O mejor dicho, en lo que hay dentro del él. Echar una ojeada a nuestro frigorífico es la mejor manera de saber qué tipo de alimentación tenemos. Si abundan los colores vivos y llamativos de las frutas y hortalizas siempre será mejor que el color de las latas de comida precocinada y en conserva.
Otro aspecto importante es la bebida, mejor botellas de agua y frutas con las que hacer zumo que refrescos o zumos ricos en azúcares. Lo mismo con las salsas, muchos botes de salsas hacen sospechar que añadimos grasa a todas las comidas.
En todo frigorífico que se precie no deben faltar frutas, verduras y hortalizas en los cajones. Es importante tener siempre alimentos en esta zona, así nos aseguramos que no falten los minerales, vitaminas y antioxidantes. Tampoco pueden faltar un par de botellas de agua en la zona de la puerta, al igual que leche y alguna que otra cerveza (si es sin alcohol, mejor que mejor).
Carne, pescado y huevos son la parte del frigorífico donde guardamos las proteínas. Si no hay carne o pescado que sea porque lo tenemos congelado, y los derivados tipo embutidos, que no falten pero que no sean muy numerosos, recordemos que suelen ser más ricos en grasas, colesterol y sal.
Sobre todo y el aspecto más destacado es que abunden los alimentos frescos y poco procesados, cuanto más natural mejor. Y tú, ¿qué tienes en el frigorífico?
En Vitónica | Un ejemplo de compra saludable Imágen | mrpbody33
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