Cómo ha evolucionado la presencia de la mujer en las salas de Fitness (y cómo los gimnasios pueden adaptarse más a ellas)

Echar la vista atrás para hablar sobre el fitness y su historia nos remonta inevitablemente a la imagen de Jane Fonda durante los años ochenta. La actriz lanzó a principios de la década 'The Jane Fonda’s Workout', unos vídeos de aerobic que dieron un giro radical a la manera en que las mujeres entendían el deporte, transformando la industria del fitness para siempre.

La activista y gurú del aerobic durante varias décadas enseñó (y dio permiso) a las mujeres de medio mundo a sudar mediante rutinas muy accesibles que todas podían practicar tanto en casa como en el gimnasio.

Como todo, varias décadas después el mundo del fitness continúa evolucionando y se enfrenta a una nueva etapa; un escenario en el que las mujeres cada vez son más exigentes y los entrenamientos ya no se focalizan en el sexo, sino en la importancia del mismo.

En los últimos años hemos experimentado un cambio de conciencia respecto al entrenamiento, independientemente del sexo. "Así como antes la tendencia era que el hombre se centraba en el culturismo o en entrenamientos de fuerza y las mujeres en clases colectivas o aerobic, ahora ambos dan importancia al entrenamiento de fuerza para conseguir sus objetivos", enuncia Álvaro González, entrenador especializado en crossfit y pilates.

Este cambio, nos cuenta, se explica porque cada vez son más las personas que valoran el deporte como una manera de estar saludable (y no sólo como objetivo para estar más delgada, en el caso de la mujer). "Además, el público es mucho más consciente de que el entrenamiento de fuerza es sinónimo de salud física y mental", añade.

También ha cambiado el prototipo de mujer guapa o saludable: "En la era de los ochenta y los noventa la mujer guapa era aquella que salía en las pasarelas. Los requisitos eran ser alta y súper delgada. Ahora se busca una mujer con curvas y el concepto de mujer real. Vemos a las mujeres con cuerpo fitness como prototipo de mujer guapa".

Un cambio que, sin duda, se ha visto acelerado gracias a las redes sociales: "Existe un auge muy grande de chicas modelo, fitness o entrenadoras que suben entrenamientos a sus perfiles y muestran su día a día, ofreciendo sus asesorías deportivas". La consecuencia directa, por tanto, es que se están poniendo muy de moda los grandes gimnasios con salas fitness enormes para que, tanto hombres como mujeres, puedan entrenar a gusto.

Brett Poblet, CEO de Square Fitness Studio, nos recuerda el fenómeno mundial que ha tenido la creación de los estudios de fitness (o lo que actualmente se llaman las boutiques de fitness). Reconoce que desde que empezaron a crearse, en 2010 en Estados Unidos y finales de 2015 en España, este tipo de estudios están arrastrando a los consumidores desde los gimnasios tradicionales hacia los estudios de fitness de los que hablamos actualmente.

"El porqué esto ha sucedido es porque estos centros crean adicción, garantizan resultados rápidos, generan motivación y placer instantáneo, además de una rápida integración en la comunidad. Y lo más importante: son centros que no intimidan y esto es clave para la mujer, porque están adaptados a todos niveles y para todo el mundo", recalca el experto.

Además, asegura que este tipo de centros se construyeron pensando inicialmente en la mujer: "Son centros que no escatiman en impresión en vestuarios, con todo tipo de detalles para poder cuidar al usuario. Existen zonas de comunidad, de reunión, incluso con bares para poder tomar algo… el objetivo es que los consumidores pasen a formar parte de algo. Y al final, la mujer es lo que más busca: sentirse integrada".

El extraordinario aumento de este tipo de centros de 2015 hasta ahora se ha visto impulsado por una fuerte demanda de las mujeres. "Han crecido una barbaridad y nosotros la clientela principal que tenemos son mujeres: el 70 u 80%. Y lo mejor es que esto sucede en cualquier país: tanto en España, Reino Unido, Estados Unidos o Australia se mantiene".

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Es la experiencia lo que cuenta

En las clases colectivas de antes predominaba el público femenino."Lo que se ha hecho con esta evolución es sacar este tipo de salas e individualizarlas. Es decir, crear espacios únicos donde el entorno mayoritario es la mujer y al final ella busca estar con más mujeres de forma inconsciente. A la mujer le preocupa sentirse juzgada o intimidada cuando hace estos ejercicios. Y dentro de esos espacios están completamente protegidas, en un entorno familiar, se sienten cuidadas y están mucho más desinhibidas", sentencia el experto.

Destaca además que este tipo de salas gustan más que los gimnasios de siempre por el tipo de servicio que ofrecen: "Al final, es la experiencia lo que cuenta. Los detalles, los instructores, el ambiente… todo lo que se produce ahí. También es cierto que la mujer es mucho más exigente en cuanto a los servicios que el hombre, y suele ser mucho más fiel que ellos por eso este tipo de estudios ponen todo su foco en la atención máxima a esos cuidados que también generarán mayor gasto".

Como conclusión, lo que los expertos han hecho es coger el gimnasio tradicional y especializarlo, cuidarlo y mimarlo para que las mujeres puedan disfrutar. "Se han quedado los gimnasios tradicionales o low cost que son al final todo máquinas donde al final el público es mucho más masculino y todo es más intimidante. Nosotros hemos sacado un servicio de lo que es el club tradicional, se ha especializado y todo está ahora mucho más cuidado. Y se genera una experiencia, se busca la comunidad… el hombre es mucho más individual, no busca tanta relación".

Por último, nos recuerda que la práctica de actividad física en estos centros de fitness para la mujer es una vía de escape muy grande para ellas: "Les da muchísimas opciones para poder hacer práctica deportiva en un entorno donde ellas se sientan cómodas".

La sociabilización es otro de los grandes factores. A la gran mayoría de las mujeres les encanta sociabilizar mientras hacen deporte. También es cierto que las mujeres son más propensas que los hombres a experimentar lo que es el estigma alrededor del trabajo con peso. Por eso, pueden evitar ir a la sala de máquinas o de pesas tradicional.

Pero, por suerte, las cosas han cambiado y el trabajo con peso está en un trabajo muy bueno y de ahí la popularidad del crossfit, los ejercicios con fuerza o el tipo de actividades como el nuestro que es hit con sesiones donde se trabaja con cargas, porque son actividades que se está demostrando que son beneficiosas para la mujer. Cada vez hay más participación de mujeres: el 47% de personas que practican crossftit son mujeres.

Sobre porqué las mujeres eligen este tipo de salas frente a los gimnasios de toda la vida, Javier Díaz, instructor, Square Fitness Studio, considera que esto se debe sobre todo por la experiencia y el detalle de este tipo de centros. "La iluminación, la música, profesionales que realizan las clases… al final las mujeres son capaces de ver y sobre todo sentir y valorar estos detalles. Actualmente ya no solo es ir a levantar pesas o correr en cita, ahora hay que sorprender al usuario día a día", expone.

¿Y qué podrían hacer los gimnasios para adaptarse a las exigencias de las salas de fitness? La respuesta está clara: "Reinventarse y buscar que cada día haya un estímulo nuevo, un temazo en un momento clave de la sesión, un nuevo gel en los vestuarios con un olor particular, un ejercicio nuevo o más retador… Todo suma", concluye Díaz.

Imágenes |Jane Fonda, Pexels

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