Lograr una dieta de calidad no requiere grandes esfuerzos, sino que sencillos cambios pueden promover grandes resultados en nuestra alimentación. Por eso, te contamos todo lo que puedes ganar si reemplazas el arroz blanco de toda la vida por quinoa.
Quinoa como sustituto del arroz blanco
El arroz blanco es uno de los cereales más versátiles que solemos incorporar en nuestra alimentación, pudiendo ser apto para platos dulces así como también para preparaciones saladas; y de mucha utilidad para quienes llevan una dieta sin gluten.
Sin embargo, el arroz blanco cocido constituye un alimento de índice gluémico medio a alto dependiendo el punto de cocción; y debido a su riqueza de hidratos de carbono de fácil asimilación puede no ser favorable, excepto que se combine con frutas y vegetales diversos o bien, con proteínas magras que reduzcan la velocidad a la que se metaboliza.
Por ello, recomendamos reemplazar el arroz blanco de toda la vida por quinoa, un pseudocereal rico en proteínas vegetales, fuente de fibra y tan versátil como el arroz.
La quinoa puede ofrecernos hidratos de calidad de lenta asimilación y con índice glucémico muy inferior al arroz blanco de toda la vida, resultando apto para platos salados así como también para preparaciones dulces cómo puede ser la quinoa con leche que constituye el perfecto reemplazo al arroz con leche que todos conocemos.
Con este sencillo cambios, lograremos una dieta de mejor calidad debido a que sumaremos fibra, proteína vegetales, hierro y vitaminas del grupo B, y estaremos emplando hidratos de lenta asimilación mientras que nuestro organismo se beneficiará al obtener un alimento más saciante y con una menor respuesta glucémica que el arroz blanco.
Todo esto puedes ganar si sustituyes el arroz blanco de toda la vida por quinoa, un pseudocereal igual de versátil que el arroz pero mucho más beneficioso y nutritivo.
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