El running puede mejorar nuestra autoestima: apreciación de nosotros mismos, de forma directa o indirecta. La composición corporal juega un papel importante en nuestra autoestima, y el running está relacionado con la composición corporal. Además existen otros muchos factores que vamos a ir desarrollando, donde el running también aumenta esa auto-valoración.
El running nos ayuda a mejorar nuestra composición corporal
Salir a correr varios días a la semana nos ayuda a gastar calorías. Si nuestro objetivo primario o secundario es perder grasa, ese gasto de energía nos ayudará en el proceso, ya que para perder grasa necesitamos crear un déficit calórico, siendo el número de calorías gastadas durante el día mayor al número de calorías que ingerimos con la dieta.
Cuanto más energía gastemos durante el día, más comida podemos ingerir y más margen tenemos para que se produzca esa pérdida de peso sin hambre, ni problemas asociados: atracones por ansiedad; abandono por no conseguir resultados; privación de reuniones sociales para no saltarnos la dieta...
El running puede incluso aumentar la masa muscular en las piernas en corredores principiantes. Es debido a que al ser novatos el estímulo de la carrera es suficiente para producir las primeras adaptaciones y generar ese aumento de masa muscular. Beneficio que se pierde con el paso del tiempo donde ya requeriremos aumentar las cargas, y para ello necesitamos el entrenamiento de fuerza.
Esta mejora estética es donde la mayor parte de población comienza a aumentar la apreciación de uno mismo. Sin embargo, no es ni mucho menos la única. Hay varios mecanismos y aspectos que también nos ayudan en este proceso, y hacen que nos evaluemos a nosotros mismos de forma más positiva.
En el running hay líneas de salida y líneas de meta
Las personas con baja autoestima tienen poca confianza en sí mismos, y no se ven capaces de lograr objetivos o metas. Cada día que salimos a correr tenemos una meta que puede ser completar una distancia determinada, sin más, o añadirle además un tiempo en el que completarla.
Siendo conscientes de nuestras posibilidades, el establecimientos de pequeñas metas diarias nos convencerán a nosotros mismos de nuestras capacidades para lograr objetivos. Logar esas metas cada día o cada semana nos hace sentir que somos válidos.
Esa sensación de logro es extrapolable a otras áreas de la vida, lo que repercute en modificar esa baja autoestima en una alta autoestima, aumentando la seguridad interior y confianza en nosotros mismos. A medida que vayamos ampliando nuestras metas y consiguiendo resultados, nuestra autoestima también se ampliará.
La autoeficacia es la que se encarga de ello. Lograr una pequeña meta nos hará confiar en que podemos lograr una pequeña meta algo mayor. Ese círculo se retroalimenta y crece así nuestra autoeficacia: creer que somos capaces de lograr tareas específicas.
Conexión entre autoestima, salud mental y running
La mejora de la composición corporal y la sensación de logro son dos situaciones directas y externas que mejoran la autoestima mediante el running. Antes de llegar a esas metas, se podría decir que durante "la carrera" o el proceso, ocurren mecanismos neurológicos que también ayudan.
El running puede mejorar nuestro autoconcepto. De vital importancia es dicha mejora del autoconcepto en adolescentes, ya que es ahí donde comienza a forjarse la opinión o juicio que tenemos sobre nosotros mismos.
Autoconcepto y autoestima son términos relacionados pero no significan lo mismo. El autoconcepto es ese juicio que emitimos sobre nuestro cuerpo o nuestras habilidades. La autoestima es la valoración o aprecio que le damos a ese autoconcepto. Una persona puede verse con unos kilos de más o torpe (autoconcepto), pero no prestarle excesiva importancia (autoestima).
Existen por tanto otras situaciones indirectas o internas que son donde comienza la autoestima, y que hay que tener controladas para evitar problemas graves de salud mental, derivados de la autoestima. El running puede lidiar con esos aspectos mentales como ansiedad, estrés y estado de ánimo.
Ansiedad, depresión, estrés, estado de ánimo y baja autoestima pueden estar conectados entre sí
La evidencia científica muestra una relación cada vez más estrecha entre actividad física y depresión. Se explica por diferentes mecanismos neurofisiológicos por los que se liberan hormonas y cascadas de procesos que nos hacen sentir bien y aliviar la ansiedad.
Sin entrar en procesos fisiológicos complejos, seguramente hayas escuchados que las endorfinas son la droga natural de la felicidad, y que se liberan con el running. Esa sensación placentera nos ayuda enormemente a mejorar nuestro estado de ánimo y todo lo demás, directamente conectado con la autoestima.
Nunca caminarás solo (You're never walk alone)
La apatía por una baja autoestima puede hacer encerrarnos en nosotros mismos y no querer relacionarnos con otras personas. Si eres amante del fútbol habrás escuchado en más de una ocasión el You're nevel walk alone cuando el Liverpool sale al campo.
Es el himno que canta toda la hinchada donde le dice a su equipo que siga caminando sin parar, porque nunca caminará solo en la tormenta. En cada rincón existen grupos de corredores que realizan quedadas para entrenar, y con una alta probabilidad luego habrá que rehidratarse.
El running nos ofrece la opción de unirnos a una comunidades de cientos de millones de personas que salen a correr. Nuestra autoestima se verá enormemente beneficiada por ello al observar como conectamos con otras personas y nos evadimos cada día durante un buen rato.
En esos momentos en los que corremos, ya sea solos o acompañados, ocupamos nuestra mente con pensamientos y experiencias positivas, en lugar de repetirnos mensajes negativos mientras estamos aburridos en el sofá.
Imágenes | iStock
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