Entrenas la fuerza y te gusta ver vídeos en el ordenador. ¿Y si encima te dicen que viendo un determinado tipo de videoclip puedes mejorar tu rendimiento?
Existen muchas estrategias para que nuestros entrenamientos de fuerza sean mejores. La mayoría de ellas hacen referencia a variables como el volumen, la intensidad y la frecuencia de entrenamiento, y otra gran parte a estrategias nutricionales.
Pero, además de todas estas importantes estrategias, que deberemos tener en cuenta si queremos mejorar, está demostrado que las imágenes visuales pueden producir una serie de cambios rápidos en ciertas hormonas que pueden ayudar a motivarnos y rendir mejor en nuestro entrenamiento.
¿Cuáles son esas hormonas?
Testosterona
La testosterona es una potente hormona esteroide con importantes efectos sociales, incluyendo la motivación.
Por ejemplo, la administración de testosterona puede aumentar la motivación humana para participar en conceptos de acción y reducir el temor inconsciente después de la exposición a un estímulo visual.
Las concentraciones de testosterona de los deportistas antes de la competición o el entrenamiento se han correlacionado con varios resultados de entrenamiento y rendimiento, además de con el esfuerzo funcional durante la competición.
Se ha informado que las concentraciones de testosterona en atletas masculinos de élite presentadas antes de las sesiones normales de entrenamiento estaban fuertemente asociadas con la posterior selección voluntaria de la carga de trabajo, indicando así un posible vínculo con la motivación del entrenamiento.
Entrando más en detalle, en sujetos que entrenan fuerza, los niveles de testosterona promedio pre-ejercicio se correlacionan con las ganancias de fuerza muscular.
Cortisol
Las investigaciones sugieren que el cortisol también tiene potencial como marcador predictivo del rendimiento del deportista en el entrenamiento o la competición.
Y a lo que vamos, ¿qué tipo de película es mejor ver antes de entrenar?
Para responder a esta pregunta me basaré en el estudio de Cook y Crewther (2012).
Estos autores investigaron los efectos agudos de diferentes tipos de videoclips sobre las concentraciones salivares de testosterona y cortisol y el posterior rendimiento en el ejercicio de sentadilla en deportistas entrenados.
Los sujetos vieron al azar un videoclip triste, erótico, agresivo, de entrenamiento motivacional, humorístico o un videoclip de control, todos ellos de aproximadamente 4 minutos de duración.
Posteriormente realizaron el ejercicio de sentadilla, el cual consistió en la búsqueda de la realización de tres repeticiones máximas (3RM).
¿Qué se encontraron? Adivinad
Se encontró que los videoclips eróticos, agresivos, humorísticos y de entrenamiento aumentaron significativamente las concentraciones de testosterona en los sujetos.
A su vez, el video agresivo fue el que produjo una respuesta más elevada del cortisol, seguido del vídeo humorístico y el erótico.
Al contrario, la testosterona disminuía después de ver el videoclip triste.
¿Y qué ocurrió con el ejercicio de sentadilla?
Se observó una mejora significativa en el rendimiento de la sentadilla (3RM) después de los videoclips agresivos, humorísticos, eróticos y de entrenamiento, en este orden.
Por tanto, podemos decir que el videoclip agresivo fue el ganador.
Resumiendo, especulativamente el uso de presentaciones cortas de video en el entorno pre-entrenamiento ofrece una oportunidad para comprender los resultados del cambio hormonal, el comportamiento del deportista y el rendimiento voluntario posterior.
Si estás en casa y no sabes en que ocupar el tiempo antes de ir al gimnasio, ¡motívate viendo un vídeo de este tipo!
Imágenes | iStock
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