El tratamiento de muchas enfermedades o dolencias exige farmacoterapia, lo que implica el uso de uno o varios fármacos. Si bien es cierto que el médico que nos receta estos fármacos debería indicarnos los protocolos de administración y dosificación de estos, muchas veces usamos medicamentos que tenemos en casa ya sea porque pueden conseguirse sin receta o incluso porque nos sobraron de anteriores ocasiones.
En este último escenario que comentábamos conviene recordar que los fármacos no son inocuos, independientemente de que curen la enfermedad o palien los síntomas asociados. Esto incluye las interacciones que pueden existir entre medicamentos y alimentos si no se siguen las pautas de consumo y que pueden provocar efectos superiores o no previstos del fármaco en cuestión o la malabsorción de nutrientes concretos de la dieta.
En este artículo profundizamos sobre este tema y te explicamos algunos ejemplos de interacciones entre medicamentos y alimentos.
¿Qué significa que haya interacciones entre medicamentos y alimentos?
Las interacciones entre los alimentos y los fármacos pueden cambiar el efecto terapéutico de estos últimos o incluso aumentar su toxicidad. A su vez, los fármacos podrían influir en el estado nutricional de una persona al inhibir o disminuir la absorción de uno o más nutrientes específicos.
Por razones clínicas, económicas y legales, es importante saber las interacciones que hay entre los alimentos y los fármacos.
¿Cómo puede afectar un alimento a un fármaco?
La presencia de alimentos y nutrientes en el estómago o intestino puede reducir la absorción de un fármaco. Esto puede provocar cambios en la farmacocinética del medicamento, es decir, alteraciones en cómo se absorbe, metaboliza y elimina una sustancia.
Por ejemplo, los fármacos contra la osteoporosis como alendronato o risendronato reducen su absorción si se administran con alimentos. Esto puede llegar a reducciones del 60% si se toman con café o zumo de naranja. Por esto, el fabricante recomienda tomarlos solo con agua y con el estómago vacío.
Por otra parte, la absorción del hierro puede reducirse un 50% cuando se toma con alimentos por lo que se recomienda tomarlo con poco alimento y evitar alimentos ricos en xantinas como café, té, yerba mate o cacao, cereales integrales ricos en fitatos, verduras de hoja verde ricas en oxalatos y alimentos ricos en calcio.
Por último, hay que tener en cuenta la velocidad de vaciado gástrico, es decir, el tiempo que tarda en salir el alimento del estómago. Un retraso en la absorción de fármacos no suele tener consecuencias clínicas mientras no se vea afectada la cantidad absorbida. No obstante, la absorción retrasada de antibióticos o analgésicos sí puede tener importancia clínica.
¿Cómo puede afectar un fármaco a un alimento?
Así como un alimento puede afectar a un medicamento, este último puede afectar al primero, modificando el estatus nutricional del individuo, sobre todo en casos con patologías o deficiencias previas y cirugías.
Las reacciones de quelación entre medicamentos y minerales reducen la cantidad de mineral disponible para la absorción. Un ejemplo es el de los antibióticos que pueden actuar como secuestradores de calcio en productos como la leche o el yogur.
Esto ocurre también con el hierro, magnesio y cinc que se encuentran en complementos multivitamínicos. El consejo estándar es tomar los minerales separados del antibiótico al menos de 2 a 6 horas. De hecho, si el tratamiento con antibióticos es a corto plazo, puede ser recomendable prescindir de este tipo de complementos temporalmente.
Otro ejemplo de interacción sucede con los laxantes, que aceleran el tránsito intestinal dejando menos tiempo para la absorción de muchas vitaminas y minerales. Además, el uso de laxantes que pueden provocar diarreas puede suponer pérdidas masivas de calcio y potasio.
Por último, los fármacos como la famotidina y el omeprazol, utilizados en el tratamiento del reflujo gastroesofágico pueden reducir la secreción del factor intrínseco del estómago, pudiendo ser un problema en la absorción de la vitamina B12.
De esta manera es importante no automedicarse y seguir las indicaciones del médico y fabricante, sobre todo si dependes de fármacos en tu día a día.
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