Tradicionalmente, probablemente debido a la influencia de errores en los hábitos de nutrición, se ha confundido un niño (o niña) sano, robusto, fuerte, con uno con sobrepeso. Alimentar a los hijos para que estén corpulentos es una tendencia que todavía muchos padres conservan, sin darse cuenta de que pueden no estar viendo que sus hijos puedan padecer sobrepeso.
En esta línea se ha desarrollado un informe con casi 3000 familias británicas donde se objetivó que los padres no solían ver que sus hijos padecían sobrepeso, a pesar de que los criterios médicos sí que mostraban este exceso de peso. Este tipo de errores puede condicionar a fomentar hábitos poco saludables en los niños.
En el estudio, cuyo resumen está disponible en inglés en este enlace, y sobre el que se puede leer un artículo resumen en español, se valoró a un total de 2976 familias en Gran Bretaña, cruzando datos con el objetivo d comparar la percepción de los padres con el estado real del peso de sus hijos.
Los niños participantes fueron de 4 y 5 años y otros algo mayores, de 10 y 11 años de edad. El resultado fue que los padres solían subestimar en los casos de sobrepeso, pues, si bien según los criterios médicos existían 369 casos de sobrepeso de diversa consideración, sólo cuatro padres clasificaron a sus hijos como "con sobrepeso".
Percepción errónea de los casos de sobrepeso
Es una cifra muy alejada de la realidad, lo cual hace pensar que la percepción de los padres en cuanto al sobrepeso de sus hijos puede no ser realista, lo cual, sin duda, es un problema para los pequeños. Negar el problema, no admitir su existencia, sin duda es un fallo importante que dificulta corregir este exceso de peso.
Según los autores de esta investigación, si los padres son incapaces de reconocer el sobrepeso y otros problemas en la nutrición de sus hijos, es poco probable que tomen estrategias correctas para eliminar estos problemas.
Educación de padres e hijos frente al sobrepeso
Educar para comer de forma saludable, pero tanto a los niños como a los padres. En mi opinión, todavía existen muchos mitos en la alimentación que pueden hacer que, con toda la buena intención, se den productos poco saludables a los pequeños, pensando que estos le hacen algún bien.
Por ejemplo, el exceso de bebidas azucaradas (también zumos embotellados, que hay quien piensa que son un alimento sano) pueden ser un factor que influya en el aumento de peso.
Pero, aún con una alimentación sana, el sedentarismo en los niños también es una causa importante de problemas en el peso, y es que es cierto que, en general, se ha reducido el nivel de actividad física de los niños, con el consiguiente efecto en el aumento de peso.
En definitiva, es necesario informar tanto a niños como a padres de las necesidades de alimentación y ejercicio para tener una vida saludable. Eliminar mitos sobre la alimentación y crear conductas positivas y, desde los servicios de salud, saber detectar y alertar de los casos de sobrepeso en niños y dar pautas para prevenir y tratar estos problemas.
En Vitónica | Obesidad infantil ¿Toda la culpa es de los padres?
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