Como sabeis, la pirámide de los alimentos es un referente y un instrumento de educación en cuanto a la forma saludable que tenemos de alimentarnos. Después de analizar investigaciones y estudios el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (GREP-AEDN) ha llegado a la conslusión de que serían convenientes algunos cambios en la pirámide de los alimentos.
Este tipo de modificaciones son normales, la sociedad cambia, la forma que tenemos de alimentarnos también y la industria alimentaria marca muchas tendencias o tipos de alimentos, por eso hay que adaptarse. Los cambios en la pirámide de los alimentos van a pretender reestructurar la forma que tenemos de alimentarnos y hacer que se potencien algunos alimentos en detrimento de otros, siempre en base a mejorar nuestra salud.
Cambios propuestos en la pirámide de los alimentos
Una de las modificaciones básicas es bastante acertada y consiste en poner en el primer escalón a las frutas, hortalizas y verduras. Esta decisión es simple, son grupos de alimentos que según las investigaciones hay evidencia que previenen enfermedades crónicas como las cardiovasculares o el cáncer. Y también es cierto que estos grupos de alimentos no se toman con la frecuencia que deberían, por lo que hay considerarlo como la base de la pirámide.
Otro cambio es pasar los cereales al segundo escalón, pero potenciando los cereales integrales. Hasta ahora la pirámide está formada en su base por farináceos, es decir: cereales, arroz, pan y pasta, pero según se está viendo, muchos de estos alimentos están hechos con harinas refinadas, lo que hace que aumente el consumo diario de azúcares simples, por eso se aboga por los cereales integrales, mucho más completos y sanos.
Las legumbres también mejorarían posiciones, son alimentos muy funcionales con gran carga de nutrientes y pocas calorías. La ausencia de colesterol o grasas y un perfil perfecto en proteínas las hacen un alimento muy completo. Estarían en el segundo escalón junto con los cereales integrales.
También se va a reconocer el valor de las grasas buenas, como el aceite de oliva, en comparación con grasas más nocivas como las saturadas de las mantecas. Por tanto el aceite de oliva va a representar en el segundo escalón a las grasas monoinsaturadas y los frutos secos representarán a las poliinsaturadas. En muchas pirámides de referencia se han puesto a estos alimentos en la cúspide por su valor energético, pero no se ha pensado en su capacidad como alimentos cardioprotectores.
Se matizan la leche y sus derivados, ya que no se puede tratar lo mismo nutricionalmente a un vaso de leche que a una porción de queso curado, que difieren en cantidad de proteínas y grasas. Al igual que se potencian nuevas fuentes de calcio como los frutos secos, los boquerones o sardinas y las verduras de hoja verde.
A mi estos cambios me parecen muy correctos y están en consonancia con lo que hoy día sabemos en cuanto a alimentos, enfermedades y prevención. Lo que me extraña es que estos cambios no se hayan llevado a cabo antes porque desde hace tiempo es sabido la importancia de los alimentos integrales, el efecto protector de las frutas, verduras y hortalizas al igual que la cardioprotección del aceite de oliva y frutos secos.
Vía | Bebés y más—>Peques y más
Más información | Propuesta de cambios (pdf)
Más información | Consumer
Ver 7 comentarios