SIBO: si tienes hinchazón abdominal y gases de forma frecuente, puede que tengas una alteración bacteriana que desconocías

SIBO son las siglas en inglés de lo que se ha conocido siempre como crecimiento bacteriano del intestino delgado. Gracias al aumento en el conocimiento sobre la microbiota, podemos controlar el equilibrio bacteriano para evitar malestar y síntomas derivados de un exceso de bacterias.

SIBO: el sobrecrecimiento bacteriano que explica muchas cosas

El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) es la presencia de un exceso de bacterias colónicas en el intestino delgado. El intestino grueso cuenta con muchas más bacterias que el intestino delgado, ya que este último rara vez superar los 1.000 organismos/mL.

Cuando diferentes mecanismos de protección contra el crecimiento bacteriano excesivo fallan, puede aparecer SIBO. Sus síntomas son dolor abdominal, distensión abdominal o diarrea entre otros. Gracias a los avances en la comprensión clínica de SIBO, se puede diagnosticar específicamente.

Los humanos contamos con ácidos gástricos y bilis que destruyen y evitan que las bacterias pasen por los intestinos al consumir alimentos. Si ese proceso no ocurre con normalidad, las bacterias llegan al intestino delgado y se produce ese sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, conocido como SIBO.

¿Cuándo puede darse SIBO?

El sobrecrecimiento bacteriano, que es la forma en que siempre se ha denominado al SIBO, puede aparecer en diferentes momentos de la vida. Los periodos más probables de su aparición son después de ciertas infecciones, en etapas de estrés elevado o en cualquier momento en el que las bacterias malas del intestino delgado ocupen el lugar de las buenas.

La población femenina y las personas de edad avanzada son las poblaciones donde SIBO aparece de forma más frecuente. Existen tratamientos específicos para mejorarlo, pero en la mayoría de los casos el organismo por sí mismo será capaz de restaurar el equilibrio sin necesidad de medicarse ni tratarse.

Hay otros casos en los que los síntomas persisten por más tiempo, e incluso hay personas que lo han tenido durante mucho tiempo y desconocen que se trata de SIBO. En esos casos, con una simple prueba y tratamiento remitirá en una alta probabilidad.

Síntomas y consecuencias de SIBO

Las manifestaciones clínicas del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado clásicamente incluyen una combinación de malestar abdominal con distensión abdominal, flatulencia o diarrea acuosa crónica. También pueden manifestarse esteatorrea y pérdida de peso por malabsorción de grasas.

SIBO causa deficiencias de vitaminas, específicamente B12, causando debilidad, parestesia, que son como una especia de cosquillas en algunas zonas del cuerpo. La deficiencia grave de vitamina D por malabsorción puede presentarse parestesia en manos y pies y calambres musculares.

La unión de todo lo anterior puede producir eccemas, migrañas, cefaleas, cansancio y alteración del estado de ánimo.

Diagnóstico y tratamiento

No existe una prueba de diagnóstico estándar de oro validada para SIBO. En el hospital hacen algunos test como la prueba de aliento con una serie de pasos, y un cultivo de concentración bacteriana del intestino delgado, que no debe superar las 1.000 unidades.

Si llevas mucho tiempo con algunos de los síntomas del apartado anterior, como una zona baja del abdomen hinchada, además de malestar abdominal, gases o diarrea frecuente, puede ser recomendable que acudas al médico para que te hagan las pruebas pertinentes.

En el caso de dar positivo en SIBO, el tratamiento será a base de antibióticos para frenar el crecimiento excesivo de bacterias. En el caso de tener consecuencias derivadas de SIBO, como una deficiencia en vitaminas y minerales, el médico recomendará suplementarse para solucionar dicha carencia.

En un estudio observacional, el 80 % de los pacientes lograron la remisión (normalización de las pruebas de aliento y resolución de los síntomas) en dos semanas. Puede que ese tratamiento no sea suficiente para algunas personas, para los cuáles se realizará un nuevo tratamiento antibacteriano.

Dieta y ejercicio físico para alejarnos de SIBO y otras alteraciones de la microbiota

Los alimentos que consumimos son los que nutren a las bacterias buenas y a las malas. Si seguimos una dieta saludable como la mediterránea, nuestra microbiota intestinal, y el resto de microbiotas repartidas por todo el cuerpo, tendrán un equilibrio bacteriano perfecto.

Al ingerir de forma crónica alimentos como los ultraprocesados, es más común que se altere ese equilibrio entre bacterias, y se den casos de SIBO y otras muchas alteraciones relacionadas con la microbiota.

Por lo tanto, para prevenir y tratar el SIBO, lo ideal es introducir alimentos que ayuden a la flora intestinal, y alejar todos aqeullos que la perturben. Esa será la mejor prevención y tratamiento para evitar carencias de vitaminas y minerales, y para mejorar el estado de ánimo y la energía de nuestro día a día.

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Imágenes | Danie Franco (Unsplash), Francisco Gonzalez (Unsplash), National Cancer Institute (Unsplash), Louis Hansel (Unsplash)

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