¿Habías caído en que sin salir de la piscina es posible completar un buen entreno? Uno mediante el cual trabajemos todo nuestro cuerpo. No va a hacer que transformemos nuestro cuerpo en pocos meses, pero ahora, en esta época del año, es una muy buena opción para mantenernos activos y quemar un extra de calorías.
En este caso voy a explicarte cada uno de los ejercicios sin necesidad de ningún equipamiento ni nada por el estilo, pero si tienes uno de estos corchos que se sitúan entre las piernas puedes usarlos como freno sujetándolos con las manos e incrementar así la intensidad de los movimientos.
Además, vamos a ver los ejercicios sueltos, por separado, pero puedes combinarlos entre sí y hacerte un entrenamiento como dios manda. Empezamos.
Rodillas al pecho en el agua
Muy sencillo. Igual que cuando fuera de la piscina corremos en el sitio llevando las rodillas hacía arriba hacemos lo mismo en el agua. En el sitio, sin movernos vamos subiendo cada pierna de forma alterna. Cuánto más rápido lo hagamos más intenso será y no te olvides de mover los brazos también. Al final debes simular el movimiento que haces cuando corres.
Con este ejercicio trabajamos principalmente las piernas aunque también movilizamos los brazos y hombros.
Patada bajo el agua
También, quietos en el sitio, elevamos de forma alterna cada pierna completamente estirada y tocamos la puntera con la mano alterna. Aprovechando la piscina y el agua damos un pequeño salto entre cada elevación para cambiar de un pie a otro.
Con este ejercicio también conseguimos trabajar las piernas y añadimos trabajo al core.
Patada trasera en el agua
Comenzamos apoyándonos en el bordillo de la piscina y elevamos de forma alterna una pierna hacía atrás manteniendo esta estirada en todo momento. En este ejercicio estamos trabajando la parte trasera de la pierna y los glúteos.
Aquí podríamos aumentar la intensidad con unas pequeñas aletas que nos servirían de lastre o freno.
Jumping Jacks en el agua
En este caso hacemos exactamente el mismo movimiento que haríamos fuera del agua, pero dentro de la piscina. Comenzamos completamente erguidos, damos un pequeño salto y abrimos las piernas y llevamos la manos arriba abriéndonos en posición de estrella. Luego, con otro salto, volvemos a la posición inicial.
Este ejercicio además de acelerar nuestro cuerpo nos ayuda a trabajar gran parte de las piernas y brazos.
Apertura de piernas
De espaldas al borde de la piscina y apoyándonos con las manos a este nadamos haciendo aperturas de piernas como si intentáramos empujar la pared. El movimiento es similar a cuando nadamos a braza en la piscina.
En este caso trabajamos toda la cara interna de las piernas.
Aperturas de brazo andando
En este caso lo que hacemos es simular unas aperturas de pecho o un remo estilo pájaro, pero dentro de la piscina. Simplemente estiramos los brazos paralelos al suelo delante de nuestro pecho y llevamos los brazos hacía los costados mientras caminamos hacía adelante. Es como si empujáramos el agua hacía atrás mientras avanzamos.
Después, caminamos hacía atrás y hacemos el mismo movimiento pero invertido. Ahora nuestros brazos van desde los costados hacía adelante. Idealmente podemos usar algún corcho o mancuerna de piscina para añadir algo de intensidad al ejercicio.
Tríceps en la escalera de la piscina
Una opción para trabajar la parte trasera de nuestros brazos es usar el último escalón de la escalera de la piscina. Básicamente usamos la escalera de la piscina como si de unas barras paralelas del gimnasio se tratara.
Nos colocamos mirando al borde de la piscina y situamos las manos al borde del último escalón con las palmas mirando hacía abajo. Luego simplemente estiramos los brazos sacando nuestro cuerpo de la piscina. Volvemos a la posición inicial y esto es lo que consideramos una repetición.
Simplemente, nadar
Otra opción muy buena es simplemente marcarse unos largos en la piscina. Combinando distintas técnicas podemos trabajar distintas partes del cuerpo y además acelerar nuestro cuerpo y quemar un extra de calorías. Al final, nadar, no deja de ser un ejercicio cardiovascular con múltiples ventajas como la falta de impacto.
Podemos nadar a crol, nadar a braza e incluso, si somos capaces, a mariposa. Intercalando todos estos estilos al final trabajaremos prácticamente todo el cuerpo y además, nos activamos y aceleramos nuestro cuerpo.
Vídeos | Alexander FitnessPro, FitnessBlender
Imagen | Chris Kristiansen, chrissie, Jay Wennington y iStock
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