El NEAT puede afectar a tu proceso de pérdida de peso y grasa mejorando o tirando por la borda todos los resultados. Vamos a ver de que se trata y cómo podemos hacer que juegue a nuestro favor.
Sabemos que la base para perder peso y grasa es un consumo calórico inferior a nuestro gasto calórico. Aunque no es el único factor, es importante comer menos calorías de las que quemamos al final del día.
La segunda parte de la fórmula, las calorías que gastamos, depende básicamente de tres factores:
- Metabolismo basal: de forma resumida esta es la cantidad mínima de energía que necesita nuestro cuerpo para seguir vivos. La energía mínima necesaria para que nuestro corazón siga latiendo y todo funcione como es debido.
- Actividad física diaria: esta es la energía que quemamos gracias a nuestra actividad y ejercicio diario. La energía que quemamos durante el entrenamiento, caminando, en el trabajo, etc. Detrás del metabolismo basal esta es la segunda fuente principal de consumo de energía y aquí estaría el NEAT.
- Efecto termogénico de los alimentos: como sabemos los propios alimentos que ingerimos además de aportar energía también nos hacen consumir energía para procesarlos y digerirlos. Esta es otra fuente de gasto energético aunque es bastante reducida y poco trascendente al final del día.
¿Qué es el NEAT?
Vale, ya sabemos que el NEAT es una fuente de gasto energético que estaría dentro de la actividad física que realizamos en el día a día. Concretamente cuando hablamos del NEAT hablamos del gasto calórico no proveniente de hacer ejercicio, en inglés non-exercise activity thermogenesis.
Hablamos de todas esas actividades que hacemos más allá del gimnasio o el deporte que practiquemos y que muchas veces subestimamos aunque, al final del día, puede ser una cantidad de calorías considerable, sobre todo, si tomamos las decisiones adecuadas.
Decisiones como subir por las escaleras en vez de por el ascensor, bajarse una parada antes del metro y caminar o, no coger el metro e ir caminando a nuestro destino cuando no esta muy lejos. Estar menos tiempo sentado, limpiar la casa más a menudo, hacer la compra en el supermercado en vez de pedirla por Internet. Todos ellos son pequeños cambios que pueden marcar la diferencia a la hora de perder o no perder peso.
Para que te hagas una idea el simple hecho de sentarte 2,5 horas menos al día puede resultar en un gasto calórico de 350 kcal más según vemos en este estudio.
¿Cómo calculo mi NEAT?
Cuando calculamos nuestras necesidades calóricas normalmente aumentamos nuestro metabolismo basal un porcentaje dependiendo de una estamación arbitraria que hacaemos de nuestra actividad diaria. Si pensamos que somos sedentarios lo aumentamos un 15-20% y si, por otro lado, pensamos que somos muy activos podemos llegar hasta casi duplicar el resultado final del metabolismo basal. Este aumento lo hacemos para cubrir nuestro gasto energético por actividad física, es decir, lo que quemamos haciendo deporte y en el NEAT.
Calcular nuestro NEAT exclusivamente quitando el gasto calórico por entrenamiento es complicado y a día de hoy la mejor forma de hacerlo es usando una pulsera cuantificadora. Estas pulseras mediante nuestros pasos y actividad a lo largo del día nos dan una estimación sobre cuantas calorías quemamos.
Al resultado, al final del día, debemos de quitarle las calorías que hemos quemado durante el entrenamiento y de esta forma tendríamos una estimación bastante precisa sobre nuestro NEAT.
Imágenes | Bruno Nascimento, Lindsay Henwood y Luke Chesser
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