La bajada de temperaturas hacen que pongamos en marcha nuestros sistemas de calefacción: ¿a qué temperatura tengo que mantener mi casa?
Winter is coming es la frase icónica de Juego de Tronos con la que avisaban que algo iba a pasar. Las temperaturas en España comienzan a descender, razón por la cual hemos cambiado la ropa de los armarios y puesto sábanas de invierno. Otra de las razones que anuncian la llegada del invierno es poner a punto los sistemas de calefacción, pero siempre llega la misma duda: ¿a qué grados de temperatura tengo que estar en casa? En este artículo te decimos las recomendaciones de las principales organizaciones para no quedarnos cortos ni pasarnos en los grados de temperatura de nuestra vivienda.
Temperatura ideal para estar en casa con climas fríos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un rango de temperaturas interiores en nuestras casas en invierno para evitar efectos nocivos para la salud. Poner la calefacción demasiado elevada tendrá un sobrecoste para nuestro bolsillo y el planeta, y no alcanzar unas temperaturas mínimas puede ser incómodo y poco saludable.
Más allá de un constipado por frío, existen otros asuntos como la inflamación de los pulmones y la inhibición de la circulación al respirar aire frío, lo que aumenta aumenta el riesgo de afecciones respiratorias, como las crisis o síntomas de asma, el empeoramiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las infecciones pulmonares.
La mayoría de investigaciones sobre frío y salud se han realizado con temperaturas exteriores, asociando un aumento de mortalidad y morbilidad respiratorias y cardiovasculares con las bajas temperaturas invernales. Cada vez son más los estudios que analizan esas temperaturas frías en espacio interiores y sus consecuencias negativas para la salud.
Las deficiencias estructurales en la vivienda como la falta de asilamiento, y otros asuntos socioconómicos como la falta de calefacción hacen complicado tener nuestra vivienda a ciertas temperaturas, por lo que no siempre es fácil seguir las recomendaciones de la OMS que damos en este artículo.
Entre 18 y 24º C, un rango de temperatura sin riesgo demostrable para la salud
La OMS ha llegado a un consenso basándose en la literatura científica: no existe un riesgo demostrable para la salud de las personas sedentarias sanas cuya vivienda tiene una temperatura del aire de entre 18 y 24 °C.
Esa afirmación ha llevado a la OMS a afirmar que 18º C es una temperatura mínima segura para proteger la salud de la población general durante las estaciones frías. Lo ideal, siempre que se pueda, es que la vivienda cuente con un aislamiento término eficiente y seguro que mantenga dicha temperatura mínima.
Los grupos vulnerables pueden necesitar una temperatura mínima superior a 18º C, preferiblemente de un mínimo de 21 - 22º C y un abanico de hasta 24º C. Dentro de estos grupos se encuentran las personas mayores, los niños y las personas con enfermedades crónicas, especialmente si son cardiorrespiratorias.
En todo momento se habla de una temperatura mínima para la salud. En función de la sensación térmica de cada persona y el tipo de ropa que utilice en casa esa temperatura puede ser baja o no. El rango de 18º a 24º C es una temperatura segura para la salud de cara al aire que entra en nuestros pulmones para personas que están bien vestidas y sin realizar actividad física en casa.
Si nos gusta caminar descalzos por casa e ir en manga corta con la temperatura mínima y ese rango seguramente tengamos frío. Estas recomendaciones se hacen siempre como promedio y estableciendo la temperatura del aire que entra por nuestra nariz y boca.
Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) un mínimo de 20 - 21º C
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) da recomendaciones sobre la eficiencia energética y su recomendación de temperatura ideal en casa durante el día oscila entre los 20 - 21º C, algo superior a los 18º C mínimos de la OMS.
Menos de 18º C en temperaturas interiores se asocian con diferentes efectos nocivos para la salud
Las temperaturas más bajas se asocian con una presión arterial más alta. Cada 1º C menos de 18º C aumenta la presión arterial. La evidencia científica informa con un nivel moderado (entre nivel bajo y alto de evidencia) que calentar una casa fría a una temperatura mínima de 18º C reduciría el riesgo de mortalidad y morbilidad respiratorias.
Tener la vivienda entre 18º y 24º C puede incluso afectar positivamente a la salud mental, especialmente en personas que pueden tener síntomas respiratorios crónicos. Al mantenimiento de esa temperatura ayuda radicalmente un buen aislamiento térmico, como el uso de dobles acristalamientos, y tipos novedosos de regulación de la temperatura de todo el hogar.
En un clima frío, se puede lograr un ambiente térmico interior saludable mediante la combinación de aislamiento térmico y suministro de calor. Construir una casa adecuadamente ventilada y aislada térmicamente es técnicamente más avanzado y costoso que construir una casa sin aislamiento, pero es probable que reporte beneficios para la salud y tenga otras consecuencias positivas
¿Qué ocurre si me paso por el rango superior, más de 24º C?
Si bien tener temperaturas inferiores a 18º C están asociadas a malestar general y posibles efectos secundarios, subir la temperatura por encima de 24º durante el día, siempre que no lleguemos a extremos, no tendrá un efecto directo en la salud, pero sí en el bolsillo.
¿Las temperaturas por la noche son las mismas que durante el día?
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) propone una temperatura que oscile entre los 15 - 17º C durante la noche. Por la noche desciende nuestra temperatura corporal y por esa razón la temperatura de la habitación es menor, además de sumar ropa de cama que hace más fácil la regulación corporal.
Una temperatura ambiente de 16-20 °C (con ropa de cama ligera o un saco de dormir ligero y que se ajuste bien) es cómoda y segura para los bebés que duermen. Ese rango de temperatura también es el recomendado para las personas de grupos vulnerables durante la noche, ya que necesitan siempre un poco más de temperatura que la población general.
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Imágenes | Arthur Lambiollote (Unsplash), Centre for Ageing Better (Unsplash), Erik Mclean (Unsplash)
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