Ahora que aparecen en el horizonte las fiestas navideñas, comienzan a anunciarse también las celebraciones de Nochebuena, Nochevieja y Reyes de bares, discotecas, pubs... y en todas existe un denominador común: el consumo de alcohol en las conocidas barras libres.
Sin embargo, queremos preveniros sobre los efectos que el consumo de alcohol (no, por mucho que aparezcan noticias diciendo que "un vaso de vino al día es saludable", no lo es) tiene sobre todo nuestro organismo, desde los efectos a nivel cerebral y de problemas de peso hasta los efectos a nivel de la líbido y las relaciones sexuales.
Noticias y publicaciones que apoyan el consumo de alcohol
En los últimos meses, numerosas han sido las publicaciones y los artículos en prensa y televisión que han tenido difusión hablando sobre las bondades de "una copia de vino" o de como "la cerveza te puede rehidratar después de hacer deporte". Todo ello bajo el lema "bebe con moderación".
Debemos partir de la premisa siguiente: ¿qué significa beber con moderación?. ¿Dos cervezas y una copa de vino? ¿Cuatro copas de vino, tres cervezas y un chupito después de comer? El término "con moderación" es algo tremendamente subjetivo y que queda a elección de cada persona, y por eso es algo que deberíamos empezar a eliminar de todo anuncio relacionado con las bebidas alcohólicas.
Igualmente de peligroso son los "estudios avalados por científicos" que señalan las bondades del alcohol, cuando realmente existen muchísimos más estudios en los que se habla de los perjuicios del alcohol (incluso ya el consumo de una sola copa de vino se asocia con mayor riesgo para nuestra salud). No, el alcohol no es saludable ni siquiera en pequeñas dosis (pero cada uno puede hacer con su salud lo quiera, evidentemente).
Efectos del consumo de alcohol en el corazón
Si el cerebro decíamos que es el centro nuerológico de nuestro cuerpo, en este caso vamos a hablar de los efectos que el consumo de alcohol puede producir en el corazón:
Cardiomiopatías
Arritmias
Infartos
Aumento de la presión arterial
Además de estos efectos, al igual que ocurre en otros órganos del cuerpo, cualquier tipo de lesión en el corazón puede dar a lugar a la formación de fibrosis (tejido cicatricial), lo cual puede originar a su vez complicaciones más severas.
Efectos del alcohol a nivel cerebral
El cerebro es el centro neurálgico de nuestro cuerpo, y el punto de origen de todos nuestros movimiento y pensamientos, por lo que en el momento en que exista un estímulo exterior que le influya de forma negativa, todas nuestras demás capacidades se verán afectadas.
Imaginemos la siguiente situación: nos encontramos en una cena con los compañeros de trabajo y durante la cena al tiempo que charlamos, remos y cenamos, nos bebemos una copa de vino... y otra... y otra... y para acabar, de postre, un cóctel y el correspondiente chupito al que nos invita el restaurante. Cuando por fin vamos a levantarnos, nos sentimos algo mareados y nuestros movimientos son ligeramente torpes y algo más lentos de lo habitual.
Esto es debido a que el consumo de alcohol dificulta las conexiones neuronales del cerebro encargadas de controlar todos los aspectos mencionados y, por tanto, provoca que todas nuestras acciones sean inexactas e imprecisas. Además, si el consumo de alcohol se prolonga en el tiempo, podemos llegar a hacernos adictos y dependientes de esta sustancia.
Además, debemos señalar que el consumo de alcohol aumenta las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
Efectos del consumo de alcohol en el hígado
El hígado regula la mayoría de los niveles de sustancias químicas de la sangre y secreta una sustancia denominada bilis, que ayuda a transportar los desechos desde el hígado. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado. Además, el hígado procesa, descompone y equilibra esta sangre, crea los nutrientes y metaboliza los medicamentos de forma que el cuerpo pueda usarlos sin que resulten tóxicos.
El consumo de alcohol puede llegar a provocar los siguientes efectos en el hígado (teniendo en cuenta siempre cantidades ingeridas, periodos de tiempo, tipo de alcohol, etc... estos efectos secundarios serán más o menos graves):
Esteatosis o hígado graso: Por lo general, la enfermedad del hígado graso en alcohólicos aparece al cabo de un año de consumo excesivo de alcohol, y a mayor duración y cantidad de alcohol consumido, mayor es el riesgo de la aparición de una hepatopatía.
Suele aparecer a causa de la toma de grandes medidas de alcohol, azúcares o grasas.
Hepatitis alcohólica: esta enfermedad es la primera etapa de lo que posteriormente puede acabar desembocando en una cirrosis hepática. Aunque el desarrollo de la hepatitis no está directamenete asociado al consumo de alcohol, sí es cierto que un consumo elevado y prolongado en el tiempo podría ocasionar esta hepatopatología que, de persistir, podría derivar en otras más graves.
Fibrosis: atendiendo a la definición de la palabra, la fibrosis es "el desarrollo en exceso de tejido conectivo fibroso en un órgano o tejido como consecuencia de un proceso reparativo o reactivo, en contraposición a la formación de tejido fibroso como constituyente normal de un órgano o tejido. La fibrosis se produce por un proceso inflamatorio crónico, lo que desencadena un aumento en la producción y deposición de matriz extracelular".
La fibrosis es la fase que sigue a la hepatitis alcohólica y que es la antesala a una cirrosis.
Cirrosis: es una patología en la que las células de un órgano interno cualquiera son sustituidas, al morir, por un tejido anormal de tipo cicatricial formado a partir del conjunto de materiales extracelulares que forman parte del propio órgano.
Efectos del consumo de alcohol en el páncreas
El páncreas tiene dos funciones principales, la función exocrina y la función endocrina. Las células exocrinas del páncreas producen enzimas que ayudan a la digestión. Cuando los alimentos ingresan al estómago, las glándulas exocrinas liberan enzimas dentro de un sistema de conductos que llegan al conducto pancreático principal. El conducto pancreático libera las enzimas en la primera parte del intestino delgado (duodeno), donde las enzimas ayudan en la digestión de las grasas, los carbohidratos y las proteínas de los alimentos.
La segunda función del páncreas es la función endocrina, la que envuelve la producción de hormonas o sustancias que se producen en una parte del organismo y que circulan en el torrente sanguíneo para influir en otra parte distinta del organismo. Las dos hormonas pancreáticas principales son la insulina y el glucagón.
Por ello, el consumo de alcohol provoca que el páncreas produzca sustancias tóxicas que eventualmente pueden provocar pancreatitis, una inflamación e inflamación peligrosas de los vasos sanguíneos del páncreas que impide una digestión adecuada.
Efectos del consumo de alcohol en el sistema inmunológico
El consumo excesivo de alcohol reduce los niveles de marcófagos, las células encargadas de limpiar las heridas matando las bacterias que puedan acceder a través de ellas.
Esta disminución de macrófagos se debe a su vez a otra causa que le precede: no se produce correctamente bien una proteína que se necesita para reclutar a estas células sanguíneas. Esta proteína tan necesaria para combatir la infección se denomina proteína inflamatoria de macrófagos 1 alpha.
Por si lo anterior no fuera ya suficiente, la producción de otra proteína involucrada en la destrucción de bacterias y en llamar a nuestras células defensivas para que ayuden a luchar en el foco de infección también se encuentra disminuida. Esta proteína, llamada CRAMP, se encuentra en la capa más superficial de la piel, en la epidermis.
Además de lo anteriormente mencionado, el alcohol puede afectar a nuestro sistema inmunológico por tres vías distintas:
Afectación aguda o inmediata: el sistema inmune actúa contra el alcohol como si de una infección se tratara. Y claro, como sucede en estas ocasiones, la primera acción es activar la respuesta inflamatoria y “bombardear” al intruso en cuestión. Sin embargo, como ya os contamos en el ejemplo de la cicatrización, el alcohol es capaz de bloquear algunas de estas células inflamatorias (los macrófagos) y, a su vez también reduce la capacidad del cuerpo para poder responder a otras infecciones. Por ello es más fácil enfermarse cuando consumimos alcohol.
Afectación crónica o a largo plazo: cuando sufrimos una infección, nuestro sistema “recuerda” a ese intruso, y posteriormente puede actuar más rápido contra él (es el objetivo de las vacunas, por ejemplo). Sin embargo, el alcohol afecta a las células T y a las células B del sistema defensivo, las responsables de esta “memoria” del sistema inmune, lo que hace que respondamos peor a las infecciones o reinfecciones. Además, no solo las altera, sino que incluso reduce el crecimiento de las propias células B (fabricantes de los anticuerpos).
Afectación indirecta: el alcohol puede afectar a nuestro sistema inmune de forma indirecta al interrumpir el ritmo circadiano, es decir, altera nuestro ciclo de sueño/vigilia e 24 horas y todos sus procesos asociados, como por ejemplo, la producción de ciertas hormonas (grelina, leptina, cortisol...)
Efectos del alcohol en las relaciones sexuales
Si al principio hablábamos de que nuestro cerebro es el centro neurálgico de todo nuestro cuerpo, es un punto que debemos tener muy en cuenta, ya que al igual que regula nuestro habla, nuestros movimientos y nuestra capacidad de pensar y razonar de forma clara, también va a regular nuestras relaciones sexuales.
"Es lógico que cualquier sustancia que afecte a nuestro cerebro, va a tener un gran impacto en nuestra vida sexual."
En este caso, dos efectos directamente relacionados con el consumo de alcohol son la pérdida de la libido y la falta de deseo sexual. Por eso, y a pesar de que el alcohol es un potente desinhibidor, mezclar sexo y alcohol no es una opción muy recomendable si no queréis echar a perder la noche con vuestra pareja.
Además, el consumo de alcohol provoca disfunción eréctil y dificultades para llegar al orgasmo, espceialmente en la mujer.
Efectos del consumo de alcohol en el rendimiento deportivo
Si hablamos de alcohol y rendimiento deportivo, debemos volver la vista atrás y volver a mencionar al cerebro, ya que sin una correcta comunicación neuronal, nuestros músculos no van a ser capaces de moverse de forma eficiente, por lo que no podremos tener un buen rendiemiento deportivo.
Además, por si fuera poco, el consumo de alcohol provoca en el hombre una disminución de los niveles de testosterona y, en la mujer, un aumento de los niveles de estrógenos.
Y por supuesto, el alcohol de ningún modo te va a ayudar en la recuperación tras la práctica deportiva.
Efectos del consumo de alcohol en mujeres embarazadas
El alcohol en la sangre de la madre pasa al bebé a través del cordón umbilical. Beber alcohol durante el embarazo puede causar aborto espontáneo, muerte fetal y una variedad de discapacidades físicas, intelectuales y del comportamiento para toda la vida. Estas discapacidades se conocen como trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF).
Los niños con TEAF pueden tener las siguientes características o conductas:
- Características faciales anormales como, por ejemplo, surco menos marcado entre la nariz y el labio superior (este pliegue se llama filtro o surco subnasal).
- Cabeza de tamaño pequeño.
- Estatura más baja de la estatura promedio.
- Bajo peso corporal.
- Mala coordinación.
- Conducta hiperactiva.
- Dificultad para prestar atención.
- Mala memoria.
- Dificultades en la escuela (especialmente en matemáticas).
- Discapacidades del aprendizaje.
- Retrasos en el habla y el lenguaje.
- Discapacidad intelectual o coeficiente intelectual bajo.
- Capacidad de razonamiento y juicio deficientes.
- Problemas de succión y dificultades para dormir en los bebés.
- Problemas de audición y de visión.
- Problemas del corazón, los riñones o los huesos.
Por tanto, no hay ningún momento del embarazo en el que se pueda beber sin correr riesgos. El alcohol puede causar problemas para el bebé en gestación en toda etapa del embarazo, incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada. El consumo de alcohol en los primeros tres meses de embarazo puede causar características faciales anormales en el bebé.
También pueden generarse problemas de crecimiento o del sistema nervioso central (p. ej., bajo peso al nacer, problemas de conducta) si la madre consume alcohol durante cualquier etapa del embarazo. El cerebro del bebé se está desarrollando durante todo el embarazo y puede ser afectado por la exposición al alcohol en cualquier momento.
¿Existe relación entre el consumo de alcohol y el cáncer?
Según el National Cancer Institute, existe un fuerte consenso científico cuando hablamos de la asociación entre consumo de alcohol y cáncer. Para apoyar más esta afirmación, el Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos ha incluido el consumo de alcohol dentro de la lista de carcinógenos conocidos para las personas. Se calcula que aproximadamente un 3'5% de las muertes por cáncer producidas en el año 2009 en EEUU estaban relacionadas con el consumo de alcohol.
“No hay argumentos, de acuerdo a las actuales evidencias, de que exista un nivel seguro de beber alcohol con respecto al cáncer” (Alcohol consumption as a cause of cancer | Jennie Connor 2016 | Society for the Study of Addiction)
A raíz de estas investigaciones y datos recogidos, se puede establecer una relación entre el alcohol y varios tipos de cáncer como son: cabeza, cuello, esófago, hígado, cáncer de mama y colorrectal.
Además, y esto es importante, como ya explicamos en el artículo sobre la relación entre el azúcar, las grasas y el cáncer, las células tumorales se alimentan exclusivamente de azúcares y grasas, y el alcohol, una vez ingerido, es transformado principalmente en azúcares y grasas que se almacenan en nuestro organismo, dejando una despensa de alimentos para las células cancerígenas.
Entonces, ¿por qué aseguran que beber alcohol presenta beneficios para nuestra salud?
Por el simple y absurdo argumento del reduccionismo. Si nos fijamos, cada vez que sale un estudio con el título "beber (X sustancia)presenta beneficios porque bla bla bla", realmente a lo que hacen referencia es a un compuesto o sustancia que tiene esa bebida alcohólica, pero para vendernos que el alcohol es beneficioso, nos dicen frases como "una copita de vino es beneficiosa para el corazón" o "beber cerveza es bueno para tu salud".
Esta táctica reduccionista es altamente empleada por la industria para promocionar aquellos productos que, aún sabiendo que no son beneficiosos para nuestra salud, les reportan unas altas fuentes de ingresos económicos.
Por tanto, debemos afirmar con rotundidad que el alcohol no es beneficioso para la salud, si no que lo que realmente es beneficioso son algunos de sus componentes como pueden los polifenoles o los antioxidantes. Esta es la excusa preferida por todos aquellos que defienden que el consumo de alcohol es bueno para la salud (sí, periodistas incluidos...).
Bibliografía consultada | Episodic Binge Ethanol Exposure Impairs Murine Macrophage Infiltration and Delays Wound Closure by Promoting Defects in Early Innate Immune Responses (Brenda J. Curtis et al, 2014), Alcohol consumption as a cause of cancer (Jennie Connor 2016),
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