Vivimos en un mundo donde la sostenibilidad y el bienestar animal calan cada vez más hondo en la conciencia de la población. Por ello, conocer la forma de producción de los alimentos se ha convertido en una necesidad real para muchas personas. Desde hace años no solo queremos comer más sano, sino también hacerlo de una forma respetuosa con el medio ambiente y que conlleve el menor daño posible hacia los animales.
En este sentido, el huevo ocupa un lugar especial en las estanterías de los supermercados y en el pensamiento de los consumidores: es un alimento con muchos mitos alimentarios a su alrededor. Durante muchos años, nuestro amigo ovoide ha estado rodeado de multitud de falsas creencias relacionadas que ponían en entredicho su rol en una alimentación sana. Ya sabemos que el consumo de huevo no aumenta el colesterol, pero todavía nos queda mucho por descubrir acerca de este derivado gallináceo.
La función del etiquetado de los huevos
Algunas cuestiones sobre el etiquetado alimentario del huevo llaman nuestro interés soberanamente. Seguro que alguna vez te has preguntado qué diantres significan todos esos números que el huevo tiene impresos en su cáscara. Están ahí por un motivo, y es para asegurar la trazabilidad del alimento.
La trazabilidad es un concepto que la industria alimentaria utiliza para asegurar un control exhaustivo durante todo el proceso de producción y distribución de alimentos. Cuando hay una alerta alimentaria —por ejemplo, una contaminación accidental que podría causar intoxicaciones— la industria alimentaria es capaz de localizar de qué granja concreta procede cada huevo, para así poder inmovilizar el resto de alimentos que aún estén en el mercado y retirarlos pertinentemente.
Para esto sirve el famoso lote que vemos impreso en el envase de muchos alimentos, y que en ocasiones genera más de una duda. Gracias a esa numeración que cada empresa utiliza internamente es posible saber cuándo, dónde y de qué forma se ha elaborado un alimento. Por ejemplo, localizando la fábrica y línea de producción concreta de una marca que fabrica alimentos en diferentes regiones geográficas.
En este sentido, el huevo nos aporta mucha información adicional que no podemos ver en otros alimentos. Por ejemplo, la forma de cría de las gallinas. De hecho, esto ha generado cierto debate en los últimos tiempos en España, a raíz de toda la polémica acontecida en torno a las macrogranjas y el bienestar animal. ¿Por qué el huevo sí nos muestra cómo se ha criado una gallina pero no vemos esta información en un filete de pollo? Es una buena pregunta para la que todavía no hay una respuesta clara. Sin embargo, el Ministerio de Consumo de España anunció la intención de incluir en el futuro este tipo de información en alimentos como la carne. De esta forma podremos saber también si la carne procede de ganadería intensiva o extensiva.
El significado real de cada número en el huevo
Volviendo al huevo, lo cierto es que su codificación aporta muchísima información de interés que debemos conocer como consumidores. Toda ella está impresa en una numeración que porta cada huevo en su cáscara, normalmente de color rojo.
Inicialmente vemos un primer dígito que oscila entre 0 y 3. Esta numeración es la que nos permite conocer la forma de cría de las gallinas ponedoras. Es decir, está relacionada con el bienestar de los animales que se han encargado de generar el alimento. Podemos distinguir dentro de este código las siguientes variantes:
- Código 3: huevos de gallinas criadas en jaulas. Los huevos aquí catalogados provienen de gallinas con poco espacio en su criadero, siendo ubicadas en jaulas muy estrechas donde conviven varias gallinas a la vez.
- Código 2: huevos de gallinas criadas en el suelo. En este caso hablamos de gallinas con algo más de espacio que las anteriores, pero sin ser algo demasiado destacable ya que no tienen salida al aire libre: siguen estando encerradas. Igualmente, las gallinas tienen unas condiciones de vida bastante pobres.
- Código 1: huevos de gallinas camperas. Las gallinas ponedoras de estos huevos pueden ver la luz del Sol, teniendo ciertos espacios de tiempo para moverse libremente en espacios abiertos. Sin embargo, la mayor parte del tiempo siguen estando cerradas.
- Código 0: huevos de producción ecológica. Es el mejor escenario posible en lo que a bienestar animal se refiere, aunque tampoco difiere mucho de un sistema de gallinas camperas. Dentro de esta categoría las gallinas poseen algo más de espacio y libertad, ya que también cuentan con acceso al aire libre. Además, suelen alimentarse con piensos de mayor calidad. La legislación establece que la mayor parte de la composición de sus piensos proceda de agricultura ecológica.
El significado del ovoide código restante
El resto de dígitos que vemos impresos en el huevo nos aporta información de diferente tipo. Por ejemplo, los siguientes códigos son letras que identifican al estado miembro o país de la Unión Europea donde han sido producidos los huevos. Si es España, entonces vemos impreso el código “ES”.
Después vemos una concatenación numérica que sirve para identificar a la granja concreta donde ha sido producido el huevo. Los dos primeros dígitos hacen referencia al código de la provincia, los tres siguientes al municipio, y los restantes a la granja concreta. Adicionalmente, puede existir una letra final que identifica la manada de gallinas concretas de la cual procede el huevo. Es decir, gracias al código del huevo es posible conocer hasta la gallina exacta que ha puesto el huevo. ¡La trazabilidad llevada al siguiente nivel!
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