El hambre real lleva a nuestro cuerpo a ingerir energía para mantener sus funciones, pero hay veces que comemos por otro tipo de hambre
Boticaria García es una farmacéutica, nutricionista y divulgadora científica que cuenta en su haber con varios libros. En uno de ellos explica detalladamente qué es el hambre y qué tipos de hambre existen. En este artículo vamos a extraer de uno de sus libros en qué consiste el hambre hedónica, cómo podemos darnos cuenta que queremos comer por placer y no por necesidad y qué hacer en ese momento.
El hambre hedónica versus el hambre fisiológica
El hedonismo tiene como núcleo el placer. Cuando hablamos de hambre hedónica hacemos referencia a la ingesta de comida cuyo fin no es nutrirnos ni eliminar el hambre, sino el placer en sí mismo. Boticaria García explica en su libro "Tu cerebro tiene hambre: 5 grandes cambios que te ayudarán a perder grasa y ganar salud" cómo diferenciar el hambre fisiológica o real del hambre hedónica.
En primer lugar, Marián García agrupa el hambre emocional y el hambre ambiental dentro del hambre hedónica. El hambre real, o hambre-hambre como la define la divulgadora científica, es la necesidad real de ingerir nutrientes porque nuestro cuerpo los necesita.
Este tipo de hambre-hambre aparece cuando nuestro cuerpo nota que se van acabando los depósitos y el estómago está vacío. También lo notamos por ese rugir típico de tripas, falta de energía e incluso dolor de cabeza o sensación de mareo si ha pasado mucho tiempo desde la última comida.
Una vez que comemos, ese hambre-hambre desaparece y no vuelve a aparecer hasta mucho tiempo después. En el otro lado de la moneda está el hambre hedónica que no nos lleva a comer por necesidad, sino por el estrés del día, por el aburrimiento en la tarde-noche en el sofá o porque vemos a alguien comer un helado y nos apetece también.
Al contrario que el hambre real, el hambre hedónica no tiene un tiempo para manifestarse. Comer por placer puede hacerse en cualquier momento, incluso aunque hayamos terminado de comer hace 10 minutos. Hay veces que surge sin más, pero otras veces aparece con mucha intensidad y no para hasta que nos comemos eso que la mente lleva pidiéndonos un rato.
Los alimentos que escogemos con el hambre hedónica no suelen ser saludables. A poca gente se le antoja de repente un brócoli al vapor o unas acelgas, ¿verdad? Los alimentos poco saludables que nos dan ese placer y dopamina instantánea son los que elegiremos como placenteros.
El problema es que no nos sacian y podemos comer y comer hasta que nos duela la tripa. En muchos casos, después de comer por placer surgen sentimientos de culpa, que sumados al estrés y la ansiedad hacen una combinación perfecta que nos aleja precisamente del placer por el que hemos ingerido esos productos.
¿Cómo controlar y actuar frente al hambre hedónica?
El hambre-hambre aparece después de muchas horas de haber comido. Si has comido hace poco y tienes hambre es "tu mente y no tu estómago" quien te pide comer (entrecomillamos porque es una frase muy reduccionista). Pon un horario de comidas para cumplirlo cada día, tengas más o menos hambre.
El hambre hedónica aparece de repente, pero si estamos en casa y tenemos un tarro de Nocilla en la despensa será muy diferente a si tenemos que ir a comprarlo. El acto de tener que ir a por ello, e incluso en el trayecto, tenemos unos valiosos minutos en los que podemos detenernos a pensar si lo necesitamos realmente o estamos actuando por un impulso y después nos sentiremos culpables.
Te propongo ponerte en el estado posterior a comerte ese dulce o ese ultraprocesado. ¿Cómo te hará sentir? Está claro que durante la ingesta lo vamos a disfrutar durante unos segundos o un par de minutos, pero ¿merece la pena si después vamos a sentirnos culpables durante horas?
Ten preparados aperitivos saludables para cuando aparezca ese hambre hedónico. Si no puedes controlarlo, prueba a ingerir estos aperitivos en lugar de otros menos saludables aunque no sea un hambre real. Bebe agua, te sorprenderás de las veces que confundes hambre con sed.
Referencias
Boticaria García. (2024). Tu cerebro tiene hambre. Editorial Planeta.
En Vitónica | Boticaria García revela por qué tenemos hambre todo el rato y no nos saciamos a pesar de haber comido hace poco
Imágenes | Extracto de programa Pasapalabra (Antena 3), Florencia Viadana (Unsplash), Aleksandra Sapozhnikova (Unsplash)
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 0 Comentario