Todos envejecemos, no se puede remediar. Lo que sí está en nuestra mano es que ese reloj de arena que determina el ritmo al que envejecemos biológicamente vaya más lento o más rápido. La dieta, el ejercicio físico, el estrés, y otros muchos factores del estilo de vida determinan el ritmo de nuestro envejecimiento. Uno de ellos es más fácil de lo que pensamos y está en nuestra mano.
Frenar el envejecimiento está en nuestra mano, en el vaso concretamente
Un estudio publicado hace un par de días ha realizado un seguimiento a un grupo de población durante 25 años. Su objetivo era controlar el sodio sérico que acumulaban porque un umbral elevado del mismo se asocia con una tasa más rápida de envejecimiento biológico.
Al envejecer más rápido aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la insuficiencia cardíaca, demencia, enfermedad pulmonar crónica, accidente cerebrovascular, diabetes, enfermedad vascular periférica y fibrilación auricular.
Uno de los grandes desafíos de la investigación y la medicina preventiva es combatir la epidemia de enfermedades crónicas que surgen por ese proceso de envejecimiento. Lo más preocupante es que existe un rápido envejecimiento de la población mundial, lo que hace que personas más jóvenes cuenten con un declive que no correspondería teóricamente a su edad.
El agua es vida y una aliada contra el envejecimiento
El agua está involucrada en prácticamente todas las funciones del cuerpo humano y juega un papel crucial en la vida y la salud. El agua corporal es esencial no solo para la digestión, absorción, metabolismo y eliminación de metabolitos, sino también para la estructura y función de los tejidos y el mantenimiento de la temperatura corporal.
La deshidratación puede afectar la salud humana hasta tal punto que puede causar la muerte. Se ha demostrado que incluso la deshidratación de solo el 1 - 2 % del agua corporal afecta las funciones cognitivas, el estado de alerta y la capacidad para hacer ejercicio.
¿Cuánta agua necesita mi cuerpo?
La Autoridad Europea de Salud Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) establece unos valores de referencia para condiciones de temperatura ambiental moderada y niveles de actividad física moderados. Esos valores pueden cambiar en tiempos más fríos o calurosos, así como por la cantidad de actividad física.
Una persona que pasa el día sentada en una oficina con una temperatura controlada necesitará menos agua y líquidos que un corredor de una maratón desértica. Estos son los valores medios de la EFSA que pueden utilizarse como guía, pero son altamente variables:
- Para lactantes en la primera mitad del primer año de vida es de 100 a 190 ml/kg por día.
- Para lactantes de 6 a 12 meses de edad, se considera adecuada una ingesta total de agua de 800 a 1000 ml/día.
- Para el segundo año de vida se define por interpolación una ingesta total de agua adecuada de 1100 1200 ml/día, ya que no se dispone de datos de ingesta.
- Las ingestas recomendadas de agua para niños se estiman en 1300 ml/día para niños y niñas de 2 a 3 años de edad; 1600 ml/día para niños y niñas de 4 a 8 años; 2100 ml/día para niños de 9 a 13 años; 1900 ml/día para niñas de 9 a 13 años.
- Los adolescentes de 14 años y más se consideran adultos con respecto a la ingesta adecuada de agua.
- Los datos disponibles para adultos permiten la definición de ingesta recomendada como 2,0 - 3,1 L/día para mujeres y 2,5 - 4,0 L/día para hombres.
- Para los ancianos se definen las mismas recomendaciones que para adultos.
- Para las mujeres embarazadas se propone la misma ingesta de agua que en las mujeres no embarazadas más un aumento proporcional al aumento de la ingesta energética (300 mL/día).
Relación entre la hidratación y el sodio que acumulamos
La investigación publicada en eBioMedicine, parte de la ilustre The Lancet, halló que una mala hidratación aumenta los niveles de sodio sérico, lo que se a su vez acelera en envejecimiento. Por lo tanto, una ingesta óptima de líquidos será una de las grandes estrategias para frenar el envejecimiento y disminuir el riesgo de sus efectos secundarios.
La hipohidratación es un estado que se da cuando no consumimos la suficiente agua que necesitamos. En ratones se ha demostrado que la hipohidratación acorta la vida. En humanos se hizo un seguimiento durante 25 años a unas 16.000 personas de 45 a 66 años de edad.
El hallazgo en ese grupo de personas de mediana edad es que hubo una mayor prevalencia de muchas enfermedades crónicas entre las personas de mediana edad con sodio sérico en la parte superior del rango de referencia normal.
Sabiendo que la hipohidratación se refleja en un aumento de la concentración sérica de sodio se puede afirmar que para evitar un envejecimiento acelerado y la muerte a una edad más temprana es necesario hidratarnos correctamente.
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