El entrenamiento en ayunas tiene cada vez más adeptos, ya sea por la creencia de que la pérdida de peso es mayor o por gustos personales. Un nuevo estudio se suma a los ya existentes en la literatura científica para explicarnos si entrenar fuerza en ayunas es una buena o mala idea. Si haces sesiones de alta intensidad en ayunas puede que te lo replantees después de leer este artículo.
Entrenar antes o después de comer, esa es la cuestión
Una nueva investigación añade más evidencia científica sobre el ayuno y el entrenamiento de fuerza. Los investigadores compararon a dos grupos que realizaban ayunos por el Ramadán, pero uno de ellos entrenaba antes de romper el ayuno, y el otro después de hacerlo.
Ambos grupos consumían los mismos nutrientes en el día, la única diferencia es que el entrenamiento era llevado a cabo antes o después de romper el ayuno con la caída del sol, como establece el Ramadán.
Los resultados fueron claros: el grupo que entrenaba después de comer, es decir, que no estaba en ayunas, ganó más fuerza y levantaba más carga en los ejercicios básicos como el peso muerto y la sentadilla. Ambos grupos realizaban el mismo entrenamiento: mismo volumen, mismo porcentaje del peso máximo, etc.
Efectos psicológicos y fisiológicos
El grupo que entrenaba en ayunas reportaba niveles más altos de exigencia en la escala del esfuerzo percibido que el grupo que entrenaba después de comer. Esta explicación puede ser fisiológica, pero también psicológica al tomar como más exigente el mismo entrenamiento.
En el caso del Ramadán entra en juego también la posible deshidratación que se vuelve más severa con el entrenamiento, aspecto que no ocurre en un ayuno fuera de la religión en el que sí se puede tomar agua.
La conclusión final es que el entrenamiento de fuerza y de alta exigencia no debe realizarse en ayunas ya que la calidad del mismo será menor y el nivel de esfuerzo será percibido como mayor. En el caso de hacer cardio a baja intensidad o entrenamientos de baja intensidad no afecta tanto el hecho de estar en ayunas o no, pero si la exigencia es alta, entrenar alimentados es clave.
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Imágenes | Alora Griffiths (Unsplash), Gabin Vallet (Unsplash)
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