Que la tecnología ha experimentado un grandísimo avance en los últimos años es algo que todos sabemos: móviles de ultimísima generación disponibles de forma casi anual, televisiones ultraplana o de pantalla curva con los mejores sistemas de imagen y sonido, videoconsolas y accesorios cada vez más "futuristas"...Todo ello diseñado con un único fin: fomentar el consumo entre la población y hacernos ver que son elementos indispensables. Debemos señalar que esta clasificación no se hará definitiva hasta finales de año aproximadamente, por lo que puede sufrir cambios.
Sin embargo, todos estos avances tecnológicos han traído consigo un grave problema de salud: la adicción a la tecnología, y prueba de ello es que este mes, la OMS ha incluido en su Clasificación Internacional de Enfermedades en el que se incluye una nueva redefinición del llamado "trastorno del videojuego" y que cada vez afecta a un mayor número de personas.
¿En qué consiste el trastorno del videojuego?
Hasta hace aproximadamente diez o quince años, cuando hablábamos de trastorno del juego hacíamos referencia exclusiva al trastorno que sufrían aquellas personas que jugaban de forma compulsiva a las famosas máquinas tragaperras o a quienes perdían hasta el último céntimo de su dinero en juegos en los casinos o salones de juego.
Sin embargo, con el avance de la tecnología y la especialización de la publicidad creada para ella, tanto el perfil de la persona que sufre este trastorno como la definición del mismo, han debido ser cambiados por la OMS.
El patrón de comportamiento es de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes.
En principio, para que una persona sea diagnosticada de trastorno del juego, según la OMS deben darse los síntomas durante un periodo mínimo de doces meses, aunque tal y como señalan en su web "si se cumplen los requisitos y los síntomas son extremadamente graves, el periodo de estudio puede ser inferior a estos doce meses".
El síntoma más claro en quienes sufren este tipo de trastorno es la dedicación casi exclusiva de su tiempo libre y de ocio a los videojuegos (hay que diferenciar aquí el trabajo en el mundo de los videojuegos del tiempo libre dedicado exclusivamente a los mismos), desplazando a otras actividades como las relaciones interpersonales, la realización de actividad física e, incluso y en casos graves, el desplazamiento del tiempo dedicado a comer o dormir para continuar jugando.
Y por supuesto, no debemos olvidar los efectos en el comportamiento de las personas, especialmente de los más jóvenes, que cierto tipo de videojuegos pueden ocasionar, como bien señalan en el estudio titulado Violent video game effects on aggression, empathy, and prosocial behavior in eastern and western countries: a meta-analytic review.
Nueva definición: el juego nocivo
Pero no sólo en el trastorno de juego están las novedades por parte de la OMS, pues también recogen la introducción de lo que han denominado "juego nocivo" (o juego peligroso): juego nocivo o peligroso es aquel juego que, online u offline, aumenta de forma considerable los efectos físicos o mentales que la compulsividad por jugar a este juego pueden tener sobre la salud de la persona o de quienes le rodean.
¿Qué riesgos trae asociado el trastorno del juego en el ámbito de los videojuegos?
En primer lugar, y quizás como uno de los más peligrosos, está el cambio en los patrones o hábitos de vida de quien sufre este tipo de trastorno y que como hemos dicho cada vez es diagnosticado en personas más jóvenes, especialmente niños y adolescentes.
Dentro de los cambios de sus hábitos de vida están los cambios en los hábitos alimenticios, provocando que entre la comunidad "gamer" los índices de sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas con ellos se hayan disparado en los últimos años como consecuencia del consumo indiscriminado de alimentos ultraprocesados y bebidas hipercalóricas como los refrescos y las bebidas energéticas.
En los casos más graves de quienes sufren trastorno del juego, pueden llegar a darse consecuencias a nivel psicológico que, incluso, lleguen a distorsioniar la percepción de la realidad alrededor de la persona, lo cual tendrá consecuencias en sus relaciones interpersonales e, incluso, familiares.
Recomendaciones saludables para la comunidad gamer
Pero si el trastorno del videojuego es demasiado fuerte y o bien la persona que lo sufre no es consciente o bien se niega a cambiar su modo de vida, existen una serie de recomendaciones que pueden servir para mejorar su calidad de vida y minimizar los daños que este trastorno crea en la salud de las personas (tanto de quien lo sufre como de quienes están a su alrededor):
Mantener unos hábitos de alimentación saludables: una de las principales características de la comunidad gamer es la deficiente alimentación que suelen tener en la mayoría de los casos, basada principalmente en alimentos ultraprocesados (pizzas, comida rápida, bollería industrial, dulces...) y bebidas hipercalóricas (refrescos, bebidas energéticas e incluso bebidas alcohólicas).
Por este motivo, contar con unos hábitos de alimentación saludable puede ayudar, al menos a mitigar los efectos que una alta ingesta calórica puede tener sobre la salud de los más jóvenes (especialmente de los menores de edad), que son la población que más se ha incrementado dentro de quienes sufren trastorno del videojuego.
Y del mismo modo que una correcta alimentación es importante, no es menos importante mantener una correcta hidratación, para lo que en primer lugar, deberíamos reducir el consumo de refrescos y bebidas energéticas. Tanto la comida ultraprocesada como esta elección de bebidas, van a desplazar a otras opciones saludables como pueden ser el agua, las infusiones o el café (en el caso de las bebidas) y los frutos secos o la fruta en el caso de la comida (dos opciones que podemos utilizar a modo de snacks mientras jugamos.
Aumentar el tiempo de las relaciones sociales más allá de la pantalla: las relaciones sociales e interpersonales son, y han sido, una de las bases del comportamiento humano durante toda la historia, por lo que interactuar con nuestros semejantes más allá de la pantalla de la televisión es otra de las medidas a adoptar para reducir los efectos de este trastorno.
Cuidar nuestra postura: por lo general, quienes pasan demasiado tiempo jugando a videojuegos suelen acabar teniendo problemas de espalda, por lo que cuidar nuestra postura mientras jugamos es algo indispensable si queremos evitar las secuelas físicas que el trastorno del videojuego puede tener sobre nuestra salud.
Cuidar de nuestros ojos: pasar tiempo delante de una pantalla, ya sea una televisión o un ordenador, requiere que cada cierto tiempo hagamos una pausa visual, y este es uno de los principales problemas al que se enfrentan tanto los gamers y quienes sufren de trastorno del videojuego como quienes trabajan durante largas jornadas frente a una pantalla.
En general, la recomendación es de hacer un descanso de unos cinco minutos por cada hora de trabajo continuado que tengamos frente a nuestras pantallas, ya sean televisiones, ordenadores o incluso tablets (que aunque más pequeñas, no dejan de ser pantallas).
- Actividad física: uno de los elementos que más auge está teniendo entre la tecnología son las llamadas "fitness app", que suelen medirnos el número de pasos que damos y que nos da la opción de ir marcándonos objetivos día a día. Mantener una vida activa de forma diaria nos ayudará a reducir el tiempo que pasamos delante de estas pantallas y aumentará las calorías quemadas, con lo que se convierte en un factor reductor de los niveles de sobrepeso y obesidad.
Imágenes | iStock
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