La natación es uno de los deportes que a priori puede resultar más sencillo de practicar, ya que podemos pensar que todo se reduce a lanzarnos al agua y comenzar a mover brazos y piernas e ir respirando a medida que nos desplazamos.
Pero tener una técnica de natación adecuada, sea cual sea nuestro estilo (crol, braza, espalda o mariposa), puede suponer una gran diferencia en cuanto a nuestros tiempos, en caso de competir, o simplemente en que el movimiento resulte más o menos eficiente.
Longitud de la brazada demasiado corta
Podemos pensar que cuanto menos tiempo estén en contacto con el agua nuestros brazos, más deprisa nos desplazaremos ya que la resistencia y la fricción con el agua serán menores, pero esto no siempre es cierto.
Cuando estamos nadando, lo que realmente nos aumentará la velocidad de nado será el impulso que nos demos con nuestros brazos y piernas con el agua, por lo que el tiempo que estemos en contacto con ésta deberá ser el necesario, ni más ni menos. Esto significa que una brazada demasiado corta no nos permitirá generar suficiente impulso para desplazarnos, por lo que el movimiento será inficiente y perderemos tiempo.
Perder la alineación del eje del cuerpo
Como en muchos ejercicios, en la natación es imprescindible mantener una correcta alineación del eje corporal para mantener una postura adecuada (además de evitarnos posibles lesiones) y, dado que el agua genera una resistencia especial, perder esta postura implicará un desplazamiento más lento. Algunos de los motivos que pueden implicar una desalineación del eje postural pueden ser:
Una flexión de nuestra muñeca a la hora de meter la mano en el agua, lo que immplicaría que ésta no entre en el ángulo correcto y en lugar de deslizarse golpee el agua, generando una mayor resistencia y un menor impulso.
Nadar con la cabeza en posición de hiperextensión cervical provocará de nuevo una pérdida de la alineación corporal y una posición forzada, por lo que estaremos más rígidos a la hora de desplazarnos en el agua.
No realizar la batida de piernas
Muchas veces la gente que nada comete el error de impulsarse sólo con la fuerza o potencia de su brazada, obviando el pateo de las piernas, y este error va a suponer una pérdida más que considerable de velocidad y rendimiento, pues estamos impulsándonos únicamente con la mitad de nuestras extremidades y esto reduce a la mitad nuestra velocidad.
Realizar una correcta batida de pierna de forma coordinada con el movimiento de nuestros brazos es vital para una correcto desplazamiento sobre el agua.
Técnica de respiración incorrecta
La respiración es fundamental en un deporte como la natación, y por ello es necesario una correcta técnica. Dos son los principales fallos que se pueden cometer a la hora de hablar de la técnica de respiración:
El primero de ellos es el de respirar realizando una hiperextensión cervical, lo cual en primer lugar va a generar una tensión excesiva en toda la musculatura del cuello además de que muy probablemente tragaremos más agua que si respirásemos de forma correcta.
El segundo de los errores que se suelen cometer con la técnica de respiración es el de querer aguantar la respiración unos segundos una vez sumergimos de nuevo la cabeza. Cuando tomamos aire y sumergimos la cabeza nuevamente en el agua, debemos expulsar el aire de forma continuada, ya que contener la respiración bajo el agua mientras realizamos el movimiento nos provocará una pérdida de rendimiento.
Mala coordinación entre tren superior e inferior
La coordinación entre nuestro tren superior y nuestro tren inferior es uno de los puntos más importantes a la hora de tener una buena técnica de natación, ya que si no coordinamos de forma adecuada brazos y piernas, la velocidad de desplazamiento va a ser considerablemente menor.
La posición de los pies en la batida de piernas
Para lograr una correcta batida de piernas no basta simplemente con mover las piernas arriba y abajo. Éstas deben situarse completamente extendidas para aprovechar toda la palanca que suponen. Además, nuestros pies no deben situarse flexionados, sino que debemos adoptar una posición de extensión, como si no squisiéramos poner de puntillas para ser más altos.
La cadera y la batida de piernas
Otro error que podemos cometer en la batida de piernas es querer generar el movimiento de nuestras piernas desde la rodilla, como si de una flexión/extensión de rodilla se tratara. Esto reducirá considerablemente nuestra velocidad de desplazamiento.
Para corregir este error, debemos intentar que el movimiento de la batida de piernas se genere desde nuestra cadera, lo cual nos dará una mayor fuerza impulsora y, por ende, nuestro desplazamiento será mayor en cada batida.
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