Una de las mejores costumbres que podemos adoptar para comer mejor es leer la etiqueta nutricional de los alimentos, obligatoria en España para los alimentos envasados desde 2011. A partir del 13 de diciembre de 2014 se adoptará de forma progresiva un nuevo reglamento según el cual la etiqueta nutricional deberá informar si el alimento contiene alguno de los 14 alérgenos más comunes como soja, frutos secos, gluten y lactosa.
Además, la etiqueta nutricional deberá seguir incluyendo la información que proporcionaba antes: valores por 100 gramos o 100 mililitros de kilocalorías y kilojulios, grasas y grasas saturadas, carbohidratos y azúcares, proteínas y sal. También tiene que contener el listado de los ingredientes (¿sabías que están listados según su porcentaje de presencia en el alimento?).
En el caso de las carnes habrá que indicar el país de origen del producto, y en el de los pescados, además, el método de captura. Las frutas y verduras no sufren cambios y siguen como hasta ahora.
Además de esta etiqueta nutricional, algunas empresas comenzaron hace tiempo a utilizar el llamado "semáforo nutricional", más visual pero que nos ofrece menos información: si la cantidad de un determinado nutriente que contiene un alimento es alta aparece en rojo, si es media en amarillo, y si es baja en verde. El problema es consensuar qué es exactamente una cantidad alta o baja y para quién. Aparte, algunas veces se marcaba en relación al tamaño de una ración, que suelen ser 30 gramos, por lo que la comparación con otro alimento no era sencilla.
Desde Vitónica os aconsejamos leer la etiqueta nutricional de los alimentos como un buen hábito para realizar elecciones inteligentes ya desde el momento de hacer la compra.
Imagen | Thinkstock
En Vitónica | ¿Por qué leer las etiquetas nutricionales?
Ver 2 comentarios