Somos lo que hacemos repetidamente cada día, para bien y para mal
Adam Grant es un psicólogo organizacional que da conferencias, escribe libros y divulga sobre cómo podemos acercarnos a nuestros objetivos manejando la forma de pensar. Adam es autor de grandes éxitos como "Piénsalo otra vez" o "Potencial oculto". Los títulos de estos libros dan una idea sobre a qué dedica su carrera Grant. Él mismo lo resume en un artículo para CNBC: he dedicado gran parte de mi carrera a estudiar las fuerzas que impulsan nuestro progreso. He descubierto que el proceso de aprendizaje no termina cuando adquirimos conocimientos, sino que se completa cuando los aplicamos de manera constante.
Los hábitos del día a día que impulsan el éxito
En el artículo citado anteriormente, Adam enumera pequeños cambios que podemos copiar de las personas altamente exitosas que ya lo aplican a diario.
Salir de la zona de confort
Seguro que ya sabes que para hacer tu zona de confort más grande debes dar pequeños pasos que te saquen de tu círculo confortable actual. No hay que volvernos locos y quedar totalmente desprotegidos, pero si buscamos una ligera incomodidad ante lo nuevo podremos manejarlo antes de darnos cuenta y seguir con un nuevo paso cuando lo hayamos controlado.
Se equivocan, aprenden y se vuelven a equivocar
La mayoría de tecnología que te rodea está basada en ensayo y error o acaso crees que el teclado del móvil en el que escribes ahora surgió así el primer día. Una startup arranca su vida testeando cuáles son los errores y solucionándolos sobre la marcha, no esperando a que todo sea perfecto para dares a conocer al mundo.
Solo sé que no sé nada
Puede que hayas escuchado que tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble y hablar la mitad. Duda de las personas que saben todo de todo porque es imposible ser especialista en más de un par de asuntos. De hecho, es extremadamente complicado manejar una sola temática, así que las personas exitosas piden consejo a fuentes confiables y son conscientes que no saben casi nada.
Vale más un conjunto de nueves hechos que un diez no alcanzado
Uno de los defectos que salen siempre en las entrevistas de trabajo es el exceso de perfeccionismo, creyendo que es una virtud vestida de defecto, pero no, es un defecto en sí mismo. No hay que buscar la perfección, sino la excelencia. Hay que hacer las cosas lo mejor posible, pero siendo conscientes que siempre habrá errores.
Dar pasos atrás no es perder terreno, sino abrir nuevos horizontes
Muchas personas avanzan y avanzan sin detenerse a pensar en la dirección a la que van. Llegan incluso a verse en un callejón sin salida y siguen hasta chocarse con la pared en lugar de detenerse, dar un paso atrás y buscar una solución alternativa. Puede que haya que deshacer trabajo y "perder tiempo", pero será una victoria al encontrar un nuevo horizonte que de no haber dado pasos atrás no habríamos visto.
La mejor forma de aprender es enseñando
Yo hace algunos años era un lector voraz de ensayos que enganchaba el final de un libro con el inicio del siguiente, pero no aplicaba ni enseñaba lo que había aprendido. Ahora, por mi trabajo, un gran porcentaje de lo que aprendo lo enseño haciendo que se plasme mucho mejor en mi memoria y lo comprenda drásticamente más que si solamente lo leyera o escuchara sin compartirlo.
¿Recuerdas cuando querías estar donde estás ahora?
Las personas exitosas celebran cada pequeño logro y miran atrás para ver lo que han avanzado. Si es poco existe la posibilidad de cambiar algo para acelerarlo; si es mucho el avance simplemente se toca aquello que se puede mejorar. Los viajes mentales en el tiempo sirven para ver dónde estábamos antes, dónde estamos ahora y dónde podemos estar en un futuro haciendo las cosas bien o mal.
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Imágenes | Campaign Creators (Unsplash), Austin Distel (Unsplash)
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