Boticaria García describe cómo podemos modificar la microbiota para adelgazar y eliminar la grasa acumulada

Marián García es una de las farmacéuticas y nutricionistas más conocidas en España por su arduo trabajo de divulgación en redes sociales. Boticaria García, como se le conoce habitualmente, participa también en programas de televisión y ha escrito algunos libros. En uno de ellos explica cuál es la relación del cerebro con la comida y cómo afecta lo que comemos a todo nuestro cuerpo. Uno de los consejos que arroja es el cuidado de la microbiota porque es fundamental si queremos controlar nuestro peso y adelgazar.

El control de la microbiota para adelgazar

La microbiota es un conjunto de microorganisoms que habita en nuestro cuerpo, principalmente en el tracto digestivo, y tiene un rol protagonista en la composición corporal y la salud general. Esos miles y miles de microorganismos que conforman la microbiota pueden mantenerse en equilibrio entre buenos y malos, o estar en desequilibrio.

El equilibrio del ecosistema microbiano es crucial para nuestra salud. Cuando hay un desequilibrio, conocido técnicamente como disbiosis, pueden surgir problemas graves de salud al empeorar considerablemente el funcionamiento de todo nuestro cuerpo.

La microbiota influye en el gasto de energía y acumulación de grasa al tener efectos en mecanismos de hambre y saciedad, alterar el almacenamiento de las grasa y potenciar la inflamación crónica, enemiga número uno de la obesidad. Boticaria García explica en su libro "Tu cerebro tiene hambre: 5 grandes cambios que te ayudarán a perder grasa y ganar salud" cómo podemos modificar la microbiota con la dieta y el ejercicio físico.

Dieta rica en probióticos y prebióticos

Una de las formas contrastadas para promover una microbiota intestinal saludable es ingerir alimentos probióticos y prebióticos. Los probióticos son bacterias en sí mismos, mientras que los prebióticos son el alimento que comen las bacterias buenas.

Marián propone elevar la cantidad de alimentos fermentados en la dieta, como el yogur o el chucrut, y tomar más alimentos ricos en fibra, como legumbres o aguacates, entre otros muchos.

Alimentos ricos en antioxidantes

Los antioxidantes son los defensores frente a los radicales libres que se generan con hábitos poco saludables en mayor medida. Alimentos ricos en antioxidantes aportan a nuestro cuerpo las mejores armas para disminuir la inflamación al aportar más guerreros en la lucha frente a esos radicales libres que nos envejecen e inflaman.

Ayuno intermitente

El ayuno intermitente ha demostrado en muchas ocasiones que es una estrategia antienvejecimiento. La razón no es el tiempo que pasamos en comer, sino que con este método comemos menos calorías, en promedio, al final del día. Esa restricción calórica es lo que puede favorecer una mayor diversidad microbiana, estimulando el crecimiento de las bacterias buenas y reduciendo el de las malas.

Ejercicio físico regular

Cómo no, el ejercicio físico también es bueno para el equilibrio positivo de la microbiota. Las contracciones musculares generan mioquinas y exerquinas, amigas de la microbiota que salen del músculo y que favorece también la diversidad de la microbiota intestinal.

Si al mejor funcionamiento en la oxidación de las grasas, y una menor acumulación de las mismas, le sumamos las calorías gastadas entrenando, el ejercicio físico es un "2 x 1" en toda regla para adelgazar y potenciar nuestra salud a través de la microbiota.

Las bacterias malas son colegas de las dietas ricas en grasas poco saludables y azúcares añadidos

En toda película siempre hay un villano. Los alimentos ultraprocesados repletos de azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas trans, las peores con diferencia, favorecen la proliferación de bacterias malas en la microbiota. Eso lleva la balanza hacia el equilibrio negativo, lo que afecta mucho al aumento de peso y dificulta la pérdida de grasa.

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Boticaria García. (2024). Tu cerebro tiene hambre. Editorial Planeta.

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Imágenes | Boticaria García (Instagram), Elena Leya (Unsplash)