Aunque una dieta basada en ingredientes de origen vegetal ofrece grandes beneficios al organismo, eliminar los lácteos no es necesario ni tampoco las carnes si escogemos las opciones adecuadas. De hecho, un estudio recientemente presentado en el Congreso ESC 2018 señala que la inclusión de lácteos y carnes no procesadas pueden ayudar a la salud cardiovascular.
Dieta saludable: con carnes frescas y lácteos
Aunque podemos asociar carnes y lácteos con una dieta de peor calidad, la realidad es que en el marco de una dieta saludable tienen cabida las carnes frescas (no fiambres, embutidos o similares derivadas del procesamiento industrial) así como los lácteos.
El estudio PURE que incluyó a un gran número de participantes de diferentes países analizó la calidad de la dieta y el riesgo de muerte así como de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los resultados indican que una dieta basada en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescado, lácteos y carnes frescas se vincula a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte prematura.
Una dieta de calidad no significa sin lácteos ni carnes, sino que si escogemos carnes frescas y magras, evitamos carnes procesadas y harinas refinadas e incluimos variedad de frutas y verduras, así como legumbres, frutos secos y pescado podemos lograr una alimentación muy saludable asociada a menor riesgo de muerte y a una mejor salud cardiovascular.
Es el primer estudio en demostrar que en el marco de una dieta sana las carnes y los lácteos también tienen lugar, sólo debemos recordar que los procesados industriales son los que deberíamos evitar al máximo si buscamos proteger la salud del organismo.
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