Que estamos en época de crisis y "vacas flacas" todos lo sabemos, y es que a diario nos bombardean con noticias que nos ponen los pelos de punta. "Apretarse el cinturón" es la frase que más se oye en estos momentos, pero esto no tiene que ser una excusa para alimentarnos mal.
Muchas personas relacionan la falta de dinero con una mala alimentación. Nada más lejos de la realidad, sí que es cierto que la vida que llevamos nos obliga en muchos casos a utilizar alimentos precocinados que son a la larga los que encarecen nuestra cesta de la compra. En muchos hogares este tipo de alimentos se ha convertido en un imprescindible que ha desterrado los buenos hábitos y en épocas de crisis hace que no tengamos ideas para comer sano por poco dinero. En Vitónica os vamos a echar una mano para afrontar mejor la crisis.
En contra de lo que mucha gente piensa, se puede comer sano sin gastar mucho dinero. Antes de nada tenemos que cambiar el chip y mentalizarnos de que los alimentos precocinados y los caprichos innecesarios son los que más encarecen la cesta de la compra. Podemos y debemos prescindir de ellos, pues además de gastar menos conseguir mejorar nuestra salud, ya que la mayoría de estos preparados contiene altas dosis de aromas, grasas saturadas de mala calidad, y demás realzadores del sabor, así como conservantes.
Las épocas de crisis como la que estamos viviendo es un buen momento para retomar la dieta mediterránea, y volver a comer como lo hacían nuestros abuelos. Para lograr esto tenemos que echar mano de productos naturales y económicos como las legumbres, las patatas, los vegetales, las frutas y los cereales integrales tienen que ser la base de nuestra alimentación. Todos ellos son alimentos fáciles de encontrar y combinados adecuadamente pueden ser la solución a una alimentación sana.
El pescado y la carne también deben estar presentes en la dieta, aunque estos alimentos encarecen un poco más la cesta de la compra, tenemos diferentes posibilidades que se adaptan a todos los bolsillos. Hoy en día existe una gran variedad de pescados congelados tanto blancos como azules que conserven enteramente sus propiedades. Ojo, no nos referimos a pescados precocinados, sino simplemente congelados crudos en su origen que una vez descongelados podemos cocinar de cualquier manera.
Las carnes son un alimento fundamental, y entre ellas destacamos la de pollo y pavo, que además de ser barata es una de la más sanas que existe por su bajo contenido en grasas y su alto aporte proteico. Además podemos echar mano de la llamada casquería, que nos ofrece derivados cárnicos como el hígado, los riñones... que son alimentos muy saludables para el organismo y a muy bajo precio.
En lo que a condimentos se refiere debemos desterrar las salsas elaboradas que a la larga son más caras y nos aportan grasas innecesarias. En lugar de éstas echaremos mano de aceites de oliva y girasol crudos así como de vinagres que nos ayudarán a mejorar nuestra salud sustancialmente, ya que nos brindan ácidos grasos esenciales. En el caso del aceite de girasol crudo nos aportará CLA que es un potente regulador de la grasa corporal.
Desde luego que elijamos la opción que elijamos, no tenemos que caer en la monotonía. La base de una buena alimentación es la variedad, y para ello es importante echarle imaginación y saber combinar los ingredientes que tenemos a mano. Cuanto más naturales sean mejor para nuestro organismo, ya que además de ganar en salud lo haremos en ahorro.
Imagen | SXC
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