Es preocupante que la edad de inicio en el consumo de tabaco haya pasado de la adolescencia tardía (16 a 20 años) a la adolescencia temprana (11 a 15 años). Un nuevo estudio pone de manifiesto la importancia de la educación en los adolescentes sobre los daños del tabaquismo para la salud mental. Este periodo es muy complejo y hay una ventana única e irreversible que si no se tiene en cuenta puede dar lugar a efectos futuros indeseables como esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión.
El tabaco y la salud mental tienen una asociación directa
El tabaquismo tiene una asociación bien establecida con enfermedades mentales graves. A su vez, las personas con enfermedades mentales graves tienen aproximadamente el doble de tasa de muertes cardiovasculares que las personas que no fuman y desarrollan dichos trastornos, algo que podría reducirse si se deja de fumar.
La literatura científica es clara a la hora de mostrar el aumento de probabilidad de desarrollar trastornos mentales en el futuro por parte de los fumadores. La paradoja es que aquellas personas que tienen alteraciones mentales como depresión o esquizofrenia tienen una mayor predisposición a fumar que aquellas personas sanas.
Una publicación reciente aprovechó los datos del Biobanco de Reino Unido para ver la asociación entre el tabaquismo y las hospitalizaciones por esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión. Su hallazgo fue que el número de paquetes de cigarrillos al año tenía una correlación directa con la hospitalización por salud mental.
Nuestros resultados respaldan la hipótesis de que el riesgo de hospitalización por salud mental es mayor en los fumadores actuales, intermedio en los fumadores anteriores y más bajo en los que nunca fumaron.
El efecto del tabaquismo en la depresión es reversible
Una vez que el fumador deja el tabaco, existen avances pequeños a moderados en la salud mental. La reversión es más fácil si la persona ha fumado poco tiempo, o poca cantidad de cigarrillos.
A su vez, la edad en la que se deja de fumar también tiene vital importancia sobre la mejora o la prevención de trastornos mentales. A mayor número de años, menos avances se podrán encontrar, de media, en parámetros de depresión y otras alteraciones mentales.
Todos sabemos que el tabaco es nocivo para múltiples ramas de la salud, pero por su poder adictivo o por el paso de un momento vital complicado nos iniciamos en el tabaquismo o aumentamos el número de paquetes fumados. La depresión puede llevarnos a fumar, y el tabaco podría empeorar ese estado mental.
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Imágenes | Luka Malic (Unsplash), Raul Miranda (Unsplash), Pietro Tebaldi (Unsplash)
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