar las grasas como energía, puede haber algo más de fatiga, pero normalmente a las tres semanas, el cuerpo comienza a adaptarse. Respecto al sudor, puede tener un olor algo más fuerte de lo normal, al igual que el aliento.
  • Se pierde masa muscular fácilmente: esto es completamente falso. Si el aporte proteico es el debido, y el tipo de entrenamiento también, no notaremos pérdida de masa muscular. Es cierto que si nos excedemos con el ejercicio cardiovascular, y dejamos de lado la fuerza, probablemente tengamos mayor facilidad de perder algo de masa muscular, pero no es muy común cuando el aporte proteico es el idóneo.

Conclusiones y recomendaciones

Vuelvo a repetir, que no recomiendo a nadie realizar este tipo de dieta y menos aún si no es bajo al supervisión de un profesional cualificado, ya que, realizar esta dieta exige tener bastante conocimiento sobre nutrición y sobre la composición general de los alimentos.

Para aquel que quiera llevar esta dieta, una herramienta indispensable para poder elaborar su dieta acorde con sus gustos y lo que se puede ingerir, puede ser fatsecret o myfitnesspal, disponibles también en dispositivos móviles ios y android.

Este tipo de dietas puede ayudar a perder la grasa más rebelde que nos encontramos al final de una etapa de definición, pero no produce mayor beneficio en personas que tengan un porcentaje graso aún elevado, en ese caso, realizando una dieta hipocalórica controlando los macronutrientes, sería más que suficiente.

Por otra parte, este tipo de dietas restringe muchísimo las fuentes de vitaminas y minerales, ya que el consumo de frutas es bastante bajo. Por esta razón sería recomendable informarse acerca de las vitaminas y minerales que sí se ingieren mediante la dieta y si hiciera falta, consumir algún multivitamínico, bajo recomendación de un profesional.

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